Según un informe periodístico del diario Uno, en Mendoza el 75% del mercado vitivinícola está concentrado en media docena de corporaciones y grupos familiares. Debido a su posición dominante, les resulta fácil fijar precios, establecer los parámetros de la temporada. Lo difícil es que la asimetría se resuelva con competitividad y nada más.
