La historia de los demos perdidos de los Beatles que se convirtieron en el Álbum Blanco

Fines de mayo de 1968: los Beatles se juntan en Kinfauns, la cabaña de George Harrison en Esher. Recién llegados de la India, preparándose para ir a Abbey Road y empezar su siguiente disco, los amigos graban un par de temas acústicos en el moderno grabador de bobina abierta Ampex de Harrison. El resultado es una de sus grabaciones inéditas más extrañas y adorables: los demos Esher. En todo su catálogo no hay nada como esto.
sábado, 26 de mayo de 2018 · 15:14

Fines de mayo de 1968: los Beatles se juntan en Kinfauns, la cabaña de George Harrison en Esher. Recién llegados de la India, preparándose para ir a Abbey Road y empezar su siguiente disco, los amigos graban un par de temas acústicos en el moderno grabador de bobina abierta Ampex de Harrison. El resultado es una de sus grabaciones inéditas más extrañas y adorables: los demos Esher. En todo su catálogo no hay nada como esto. La mayoría de las 27 canciones terminaron en el Álbum Blanco, aunque no tienen nada de la tensión y el pavor de ese disco. En Esher se están divirtiendo; no se dan cuenta de las torturas que se van a infringir el uno al otro cuando hagan el Álbum Blanco. En lugar de eso, es un momento de calidez jovial e íntima; quizás por última vez podés escucharlos todavía enamorados de ser los Beatles todos juntos.

Cincuenta años después, los demos de Esher siguen siendo uno de los artefactos más extraños de los Beatles. Cuando los muchachos se reunieron en el lugar de George los últimos días de mayo -nadie está seguro de la fecha exacta- tenían excelentes razones para sentirse agrandados frente al material nuevo. Compusieron estas canciones durante un retiro con el Maharishi en Rishikesh, India, un lugar donde no tenían instrumentos eléctricos. Tampoco tenían contactos para conseguir drogas, lo cual quizás explique por qué crearon sus canciones más robustas en muchos años. Como dijo John Lennon años después: “Nos sentamos en la montaña a comer comida vegetariana mala y componer estas canciones. En India compusimos un montón de canciones”. John, el Beatle que más se distraía, tuvo la racha de su vida durante esos tres meses en Rishikesh, razón por la cual el Álbum Blanco es su disco con mayor presencia de John. (El disco anterior con la mayor cantidad -y las mejores- canciones de John había sido A Hard Day’s Night, cuatro años antes).

Cuando los Beatles se volvieron a juntar en Inglaterra, decidieron reunirse a grabar demos caseros en su propio lugar antes de entrar en Abbey Road, una innovación que antes no habían practicado, y que no volverían a practicar. Así que se juntaron en la cabaña hippie de George en la campiña de Surrey, toda decorada con estilo hindú. John apareció con 15 canciones, más que Paul (7) o George (5). En las cintas, podés escucharlos relajados en un ambiente informal. Se sientan en el living, tocando guitarras, panderetas o maracas, respirando incienso, reclinándose sobre almohadones de cuero.

 

 

Los demos de Esher son un verdadero tesoro; los usaron durante años. Canciones que luego despertarían mayor ansiedad son interpretadas con un estilo de fogón en una toma, solamente con guitarras acústicas y aplausos. Se guardaron un par de bocetos incompletos para Abbey Road (“Polythene Pam”, “Mean Mr. Mustard”), otras para sus discos solistas (“Junk”, de Paul, “Not Guilty” y “Circles”, de George, “Child of Nature”, de John, que luego rebautizó “Jealous Guy”). Gritan de alegría con las canciones de los otros: hasta “Honey Pie” rockea. Suenan con ganas de llegar al estudio y grabar algo en un par de días, como solían hacer en la época en la que tenían que hacerlo así. Nadie sabe que las sesiones serían una pesadilla interminable, en las que se esforzaron por duplicar el ambiente relajado de los demos. “Ob-La-Di, Ob-La-Da” atravesará 47 tomas. “Not Guilty” requerirá 102, y ni siquiera quedó en el disco.

En la cinta, a veces le hablan a Mal Evans y Derek Taylor, probablemente presentes para hacer té o armar los cigarrillos. Ringo es una presencia silenciosa, aunque podés escucharlo rebuznando en “Bungalow Bill”. Pero el ambiente es amistoso: es como el Álbum Blanco sin la hostilidad, lo cual puede significar que no tiene nada que ver con el Álbum Blanco. Algunas canciones todavía están en proceso. En “Yer Blues”, John está “inseguro” en lugar de querer “suicidarse”, mientras que los “Piggies” de George comen chuletas de cerdo en lugar de tocino. George canta la excelente “Sour Milk Tea”, que en 1968 transformó en un éxito para su amigo de Liverpool Jackie Lomax, con Paul en el bajo y Ringo en la batería. Los muchachos no paran de hacerse chistes entre ellos, como cuando John hace su parodia de un monólogo de doo-wop en “I’m So Tired”: “Cuando te agarro con mis brazos, cuando mostrás cada uno de tus encantos, me pregunto si debería levantarme y meterme en un loquero. ¡No, no, no!”.

Al final de “Dear Prudence”, John cuenta la historia de Prudence Farrow, aunque la locura de la que canta es en realidad la de él. “Rishikesh, India”, dice con el último arreglo de guitarra, y los otros se ríen. “Nadie podía saber que tarde o temprano, ella iba a volverse completamente loca bajo el cuidado de Maharishi Mahesh Yogi. Todo el mundo estaba preocupado por la chica, porque se estaba volviendo loca.” Respira profundamente. “Por eso cantamos por ella.”

 

 

Era una época loca para los Beatles. Todas sus vidas cambiaron en un par de días. A mediados de mayo, John y Paul viajaron a Nueva York para anunciar su nueva empresa Apple Corps. Hicieron una desastrosa visita a The Tonight Show, el 14 de mayo, con la diva de Hollywood Tallulah Bankhead, que no fue muy fan de “I Am the Walrus”. Era un logro importante para NBC -la primera vez que John o Paul daban una entrevista en cualquier talk show en los Estados Unidos-. Desafortunadamente, Johnny Carson estaba de vacaciones. En su lugar, tuvieron que hablar con el conductor invitado, Joe Garagiola, el catcher de los Cardinals devenido periodista deportivo, que no sabía nada de ellos y desaprovechó la oportunidad televisiva del año. (Garagiola: “¿Qué van a hacer cuando se pinche la burbuja?”. Lennon: “No tengo idea. Sigo buscando la burbuja”). Una Bankhead de 66 años hizo lo que pudo para condimentar la charla, con su célebre voz de fumadora: “Estuve ocho años en Inglaterra y no vi ni un partido de cricket, no entendí nada. ¿Cómo podés esperar que ellos entiendan el béisbol?”. Los comentarios de ellos sobre el Maharishi fueron desaprovechados por Garagiola.

Pero el verdadero cambio ocurrió a las horas del regreso de John a Inglaterra. Grabó Two Virgins con Yoko Ono en una sesión de toda una noche en la que terminaron en la cama por primera vez, sorprendiendo a la pobre Cynthia Lennon en el desayuno, y terminando inmediatamente su matrimonio. El 30 de mayo, el primer día de las sesiones del Álbum Blanco, los otros tres se sorprendieron al ver a Yoko en la sala de control de Abbey Road al lado de John, donde se quedó todo el tiempo -incluso, se acercó junto a él al micrófono en la primera versión de “Revolution 1”-. Desde entonces, ellos sólo podían acceder a John a través de ella. Paul, inesperadamente, fue el único que le dio una bienvenida adecuada, según sintió ella. “Paul fue muy amable conmigo”, reflexionó en su diario grabado del 4 de junio. “Me trata con respeto. Siento como si fuera mi hermano menor o algo así. Estoy seguro de que si hubiera sido una mujer o algo así, habría sido una gran amiga, porque hay algo definitivamente muy fuerte entre John y Paul.”

 

 

Los Beatles se pasaron cinco meses angustiantes haciendo el Álbum Blanco, muchas veces separándose para trabajar en estudios distintos. Las peleas eran tan feas que Ringo renunció por una semana. En gran medida, los demos de Esher son el último momento registrado de los Beatles como banda. Para las sesiones de Get Back/Let It Be, intentaron recrear este espíritu de cintas caseras, pero en su lugar documentaron su triste defunción. Siete de las canciones de Esher aparecieron en Anthology 3 -“Happiness is a Warm Gun”, “Glass Onion”, “Junk”, “Honey Pie”, “Piggies”, “Mean Mr. Mustard” y “Polythene Pam”-. El resto sigue inédito.

Uno de los momentos más conmovedores es “Child of Nature”, de John, acerca de India. (“Camino a Rishikesh/Estaba soñando, más o menos”). Tres años después, recicló la melodía para “Jealous Guy”, una canción de amor para Yoko Ono. Pero acá John canta: “Soy tan solo un hijo de la naturaleza”, al igual que Paul cuando canta “Mother Nature’s Son”. Para estos dos muchachos de ciudad, la naturaleza era solo una fantasía que compartían, una familia a la que podían sumarse para volver a ser hermanos. “Child of Nature” y “Mother Nature’s Son” no tienen prácticamente nada que ver con la naturaleza, pero mucho que ver la una con la otra, y el sueño de que todo lo que han roto se puede arreglar. En los demos de Esher, ese vínculo amistoso sigue manteniendo unidos a los Beatles. Nunca más volverían a sonar tan cerca.

Extraído de Dreaming the Beatles: The Love Story of One Band and the Whole World, el libro sobre los Fab Four escrito por el columnista de Rolling Stone Rob Sheffield.

Fuente: RS

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