Repudiaron a Cuevas por los "indios"

El comunicado completo:

 

 

Observatorio de Derechos Humanos San Juan 

COMUNICADO DE PRENSA del "OBSERVATORIO CIUDADANO DE DERECHOS HUMANOS SAN JUAN" en repudio de las declaraciones del MINISTRO DE GOBIERNO DE LA PROVINCIA DE SAN JUAN

El Observatorio Ciudadano de Derechos Humanos San Juan repudia enfáticamente los dichos del Ministro de Gobierno de la Provincia de San Juan, Adrián Cuevas, quien a través de declaraciones en medios informativos y periodísticos locales en el día de hoy, 18 de septiembre de 2014, se refirió al ataque que sufrió en la Ruta 40 y Calle 5, en Rawson (Provincia de San Juan) un colectivo de la empresa Del Sur y Media Agua, hecho que tuvo como saldo un bebé y una mujer heridos. El Ministro Cuevas tildó a los atacantes como "indios”.

Textualmente en sus declaraciones, el Ministro sostuvo que:

"Si tenemos que ponerlo en contexto, son indios. No puede haber un policía en cada esquina de la provincia. En una sociedad civilizada no cabe estar tirando piedras, ni tampoco podemos estar custodiando a todos los medios de transporte o vehículos que estén transitando en la provincia. Es una cosa de locos que un colectivo esté circulando por una ruta nacional y termine siendo atacado de esta manera. De plano repudiamos esta acción de vándalos”.

 

Repudiamos estas declaraciones del Ministro Adrián Cuevas quien, de acuerdo a la investidura que le otorga su cargo público, consideramos, tiene una responsabilidad político-social sobre sus actos y sobre sus dichos compartidos públicamente. En sus declaraciones, el Ministro Cuevas, emplea el término "indio” en una acepción racializante y discriminadora del mismo, con el propósito de reforzar los estereotipos que recaen sobre la población "no blanca” de la provincia, abonando los argumentos que tienden a criminalizar a los sectores sociales cuyo color de piel y procedencia social y/o étnica se acomodan al imaginario hegemónico del indígena residuo de las formas culturales arcaicas, y que la pretendida sociedad Civilizada (tendiente al modelo eurocéntrico industrializado) supo combatir desde la generación de pensadores, que como Domingo F. Sarmiento, imaginaron a la nación argentina y a sus provincias como "libres de la amenaza bárbara que representaban –para ellos- los indios”.

Esto demuestra que las instituciones de gobierno de la provincia de San Juan y sus agentes públicos, mantienen y sostienen en su interior una estructura colonial –y su correlato, es el orden racial– que, como bien lo afirma Eugenio Zafaroni (Ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación y eximio penalista) no les permite construir un Estado plenamente democrático ni un discurso jurídico-penal, que no sea utópico e irrealizable. De esta manera, el Estado, a través de sus instituciones, de sus instrumentos jurídicos, sus agentes y discursos morales, ejerce hoy el terror entre los desposeídos. Eugenio Zaffaroni, desenmascara la selectividad de la justicia en relación con los sectores más carentes de la población y sobre algunos disidentes (o ‘diferentes’). El mismo Zafaroni, sostiene que el sistema penal está estructuralmente montado para que la legalidad procesal no opere y, sí, para que ejerza su poder con altísimo grado de arbitrariedad selectiva dirigida, naturalmente, a los sectores vulnerables. De este modo, las declaraciones del Ministro Cuevas resultan, no en declaraciones infortunadas o aisladas, si no que vienen a poner en el tapete público, y con toda descarnada impunidad, un discurso social, cultural y penal racializante que nos ayuda a entender por qué las cárceles de todo el continente, y especialmente en Sudamérica, están habitadas por un 90% de presidiarios no blancos.

En la perspectiva de algunos autores que han estudiado detenidamente el tema, como Rita Segato, se trataría no solo de un "gobierno de la miseria”, en el cual la prisión sirve para el mantenimiento del orden racial y para garantizar la segregación de una categoría de sujeto social indeseable percibida como generadora de una doble amenaza, inseparablemente física y moral, sobre la ciudad Civilizada que menciona el Ministro Cuevas. Desde este punto de vista, se trata de la construcción sistemática de esa «indeseabilidad» y de esa repugnancia «física y moral», que nada tienen de naturales, para profundizar una usurpación que impide la preservación de la vida y de un dominio propio de existencia para las comunidades marcadas. Raza es efecto y no causa, un producto de siglos de modernidad y del trabajo mancomunado de académicos, intelectuales, artistas, filósofos, juristas, legisladores y agentes de la ley, que han clasificado la diferencia como racialidad de los pueblos conquistados (Rita Segato, p.8, 2007).

Por último, y a través de este comunicado repudiamos los actos violentos que llevaron a estas declaraciones del Ministro, pero en el mismo sentido, pedimos a las autoridades provinciales y a la sociedad en general que revise los discursos y relatos morales que informan la burocracia política y administrativa estatal, la misma que siembra en sus declaraciones los gérmenes de la violencia social que dice combatir.