Quedaron repicando en la cabeza las palabras de Víctor Rojo, uno de los seis hijos de Ana Amalia Liñeiro, la señora que atropelló y mató un colectivo de la empresa Mayo. Hay una gran cuenta pendiente. Que no tiene que ver con la formación de los choferes de colectivos, o la seguridad vial en términos generales, o los controles de la Policía.