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Tres historias reales para ver en Netflix

La plataforma viralizó esta semana los títulos basados en hechos verídicos.
martes, 23 de noviembre de 2021 · 13:44

Esta semana, la plataforma de la N roja informó a sus suscriptores con las novedades a través de sus redes sociales.

En esta oportunidad, Netflix presentó historias reales que se encuentran detrás de tres documentales para no perderse.

Misterios del Titanic

2003 - Dir: James Cameron

Luego de filmar su aclamada y premiada cinta Titanic, el cineasta James Cameron decidió volver al lugar del naufragio del RMS Titanic, a bordo de un buque de investigación ruso, en un intento por explorar los restos, por dentro y por fuera, en un evento sin precedentes.

Acompañado de un equipo de expertos en historia y marinos, Cameron grabó el documental Ghosts of the Abyss, donde, utilizando tecnología de punta desarrollada para la expedición y aprovechando los avances cinematográficos para mostrar todo a gran detalle, el cineasta y el actor Bill Paxton regresan a la tumba de más de 1.500 personas, llevando al público a lugares nunca antes vistos desde el hundimiento, permitiéndoles experimentar el barco como si fueran parte de la tripulación dentro de los submarinos.

Vilas: Serás lo que debas ser o no serás nada

2020 - Dir: Matías Gueilburt

Este documental retrata la historia de Guillermo Vilas, leyenda del tenis, que durante más de 40 años reclamó por la revisión de los rankings para ser reconocido número 1 del mundo. Es también la historia de un periodista deportivo, Eduardo Puppo, quien haciendo propia la lucha de Vilas, emprendió una cruzada durante más de una década contra una de las más grandes corporaciones deportivas para demostrar que efectivamente había sido injustamente desplazado de la cima del tenis mundial. El trabajo del periodista nos adentra en una investigación que revisa todos los resultados que conformaron los rankings del tenis masculino mundial entre 1973 y 1978.

Vidas separadas

2018 - Dir: Tim Wardle

En 1980, en la ciudad de Nueva York, tres extraños descubren, por casualidad, que son hermanos trillizos idénticos, separados al nacer. Con apenas 19 años, su descubrimiento los lleva hasta su nacimiento, en julio de 1961, de una madre soltera que decidió darlos en adopción. Mediante una agencia judía de adopción, los tres fueron colocados, estratégicamente y con la supervisión de dos psiquiatras, en familias de diferente clase social y económica: uno fue asignado a una familia obrera, otra a una pareja de clase media y el último a una familia adinerada y de prestigio.

En Vidas separadas, los tres hermanos crecieron bajo los nombres de David Kellman, Eddy Galland y Bobby Shafran, quienes coincidieron con las mismas personas en una universidad. En un inicio, su reunión fue emotiva y alegre, bajo una cobertura mediática que les daría fama internacional y la empatía del mundo ante su historia. Pero su nueva relación develó nuevas respuestas, acompañadas de un perturbador secreto y el reconocimiento de que cada uno, independiente a su estatus social, enfrentaba una depresión que no lograban comprender.

 

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