La mirada del arquitecto: subastarán obras de un misterioso coleccionista
Piezas de Picasso, Miró, Bacon y otros grandes artistas, dignas de los mejores museos, se venderán este mes con bases millonarias
Quince pinturas de Pablo Picasso, Joan Miró y Giorgio de Chirico, entre otros grandes artistas, serán rematadas en Londres; entre ellas figura un tríptico de Francis Bacon, uno de los pintores más cotizados del mundo, similar a otro que pertenece al MoMA de Nueva York.
Fue musa de Lucian Freud y de Francis Bacon, dos de los principales artistas del siglo XX. En 2012, un retrato realizado por Bacon que mostraba a Henrietta Moraes desnuda con las piernas abiertas sobre una cama se vendió en una subasta en Londres por 21,3 millones de libras esterlinas (30,3 millones de dólares). Seis años antes, otra pintura que la representaba recostada con una jeringa había logrado un récord de venta para el pintor británico, que hoy se cuenta entre los más cotizados del mercado mundial.
Retratada por Bacon (1909-1992) por lo menos 16 veces a lo largo de dos décadas, Moraes (1931-1999) volverá a demostrar su poder de seducción en las próximas semanas. La casa de subastas Christie’s anunció que rematará el 6 de marzo un tríptico de Bacon que representa versiones de su rostro, similar a otro de 1963 que pertenece a la colección del Museo de Arte Moderno de Nueva York.
Aunque Tres estudios para un retrato (1976) saldrá a la venta con una base estimada entre 14 y 21 millones de dólares, podría superar todos los pronósticos. Otro tríptico de Bacon, Tres estudios de Lucian Freud, se convirtió en 2013 en la obra más cara vendida hasta entonces en una subasta, al rematarse por 142,4 millones de dólares. Ese récord trepó meses atrás a la escalofriante suma de 450,3 millones, pagados por el Salvatore Mundi de Leonardo Da Vinci.
A la historia de este triángulo amoroso no consumado -Moraes fue amante de Freud (1922-2011), pero no de Bacon, que era gay- se suma ahora otra, no menos interesante. Christie’s anunció que Tres estudios para un retrato lidera un conjunto de obras pertenecientes a un misterioso arquitecto cuyo nombre no fue revelado. Lo único que se sabe de él es que tuvo el dinero y la visión suficientes para armar una colección digna de los mejores museos.
“La mirada del arquitecto” se titula, de esta manera, la selección de quince pinturas de Bacon, Pablo Picasso, Giorgio de Chirico, Fernand Léger, Joan Miró, Giorgio Morandi, Juan Gris y Georges Braque que se subastarán en Londres entre el 27 de febrero y el 6 de marzo en Londres. Antes de viajar a la capital británica, se exhiben esta semana en Hong Kong y Nueva York.
La colección fue formada “hace cuarenta años por un innovador arquitecto y permaneció oculta al público desde entonces”, señaló Olivier Camu, responsable del área de Impresionismo y Arte Moderno de Christie’s. El tríptico de Bacon, por ejemplo, fue realizado en 1976 e integró al año siguiente una muestra dedicada al artista en la galería parisina Claude Bernard. Nunca volvió a ser exhibido.
“El conjunto resulta fascinante por su foco -agrega Camu-: todas las obras son de un formato similar y fueron creadas entre 1916 y 1976. Son figurativas, ya sean retratos o naturalezas muertas, muy estructuradas, y tienen influencias cubistas, neocubistas o metafísicas y surrealistas. Su diversidad y fuerza ofrecen un panorama de algunos de los movimientos de vanguardia más radicales del siglo XX”.
Estas son otras obras de la misma colección que se subastarán en Londres el 27 de este mes, con bases estimadas entre 700.000 y 5 millones de libras (entre 980 mil y 7 millones de dólares).
1 – Cabeza de maniquí – Giorgio de Chirico, 1916-17
Pintada mientras De Chirico vivió en la ciudad de Ferrara, durante la Primera Guerra Mundial, esta obra es un gran ejemplo de la “pintura metafísica” creada por el artista, presente con sus características plazas desiertas en las colecciones del Museo Nacional de Bellas Artes y de la Fundación Klemm.
2 – Figura – Pablo Picasso, 1930
¿Podría ser Olga, su esposa, esa figura totémica con garras parecida a un Transformer? Pintada en 1930, la obra pertenece al período del artista malagueño asociado con el surrealismo. Aunque él no se reconociera como integrante de dicho movimiento, sí se inspiró en las esculturas de África y de Oceanía para crear figuras monstruosas y esculturales, similares a esqueletos distorsionados. Mujeriego empedernido, Picasso atravesaba entonces una crisis matrimonial mientras mantenía un romance con Marie-Thérèse Walter. “Tienes una cara interesante, me gustaría hacerte un retrato, creo que vamos a hacer grandes cosas juntos”, le dijo a la joven sueca en la puerta de las Galerías Lafayette, el 8 de enero de 1927. Ella tenía 17 años; él, 45. En 1935 nació Maya, hija de ambos.
3 – Cabeza de hombre – Miró, 1931
“Me propongo destruir todo lo que existe en pintura”, le dijo el artista catalán al periodista Francisco Melgar, semanas antes de pintar esta obra. Con la incorporación de figuras geométricas y estructuras complejas, comenzaba así una etapa que marcó un giro radical en su trabajo. Ese proceso de transformación no se detendría nunca, tal como puede comprobarse hasta el 25 de este mes en Buenos Aires, en el Museo Nacional de Bellas Artes, donde se exhiben cincuenta piezas producidas durante las dos últimas décadas de su vida.
4 – Naturaleza muerta – Giorgio Morandi, 1942
La fascinación del arquitecto-coleccionista por las estructuras se hace evidente una vez más a través de esta obra del artista italiano, famoso por sus naturalezas muertas cercanas a la abstracción, como la que pertenece a la colección del MNBA. Su talento para conmover con un puñado de objetos y sutiles cambios de color y perspectiva le valieron los más importantes premios en las bienales de Venecia (1948) y San Pablo (1957).
5 – La fábrica (motivos para el motor) – Fernand Léger, 1918
Fascinado desde sus comienzos como artista con las formas cilíndricas y geométricas de un mundo cada vez más mecanizado -por lo cual fue señalado como un adelantado del futurismo-, Léger realizó esta obra un año después de haber peleado en el frente de batalla con la armada francesa. Allí enfrentó el poder brutal de las máquinas -las ametralladoras, los aviones, los tanques-, que representaría como un ícono de la modernidad.
Fuente: La Nación