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Perversa: La enfermera nazi que experimentaba con niños

La enfermera Herta Oberheuser fue condenada durante el Juicio a los Doctores en Nüremberg en 1947. Sus atrocidades.
martes, 21 de noviembre de 2017 · 14:03

Llegó a este mundo el 15 de mayo de 1911, en Colonia, Alemania, en el calor de una típica familia de clase media de aquella época. Al terminar sus estudios primarios, se dirigió a Bonn, donde inició cursos de preclínica. No terminó allí y se trasladó a Düsseldorf, donde vivían sus padres, para acabar sus estudios. Era 1932 y Herta Oberheuser estaba feliz. Ya tenía su título, pero además de su ánimo, quería devolverle a su patria algo de todo lo que, afirmaba, había recibido de ella. Fue por eso que tres años después decidió alistarse en la Liga de Mujeres de Alemania, que era dirigida por Gertrud Scholtz-Klink, una figura femenina clave del criminal régimen nazi que ya había nacido y crecía con pasos gigantes.

Pero fue en 1937 cuando Oberheuser dio un salto mayor. Se enroló en el Partido Nazi y consiguió trabajo en la Clínica de Düsseldorf y en el Instituto de Fisiología de Bonn. Pero el dinero en su familia no alcanzaba. Sus padres atravesaban una mala situación económica y la joven enfermera -cuyo sadismo todavía no había brotado- tuvo que conseguir otro trabajo. Fue así que aplicó para ser empleada "en un campamento de entrenamiento cercano a Berlín", tal como decía el anuncio del periódico que le había llegado a sus manos.

Se trataba de Ravensbrück, el campo de concentración para mujeres y niños a 90 kilómetros de la capital alemana que sirvió de "escuela" para la enfermera. "En Ravensbrück, en lugar de enseñarles cómo se debía administrar un campo, aprendían las diferentes formas de pegar, apalear y asesinar a los presos, además de todo lo referente al tema de los hornos crematorios", indicó Mónica González Álvarez al diario ABC de Madrid. Fue el lugar donde Oberheuser vio despertar el demonio que llevaba dentro.

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