Mira, el sanjuanino por el mundo

Hoy Camboya - Primera Parte

Atrás quedó el orden y la pulcritud de Singapur, esa ciudad-estado que nos impactó. Hoy nos vamos hasta Camboya, donde todo es totalmente distinto y donde reina el desorden, el ruido y el caos vehicular. Vení que te contamos como nos fue.
domingo, 9 de mayo de 2021 · 13:07

Al llegar al aeropuerto de Phnom Penh, todo cambia. Camboya es otra cosa.

Caótica, asfixiante, ruidosa, llena de tuc-tuc que tocan bocina en busca de clientes, autos de primeras marcas que se mezclan con bicicletas y motos que se pasean sin ningún tipo de orden y respeto por las señales de tránsito.

Por qué? Porque existen pocas señales de tránsito y solo ves algunos semáforos que no son respetados. La idea siempre es hacer zigzag por las calles sin importar que vehículo conduzcas y los fuertes olores de basura que se acumulan en las calles, te devuelven a la realidad: ya no estamos en Singapur en donde no veías un papel en la calle.

Como dijimos, todo cambió de repente.

La ciudad, fue fundada en 1434 y fue famosa por su belleza, su histórica arquitectura y sus atractivos turísticos. Se la conoció como la Perla de Asia y era considerada una de las ciudades francesas más bonitas de la ex Indochina hacia 1920.

Pero 50 años después, todo cambió para mal, porque se destruyeron sus riquezas, sus valores, su rica historia y sobre todo su población, que fue aniquilada por el hijo de puta de la época, llamado Saloth Sar y apodado Pol Pot.

Al ver algunos números comparativos de esa época, te das cuenta de algunas cosas, por ejemplo: la tasa de mortalidad del país en la década del 70, alcanzó un promedio de 40%, la alfabetización apenas superaba el 50% y la esperanza de vida era de 35 años, debido a las matanzas ocurridas en el gobierno de Pol Pot. Hoy la tasa de mortalidad es menor al 6%, la alfabetización es superior al 85% y la esperanza de vida supera los 70 años.

Pero de éste personaje hablaremos en otro momento, cuando se pueda digerir mejor lo que fue la historia reciente de Camboya.

Veamos un poco de historia.

Arrancamos con la visita a la ciudad de Phnom Penh, capital de Camboya, conocida entre los españoles del siglo XVI como Chordemuco. Es la ciudad más poblada de Camboya y desde la colonización francesa es el centro económico, industrial, político, diplomático y cultural del país. Es la sede del gobierno y un centro comercial importante en el Sudeste Asiático por su estratégica situación geográfica en el delta y la confluencia de los ríos Mekong, Tonlé Sap y Bassac, que la hacen puerto pluvial con salida al Mar de la China. En el área metropolitana viven 2,5 millones de habitantes y el centro turístico conserva el ambiente cultural asiático y su controvertida historia.

Phnom Penh, significa La colina de Penh y toma su nombre del Wat Phnom o Templo de la Colina. Según una leyenda, en 1372, una vieja monja llamada Daun Penh fue a buscar agua al Tonlé Sap y encontró un árbol de nuez de la India que flotaba río abajo arrastrado por la corriente. Dentro de un agujero del árbol encontró cuatro estatuas de bronce de Buda y otra de piedra. Daun Penh llevó las estatuas a la orilla y ordenó amontonar tierra cerca de su casa hasta formar una colina. Usó la madera del árbol para construir un templo encima de la colina, donde puso las estatuas y bautizó el templo con su nombre: Wat Phnom Daun Penh, conocido actualmente como Wat Phnom, una pequeña colina de 27 metros de altura.

La edad dorada de la Civilización Jemer es el período comprendido entre los siglos IX y XIII. En ese entonces, el Reino de Kambuya, que dio su nombre a Camboya, gobernó sobre extensos territorios desde su capital en la región de Angkor, al oeste de Camboya, a orillas del río Mekong. A comienzos del siglo XIII, Kambuya alcanzó su apogeo político y cultural y además del territorio de la actual Camboya, también contaba con la zona oriental de Tailandia, el sur de Laos y la parte meridional de Vietnam hasta el antiguo Reino de Champa. Esta situación de guerras con pueblos vecinos, peleas interdinásticas y el deterioro del complejo sistema de irrigación del que dependía la producción de arroz aceleró la caída hasta que en 1431 los tailandeses capturan la ciudad y el rey jemer escapa al sur del país.

Por eso, Phnom Penh se constituyó capital y fue gobernada por el rey Phnea Yat después de abandonar Angkor Wat, debido a las batallas con los tailandeses. Sin embargo hay estudios que plantean hipótesis como epidemias, carencia de alimentos y la posibilidad de nuevas rutas comerciales con China para lo cual la situación geográfica de Phnom Penh tendría mayores beneficios.

Más acá en el tiempo te cuento, la Guerra de Vietnam se extendió a Camboya y aprovechando la coyuntura el grupo guerrillero de los Jemeres Rojos tomaron Phnom Penh en 1975. Este grupo fue el responsable del genocidio camboyano (entre 1975 y 1979) y desató el conflicto con Vietnam conocido como Guerra camboyano-vietnamita, que duró hasta 1991. Tras los acuerdos de Paz de París de 1991, el país sería gobernado brevemente por la Autoridad Provisional de las Naciones Unidas en Camboya (entre 1992 y 1993) y finalizó su labor tras celebrar unas elecciones en las que participó el 90 por ciento de los camboyanos con derecho a voto. Un golpe de estado en 1997 llevó al poder a Hun Sen y su Partido Popular de Camboya, que permanecen en el poder hasta la actualidad.

Desde su independencia, en 1953, el Reino de Camboya, cambió de nombre varas veces. Entre 1970 y 1975 se llamó República Jemer bajo el mando de Anúj Girmanota; entre 1975 y 1979 se llamó Kampuchea Democrática bajo el mando de Pol Pot y los Jemeres Rojos; luego un gobierno vietnamita controló el país hasta 1989 y lo llamó República Popular de Kampuchea; desde esa fecha hasta 1993 fue Estado de Camboya y a partir de la restauración de su monarquía parlamentaria volvió al nombre de Reino de Camboya. Sin embargo, Kampuchea es el nombre más conocido entre los habitantes de habla jemer.

En los últimos años, el país experimentó un gran crecimiento económico, gracias al buen funcionamiento de sectores como el textil, la agricultura y el turismo, que atrajeron inversión extranjera y comercio internacional. ​A esto hay que sumarle que las aguas territoriales de Camboya guardan importantes yacimientos de petróleo y gas natural que permanecen sin explotar por las disputas territoriales con su vecina Tailandia.

Algo curioso es su bandera. La actual bandera de Camboya fue adoptada en 1993 y consta de dos franjas azules y una raya roja en el medio. La raya roja tiene la silueta blanca del templo de Angkor Wat en su centro. Este símbolo de la dinastía Jemer del siglo 12 es considerado dominante en Camboya. Las torres del templo recuerdan el Monte Meru, hogar de los dioses hindúes. Las franjas azules representan la dignidad, la raya roja representa a la nación y el color blanco se refiere a la fuerza de la religión. Hasta 1989, la bandera fue utilizada con un contorno amarillo del templo en una banda de color rojo, pero después de la guerra civil y la restauración de la monarquía en 1993, el Rey Sihanouk se inclinó por la adopción de la bandera actual.

Un paseo por Phnom Penh

Nuestro hotel estaba en pleno centro de la ciudad y se llamaba Okay Boutique Hotel y estaba a pocos minutos del Museo Nacional de Camboya y del Palacio Real y ya al entrar parecía que te sumergías en plena tradición budista. Con muebles de ratán y bambú, con paredes de color rojo y dorado, techos tapizados de maderas, varias estatuas de Buda y Ganesha y algunas ánforas repletas de agua con flores de loto flotando, mientras en el ambiente se escucha una suave música oriental que te invitaba a relajarte. Para desayunar había que subir al último piso, quitarse el calzado y disfrutar de los manjares en forma tranquila. Por supuesto también aprovechamos la piscina al aire libre con agua templada mientras tomas una cerveza local y unas vistas de la ciudad de Phnom Penh que se recuestas sobre las orillas del Río Mekong.

Ese día salimos a caminar por la ciudad y descubrimos algunos edificios emblemáticos en las cercanías de nuestro hotel, el Palacio Real, la Pagoda de Plata, el Museo Nacional, el Mercado Central, el Monumento a la Independencia y el Templo Wat Phnom.

Pero al salir, todo te agobia: el calor, la humedad, los vehículos, la gente, los olores y por supuesto los tuc-tuc que te ven caminando, te tocan bocina y se ponen a tu lado y con gestos te ofrecen sus servicios.

En un momento, uno de ellos repite esa acción que hacían todos y en un mal ingles también nos ofrece transporte. Decimos que no, gracias. Pero él insiste y nos muestra un panfleto plastificado con referencia de lugares para visitar la ciudad y en las afueras de la misma. Nuevamente le decimos no, damos media vuelta y seguimos caminando. Él nos sigue y nos dice el precio del transporte (acá a pesar de tener el Riel como moneda local también se manejan con dólares americanos), nos detenemos a conversar o mejor dicho a negociar, porque todo se negocia.

Al final, cerramos trato por 40.000 Riel (unos 15 dólares) por todo el día.

Así que subimos al tuc-tuc de Siemh y fuimos al Palacio Real donde vive su monarca, el Rey Norodom Sihamoni, quien sucedió en el cargo a su padre, Norodom Sihanouk, pero no tiene el carisma que tenía él.

Al llegar a las afueras del palacio te llama la atención el mundo de gente que ahí se reúne para visitarlo, los idiomas se mezclan pero sobresale el chino y un poco más allá, un guía chino dirige un grupo de compatriotas desde la distancia elevando un bastón de selfie que en la punta tiene un osito de peluche, mientras grita con un megáfono en tono irreconocible. De verdad te hace acordar a aquella vieja camioneta del botellero, cuando pasaba por tu barrio en busca de botella, cartones, colchones viejos y todo lo que te podías sacar de encima. Era el mismo sonido, pero en chino.

Un poco más allá un grupo de jóvenes monjes budistas caminan envueltos en sus túnicas marrones, naranjas y amarillas, mientras sacan fotos a todos con sus teléfonos celulares y por supuesto me saqué una foto con ellos. Por la vereda pululan los vendedores de lentes de sol, postales y comida al paso, mientras un enano gordo y manco nos saluda con sus muñones que terminan en una extraña protuberancia a modo de saludo de Ok ofreciendo no sé qué cosa. Así que lo saludamos con un Ok con nuestra mano normal.

El Rey Sihamoni fue coronado hace años gracias la abdicación al cargo de su padre, quien falleció en 2012, por lo que se mantiene un linaje dinástico de 2.000 años de antigüedad. Al rey se lo considera un títere, ya que prácticamente fue obligado a asumir el cargo, pues el verdadero hombre fuerte de Camboya, desde hace tres décadas, es el primer ministro Hun Sen, quien gobierna con puño de hierro y sin respeto por los principios democráticos.

El Rey, desde chico mostró cualidades para las artes y fue enviado a la República Checa para dedicarse a su pasión: la danza, la música y el teatro. En 1981 se traslada a Francia para crear su propia compañía de ballet, pero su vida cambió cuando se padre enfermó y abdicó al trono. Cuando Sihamoni fue coronado, tenía 51 años y era soltero por lo que los medios comenzaron a interesarse por su soledad y su sexualidad dándole apelativos, como El Soltero Bailarín.

Sihamoni dijo adiós a la bohemia europea para adentrarse en un mundo en el que nunca había deseado vivir. El rey perdió su libertad al punto de ser llamado El Rey Prisionero. El poderoso primer ministro Hun Sen, extiende su poderío hasta el mismo corazón de la corte y alejó al rey de deberes oficiales reduciéndolo a un papel meramente simbólico.

Sihamoni apenas sale de viaje oficial al extranjero. De hecho, casi nunca sale del palacio y pasa la mayor parte de su día firmando documentos oficiales que no puede leer, recibe invitados extranjeros y diplomáticos, resuelve asuntos de carácter doméstico y al final del día se retira a sus habitaciones. Mientras tanto una sofisticada red de espías, compuesta por asistentes palaciegos, informa al primer ministro todos sus movimientos. Ya no hay ballet ni teatro en la vida de Sihamoni, cuya agenda se limita a las pocas actividades. Generalmente cena en solitario y termina el día leyendo o viendo películas. Tampoco hay una reina en el palacio. Los camboyanos homosexuales hacen notar con un guiño que el rey es soltero y ex bailarín de ballet y su madre ha explicado muy diplomáticamente: “Esposa mi hijo? Él se siente solamente budista y ama a las mujeres como sus hermanas".

En una sociedad conservadora como la camboyana, donde el gobierno considera la homosexualidad como un insulto, la soledad del soltero bailarín es mal recibida por la juventud y muchas organizaciones acusan directamente al rey de no haber trabajado lo suficiente para democratizar el país o combatir la homofobia. Por otro lado, la oposición camboyana ha catalogado al rey como un cobarde por su silencio sobre la mala gestión del actual gobierno y la prensa filtró una conversación en la que un ministro llamaba al rey el pollo castrado.

“Su poder se redujo a la nada”, dijo en 2011 un parlamentario de la oposición, "El rey es un hombre bueno, amable, símbolo de Camboya, pero tiene un problema: no tiene poder. Sólo se queda dentro del palacio y los líderes se inclinan ante él, pero a sus espaldas no lo respetan y se podría decir que Hun Sen es el verdadero rey de Camboya".

Por ahora él está en el cargo como Rey pero no le gusta demasiado estar ahí.

Palacio Real de Phnom Penh 

No es sólo un palacio, es un complejo formado por 9 edificios donde, al día de hoy, la familia Real Camboyana sigue utilizando como su residencia desde su construcción en 1866.

Su arquitectura jemer te llama la atención desde el primer momento que lo ves y por lo general se describe con una palabra: Impresionante. A la luz del sol, el complejo brilla como un diamante natural gracias a su color que es una mezcla armoniosa de blancos y oro lujoso. La característica arquitectónica más famosa de este complejo son sus altas torres, un estilo diferente de Camboya, que crea un aspecto único en comparación con otros palacios reales y al ser lugar de residencia del rey, hay muchas zonas cerradas al público, aunque más que cerradas están acordonadas y custodiadas por personal de seguridad que te invitan a que no te acerques demasiado a algunos sitios. Entre la vegetación del recinto hay monumentos, como el Santuario del rey Norodom Suramarit que es una enorme estupa tallada y el santuario de la hija del príncipe Sihanouk, con igual forma a las torres de Angkor Wat.

El palacio está dividido en tres recintos principales: la Sala del Trono donde se alberga el Trono Real y hoy tiene la función de albergar ceremonias religiosas, coronaciones, bodas reales, así como un lugar de encuentro para los invitados del Rey. Antiguamente aquí realizaban sus gestiones los generales y los funcionarios reales. Este es el edificio más llamativo de todos con una altura de 59 mts.

También está el Pabellón Phochani, utilizado como salón de baile, que aunque sea de poco interés es uno de los sitios más fotografiadas de la parte sur de los jardines del Palacio Real. Contrario al Salón del Trono, este Pabellón es enorme y tiene una belleza pintoresca y conmovedora. Ahora es un lugar para invitados y se organizan reuniones o conferencias reales.

Y también está la Pagoda de Plata, cuyo edificio contiene tesoros nacionales como estatuas de buda de oro con incrustaciones en piedras preciosas, una estatua del siglo XVII de cristal conocida como el Buda de Esmeralda y una estatua casi de tamaño real de Buda Maitreya con 9.584 diamantes encargado por el Rey Sisowath. Se denomina así porque su suelo está cubierto por más de 5.000 baldosas de plata de 1Kg cada una y algunas zonas de su exterior fueron recubiertas con mármol italiano. El complejo de la Pagoda de Plata está formado además por una biblioteca, una estatua del rey a caballo, estupas y cuidados jardines. En este lugar del palacio, el Rey de Camboya suele charlar con los monjes.

El Psar Thmei, es el Mercado Central y es un edificio histórico en estilo art déco y es conocido con ese nombre por su ubicación y tamaño. Su característica principal es la gran cúpula de su enorme sala central, la cual dicen que se trata de las mayores del mundo. Es uno de los mercados más famosos y visitados de la ciudad y acá se encuentran muchos puestos de joyería vigilados por seguridad armada, pero también hay puestos de ropa y de comidas al paso.

El Monumento de la Independencia es una gigantesca flor de loto que brota del centro de Phnom Penh y es un tributo a la independencia del país y a las personas que lo hicieron posible. Si recorres la ciudad es muy probable que lo veas ya que ésta estructura domina el centro de la ciudad.

El monumento fue construido en 1958 para conmemorar la liberación de Camboya del dominio francés que gobernó el país entre 1863 y 1953, tiene una altura de 20 mts, es de piedra color café con líneas curvas que combinan con la arquitectura tradicional camboyana y se pueden ver serpientes de muchas cabezas que suben por los diferentes niveles de la flor de loto.

Tal vez no sea un monumento espectacular pero sí tiene mucho valor para los locales ya que refleja parte de la rica historia camboyana.

Nuestro chofer de tuc-tuc, Siemh, nos llevó luego a Wat Phnom, que es el templo más importante de Phnom Penh y está ubicado en la única colina de la ciudad. Los turistas deben comprar un ticket para ingresar al templo y quitarse el calzado. Aquí el negocio es la adoración a Buda, así que antes de subir al templo nos encontramos con varios puestos que venden ofrendas. Desde frutas, flores y caramelos, hasta imitaciones de billetes para que los ofrezcas a las distintas estatuas al entrar al templo, También verás a niños y ancianas te venderán pequeños pájaros enjaulados para liberar en la cima de la colina, porque dicen que trae buena fortuna. Pero te advierto que esos pájaros serán recapturados y vueltos a vender.

Ya habíamos contado la leyenda de Wat Phnom o el Templo de la Colina donde la monja Daun Penh en 1372, encontró un árbol que flotaba en el rio y dentro de un agujero había cuatro estatuas de bronce de Buda y otra de piedra, por lo que ordenó formar una gran colina y con la madera del árbol construyó un templo para proteger a las estatuas sagradas al que bautizó Wat Phnom. Otra teoría afirma que el rey Ponhea Yat, último rey de la civilización jemer, construyó el templo en 1422 después de trasladar su imperio de Angkor a Phnom Penh. Murió en 1463 y una estupa contiene sus cenizas. Este es el lugar de las leyendas y es el edificio religioso más alto de la ciudad.

El santuario principal no es grande y fue reconstruido varias veces desde el siglo XIX. El interior tiene un altar central con una gran estatua de bronce de Buda sentado, rodeado por estatuas pequeñas, flores, velas y objetos de culto. Las paredes están cubiertas con murales que cuentan la historia de las reencarnaciones de Buda antes de su Iluminación y en una esquina hay una sala de oración, un pequeño templo dedicado a la Daun Penh y una serie de campañas colgadas que todos hacen sonar a modo de plegaria.

El enorme jardín nos ofrece un respiro verde del ruido y el caos de las calles de Phnom Penh. En el sitio se celebran conciertos y festivales y una vez al año se convierte en centro de celebración del Año Nuevo camboyano. Los franceses mejoraron los jardines durante su colonización y Pol Pot hizo otras modificaciones durante el periodo Jemer Rojo o Khmer Rouge en la década de 1970. Se agregó además un enorme reloj al jardín, grandes cabezas de serpientes en las escaleras y estatuas nuevas para adaptarse a diferentes intereses políticos y religiosos.

Al llegar la puesta de sol, Siemh nos acerca al Río Mekong para dar un paseo.

Este extenso río atraviesa China, Myanmar, Laos, Tailandia, Camboya y Vietnam a lo largo de unos 5.000 km y lo ubica como el octavo más largo del mundo detrás del Amazonas, el Nilo, el Yangtsé, el Misisipi, el Yeniséi, el Amarillo y el Obi-Irtish.

Su caudal es la base de otra riqueza, la agrícola y el arroz es su principal producto. Sus arrozales enriquecidos por el limo del río permiten obtener tres cosechas de arroz al año. De hecho, su vecino Vietnam es el segundo productor mundial de este cereal.

Pero el río también es rico en actividad humana. A través del Mekong, en el siglo XIX los franceses, intentaron encontrar una ruta navegable río arriba para llegar a China., pero sus esperanzas se vieron truncadas al llegar a los rápidos de Kratié al este de Camboya. Antes de llegar a estos rápidos, transitan el río todo tipo de embarcaciones, desde transbordadores de pasajeros hasta barcos de mercancías y los delfines son el principal atractivo.

El río baña las costas de Phnom Penh y la bajada a los muelles también es caótica.

Al río se baja desde una rampa y ahí tomamos un ferry.

Muy cerca, grandes barcazas se llenan de motos, bicicletas y autos para cruzar al otro lado. Al llegar la noche, se ve la ciudad iluminarse a la distancia y mientras disfrutamos del menú a bordo, los mosquitos se muestran entusiasmados con nosotros. Phnom Penh no es una gran ciudad, pero todo se dimensiona cuando las luces se encienden.

Pero queridos amigo, hasta acá llegamos hoy.

La semana que viene continuaremos por éste fantástico país, donde les contaremos parte de su dramática y triste historia. Los esperamos.

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