Fachadas porteñas, refugios de arte
Lo muestran el mascarón y las figuras con faldas que parecen hechas de hojas de árboles, dispuestas como si fueran a bailar una danza ritual. La parte superior del frente de Florida 343 desborda de elementos decorativos. Es un cuadro, un relieve, mejor dicho, de fantasía barroca con aires indígenas.
Puede que, en medio del trajín de la peatonal porteña, no sea fácil redescubrir esa maravilla en el edificio que Estanis- lao Pirovano diseñó en 1930 para el diario La Nación y que hoy es sede de una mega tienda. Pero basta hacer zoom para engancharse.
Hay otras, muchas, fachadas que ofrecen arte en Capital. No sólo en los palacios de Recoleta, donde suelen reinar la armonía y la sobriedad neoclásicas; la elegancia. Ni en el Barolo (1919, en Avenida de Mayo 1370), del arquitecto italiano Mario Palanti, en el que la supuesta inspiración en la Divina Comedia del Dante se combina con influencias de un templo indio del siglo XII, entre otras.
Arriba: Palacio Barolo
Con 35 esculturas –una pareja arrasada por un remolino y querubines “alegres” entre vi- des-, la de la Casa Calise (1911, en H. Yrigoyen 2562), de Once, que el arquitecto también italiano Virginio Colombo construyó en 1911 y que acaba de ser restaurada –la inauguración será a mitad de abril– es un festival. Se trata de una de las más decoradas y más lindas de Capital y es emblema del mix de tendencias que influyeron en el Art Nouveau local. (Del mismo autor, celebrity de esa corriente, hay otra, hermosa, la de la ex Societá Unione Operai Italiani, de 1913, en ruinas, en Sarmiento al 1300).
Arriba: Societá Unione Operai Italiani
En la colección de frentes más bellos de la Ciudad, está también la Casa de los Lirios (1905, Rivadavia 2031), Congreso, sobre la que se en- redan las flores y las ramas, ondulantes. Están las representaciones de figuras humanas Art Decó que parecen brotar, esbeltas, en el ex “Palacio Crítica” (en Avenida de Mayo 1333), creado por los hermanos húngaros Jorge y Andrés Kalnay para otro periódico, Crítica justamente, de Natalio Botana. Y está el mural que recrea una escena campestre (en Paraguay 1328), realizado en 1911 con azulejos traídos de Milán.
Arriba: Casa de los Lirios
El catálogo es inmenso. En este GPS va una selección necesariamente arbitraria, que a veces se impone ante la vista y otras, obliga a enfocar incluso entre el cableado. Son piezas conocidas y no, para arrancar.
Fuente: Clarín