DIA DE LA MEMORIA

La historia del sanjuanino caído en Campana

Guillermo Rodríguez tenía 24 años. Estaba casado con Ángela y era padre de tres chicos. Militante de la Juventud Peronista, el 12 de abril de 1975 fue acribillado en un enfrentamiento en Campana. El testimonio de su hija Eva, 42 años después, en Banda Ancha.
viernes, 24 de marzo de 2017 · 09:50
A Eva Rodríguez se le amontonan las emociones. Recordar a un papá que prácticamente no conoció, en el Día de la Memoria, se suma al inminente primer mes del fallecimiento de su mamá, que se cumplirá este domingo. Así, con el pulso tembloroso y los ojos al límite de las lágrimas, aceptó compartir su historia en Banda Ancha este viernes 24 de marzo, a 41 años del último golpe militar.
 
Eva Rodríguez, hija de Guillermo Rodríguez, caído en Campana el 12 de abril de 1975. 


La historia de Eva necesariamente comenzó con la historia de sus padres: Guillermo Adilio Rodríguez y Ángela Castillo. Él tenía 24 y ella 23 años, cuando habían emigrado de San Juan para radicarse en Buenos Aires y formar una familia. Tenían tres chicos -José de 4 años, Eva de 1 año y 8 meses, y Facundo, de solo 15 días- cuando el maestro mayor de obras que trabajaba en la construcción del puente Zárate Brazo Largo, para la empresa Techint, no regresó a casa.
 
 Eva Rodríguez y la foto junto a su padre en el zoológico de La Plata.
 

Ángela notó la demora, pero no supo lo que había ocurrido hasta que lo escuchó por radio: Guillermo había caído abatido en una balacera con grupos policiales y parapoliciales en Campana, donde vivía la familia, aquel 12 de abril de 1975. No había comenzado la dictadura. Pero la Triple A desplegaba un prólogo nefasto.
 
 
 Guillermo Rodríguez, sanjuanino caído en Campana el 12 de abril de 1975.

Según Eva, la muerte de su padre, militante de la Juventud Peronista y de la UOCRA, fue obra de la nefasta organización "anticomunista". La causa judicial todavía está abierta, allá en la Justicia Federal de Buenos Aires.

Ángela dejó a sus dos chicos mayores en manos de un vecino. Horas más tarde llegó la requisa policial al domicilio de la familia. Se llevaron a la mujer y a su bebé de 15 días. Y muchas pertenencias que nunca más regresaron. Los desvalijaron.

La joven viuda fue encapuchada, picaneada, torturada. Querían obtener una información que ella no tenía, simplemente porque no era militante como su marido, según narró Eva.

Curiosamente, la hija pudo reconstruir esta historia de a retazos, porque su mamá los protegió todo lo que pudo. Les dijo que su papá había fallecido en un accidente. Recién a los 11 años, Eva descubrió la verdad.

Todos viajaron a San Juan, a la casa de la abuela materna en El Médano, en Rawson. Y aquí crecieron. Recién en el año 2000, pudieron traer los restos de Guillermo en una urna, para darle sepultura en San Juan. Y cerrar una historia que aún hoy provoca dolor, un sinnúmero de interrogantes y el respeto por la causa que defendió aquel joven militante, aún pagando el precio más alto.
 
Ángela y Guillermo, en el zoológico de La Plata, con sus dos hijos mayores: Eva, en brazos de su mamá, y José. 
 


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