Me voy a buscar una vida en Europa

Argentina-España: el viaje, la estadía y la búsqueda de la ciudadanía

Soy Alfredo. Soy sanjuanino de cepa y decidí tomar otro camino. En un choque de sentimientos, me fui a Europa a conseguir trabajo y estabilidad para mi familia. Esta es la crónica de una nueva vida.
domingo, 23 de febrero de 2020 · 13:03

Todo empieza por una despedida. Pero no es cualquier despedida, esta es muy especial porque uno sabe que no va a volver en quince días o un mes. Sabe que no va a volver en años, y que cuando necesite algo ya ni los viejos, ni los hermanos, ni los amigos, van a estar ahí. Por eso todo empieza por una despedida.

Me llamo Alfredo Pastor y decidí viajar a Europa para buscar una nueva vida. Más estabilidad y más seguridad para mi familia. Escuché mucho sobre lo que sucede en el viejo continente, de los precios, los sueldos, el modo de vida, la cultura y, también, de la oportunidad. No poseo un título universitario pero sí la ciudadanía española y mucha experiencia en oficios, y eso, según dicen, ya es algo.

Llegué a Ezeiza después de despedirme de mucha gente, movido por la ansiedad y por el miedo. Siempre quise viajar para buscar un futuro, pero es la primera vez que puedo hacerlo. Por eso, en la balanza la ansiedad siempre puede más. En el aeropuerto internacional la inflación argentina ya me daba la despedida.

Viajo con mi novia y mi hijo. Si bien la experiencia es de los tres, hay una procesión ineludible que se lleva por dentro. En nuestro caso, solo conocemos una persona y es a través de Facebook. Las redes sociales acortan distancias, y se puede encontrar gente muy buena del otro lado. En este caso, eso es una puerta. Muchas veces uno no lo ve así, pero al fin y al cabo se convierte en una puerta.

Luego de 8 horas de espera abordamos el avión en Ezeiza y llegamos a Madrid. Ni bien llegamos, noté la gran diversidad cultural que hay. En San Juan, uno ve mucha gente, pero nunca como en esta ciudad. Árabes, africanos y muchos asiáticos. También note que el cambio de horario genera mucha hambre, por lo que es importante llevar unos euros para comer. La hamburguesa de la marca MC costó 1,20 euros, unos 130 pesos argentinos. Embarcamos a Palma, en Mallorca, la ciudad en la que primero haremos pie.

Al llegar notamos el terrible cambio de temperatura. Durante la noche, unos 9 grados de pleno invierno, ya durante el día unos 19 grados bajo el sol. Nuestro contacto de Facebook nos pasó a buscar y fuimos directo a la pensión. Si bien no hay muchos planes de por medio, es importante siempre tener un lugar donde pasar la noche, sobre todo si vas con tu familia. En la pensión ya nos ofrecieron "empadronarnos". Esto es, comenzar el papeleo para poder instalarte como ciudadanos, lo que genera mayores posibilidades de trabajo.

Más tarde, fuimos a hacer las primeras compras y las expectativas se cumplieron. Un bidón de agua de 6 litros cuesta 78 céntimos de euro, algo de 52 pesos argentinos. Al momento de hacer el cambio de pesos a euros uno siente bastante la devaluación, pero al comprar insumos realmente es barato. Según me comentaron, una hora de trabajo está entre los 8 y 10 euros. Se calcula entre 1.000 y 1.500 euros al mes. La pensión en la que estamos cuesta 420 euros al mes.

Fue un buen momento para llegar, porque al llegar nos encontramos con el Carnaval de Palma. Concretamente no vinimos a esto, pero siempre es bueno aspirar un poco de cultura, la cual tiene mucho color por este lado del océano. Palma es una ciudad muy antigua y pintoresca, con edifcios que datan del 1700. Esta ubicada en una costa, pegada al mar mediterraneo. También, sorprende la cultura de limpieza de este lugar. Durante el festival hubo mucho color, mucho papel picado, mucha mugre en el piso. Ni bien terminó, a los minutos comenzó a pasar el basurero municipal dejando todo impecable, como si nada hubiera pasado.

Buscar asentarse también es esto, reconocer el lugar, sumergirse en la cultura. Elegir bien donde se va a estar para aprender a disfrutar a su manera, la vida que uno busca. La próxima semana comenzaré a hacer los papeles. Esto es, anotarme en el Ayuntamiento (edificio municipal) como que estoy alquilando y residiendo. Una vez allí, iré a la Policía con la partida de nacimiento y el pasaporte para recibir mi nuevo DNI.

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