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Hoy Brasil – Última Parte

La semana pasada comenzamos visitando Salvador de Bahía en el noreste brasilero. Hoy nos daremos una vuelta por Rio de Janeiro y sus lugares de cercanía. Como dijimos en su momento, sean por negocios o por vacaciones, Brasil nunca te defraudará. Así que vení con nosotros que empezamos ahora mismo.
domingo, 13 de junio de 2021 · 13:08

Como comentamos antes, viajamos varias veces a Brasil gracias a su cercanía con Argentina y porque siempre es muy fácil elegir un destino ideal y disfrutarlo al máximo.

En el año 2010 viajamos a São Sebastião do Rio de Janeiro, sólo conocida como Río de Janeiro, capital del estado de Rio  de  Janeiro al sureste del país. A 4 hs de vuelo desde Buenos Aires lo te permite disfrutar un fin de semana o unas espléndidas vacaciones. Así que, eso hicimos ese año.

Río de Janeiro fue la capital del imperio portugués entre 1808 y 1822 y luego se convirtió en capital de Brasil hasta que se declaró la Independencia del país. La ciudad conservó el rango de capital hasta 1960 con la inauguración de Brasilia cuando se cambió la sede a esa ciudad. Es la segunda más poblada de Brasil, ostenta el mayor tráfico internacional de turismo del país y es el segundo destino turístico de América Latina (después de Ciudad de México) y el primero del hemisferio sur. Es uno los principales centros económicos y financieros del país y es conocida por sus iconos culturales y sus paisajes, como el Pan de Azúcar, la estatua del Cristo Redentor, Copacabana  e  Ipanema, el estadio Maracaná, el Parque Nacional de Tijuca, Quinta da  Boa Vista, la isla de Paquetá, las Fiestas de Fin de Año en Copacabana y la celebración del Carnaval. La Cidade Maravilhosa le hace honor a su nombre. Es Maravillosa.

El 20 de enero de 1502, exploradores portugueses llegaron a la bahía de Guanabara en una expedición encabezada por el Gaspar de Lemos, pero en 1519 llega Fernando de Magallanes a en ésta zona que los contrabandistas franceses ya usaban como puerto de abastecimiento. En definitiva, la ciudad se funda el 1 de marzo de 1565 y se la nombra en honor al rey de Portugal, Sebastián I. A fines del siglo XVI, Río se transforma en un lugar estratégico para el tránsito de buques entre Brasil y las colonias de África y Europa, por lo que se construyen fortalezas y se forma una alianza con tribus nativas para la defensa de la ciudad y el negocio de la caña de azúcar como primera industria de la zona. Al principio se utilizaban nativos para los trabajos pero luego fueron reemplazados por esclavos de África.

En 1763 la administración colonial portuguesa se traslada a Río de Janeiro y la ciudad continuó siendo la capital colonial hasta 1808, cuando la familia real portuguesa y los nobles de Lisboa, huyendo de la invasión de Napoleón a Portugal, se trasladaron a Río de Janeiro. De ésta forma, la capital del Reino de Portugal se trasladó a Río de Janeiro y se convirtió en la única capital europea fuera de Europa. Cuando el príncipe Pedro I proclamó la Independencia de Brasil, decidió mantener a Río de Janeiro como capital de su nuevo imperio. La ciudad fue centro económico y político del país y concentró la vida política del Imperio, siendo el escenario principal de movimientos abolicionistas en la segunda mitad del siglo XIX.

Como contamos en otra oportunidad, entre 1964 y 1985 también se instaló una dictadura militar en Brasil y además de los conflictos que eso generó, se llevaron a cabo políticas de renovación urbana que mejoraron las infraestructuras, mientras eliminaban parte de edificios históricos existente en el Centro Histórico, fueron eliminados, dando lugar a un sitio que ocuparon nuevos edificios, generando así presión inmobiliaria y aumentando la cantidad de edificios. Estas intervenciones para los militares significaban que el progreso se alcanza con la destrucción de lo antiguo y la construcción de lo nuevo.

A ésta ciudad llegamos en el 2010.

Río de Janeiro está dividida en 34 regiones y sus barrios más conocidos se encuentran sobre la costa: Copacabana, Ipanema, Botafogo, Flamengo, Leme, Leblon, Lagoa.

No hay mucho que se pueda decir de Río de Janeiro que el mundo entero no conozca ya. Es tal vez la ciudad más famosa del mundo y la gran elegida para la diversión.

La ciudad acunó los Mundiales de Futbol de 1950, cuando se produjo “El Maracanazo” y donde 170.000 personas estuvieron en el estadio viendo como Uruguay le ganaba esa copa a Brasil. Pero también albergó el Mundial de Fútbol del 2014, los Juegos Olímpicos y Paralímpicos  del 2016.  

O el show de los Rolling Stone, que convocó a 2 millones de personas en la playa de Copacabana en el año 2006, o tal vez el extraordinario show del Rock in Río en 1985 con Queen a la cabeza, en donde 350 mil personas estuvieron presentes y establecieron un record mundial a la mayor audiencia jamás reunida en un mismo evento, alcanzando el punto máximo cuando la banda ejecutó “Love of my Life”. Pero también es la ciudad que visito el Papa Francisco por la Jornada de la Juventud en el año 2013, convocando a 3 millones de personas a las playas y por supuesto el Carnaval más famoso del mundo que cada año reúne a 5 millones de personas, de los cuales el 10% es un extranjero que llega especialmente para estas fechas dejando divisas que ingresan a las arcas de la ciudad, lo que la convierte en la segunda ciudad más rica de Brasil, superada por Sao Paulo, pero también es una de las más caras del mundo que aumenta especialmente sus precios cuando llegan eventos de éste tipo.

Tal vez lo que más te sorprenda es ver, desde cualquier punto de la ciudad, el Cristo Redentor que se levanta majestuoso en la cima del Cerro del Corcovado a 700 mts de altura. Es una de las Siete Maravilla del Mundo Moderno y dá la sensación de abrazar a la ciudad desde las alturas. Sonará conocido pero toda persona que sube hasta allá arriba espera tomarse una fotografía abriendo los brazos con el Cristo detrás. Originalmente, cuando se inauguró este monumento en 1931, se pensó en un Cristo que tuviera una cruz en la mano izquierda y un globo terráqueo en la mano derecha, pero luego se optó por prescindir de esos símbolos.

Lugares para visitar en Río de Janeiro no te van a faltar y seguro te vas a divertir mucho, no importa si sos mujer, hombre, heterosexual, homosexual, local, extranjero, blanco, negro, cristiano, judío, musulmán o de cualquier religión, siempre vas a encontrar un lugar en donde te sentirás a gusto y no sufrirás prejuicios ni discriminación, tal es el caso de un muchacho brasilero que vimos caminando por Copacabana con una camiseta argentina de Riquelme. Algo muy loco. Así que disfruta de Río, de su diversidad, de su música, del funk, del samba, el choro, la bossa nova y los ritmos musicales más diversos. Camina por la Avenida Atlántica y en cada bar que te detengas cerca de las playas siempre habrá música que te acompañará. Río de Janeiro no dejará de sorprenderte a cada paso.

Muchas películas utilizaron a Río de Janeiro como escenario. Algunas de ellas nominadas al Oscar como Estación Central (1998), otras no tuvieron la misma suerte pero no dejan de ser buenas películas como 007 Moonraker (1979), Échale la Culpa a Río (1984), El Beso de la Mujer Araña (1985), Anaconda (1997), la película animada Río (2005) y su secuela del 2018, Tropa de Elite (2007), El Increíble Hulk (2008), Los Indestructibles (2009), Rápido y Furioso 5 (2011), Crepúsculo: Amanecer (2011) y la violenta Ciudad de Dios (2002).

Pero al igual que hicimos en otras oportunidades, ese año, también alquilamos coche y nos fuimos a recorrer por ahí. Te cuento como nos fue.

Al sur y después de casi tres horas de viaje, llegamos hasta Angra dos Reis, que es una ciudad costera en una zona conocida como Costa Verde, con un entorno de abundante vegetación tropical, clima cálido todo el año, hermosas playas y una gran bahía salpicada de cientos de islas e islotes donde la más conocida es Ilha Grande. Este es uno de los más destinos turísticos más importantes de los alrededores de Río. Algunos dicen que ésta zona es un paraíso tropical que alberga algunas de las islas vírgenes que todavía quedan en el planeta, con arenas blancas bañadas por un mar cálido y con unas 2.000 playas, a las que muchas sólo se accede por mar o atravesando la selva tropical.

Pero no todo es playa, el centro de la ciudad cuenta con un importante patrimonio histórico y cultural que da una idea del papel que jugó la bahía y sus islas en la historia del país, sobre todo durante los años oscuros del comercio de esclavos. Con los años cobró importancia el cultivo del café y con el descubrimiento de oro en Minas Gerais, Angra dos Reis se convirtió en uno de los puertos más importantes de la región de Río de Janeiro, al que llegaban y partían barcos de todo el mundo, cargados de oro, café, azúcar y esclavos, dando origen a una época dorada durante el siglo XIX.

Con la abolición de la esclavitud, la ciudad cayó en decadencia, se redujo su población, pero volvió a tomar impulso con la instalación de algunas industrias.

En la actualidad la principal fuente de riqueza de Angra dos Reis es su gran actividad turística, favorecida por la construcción de la carretera que facilita la llegada de los visitantes. Con respecto a sus islas, te cuento que muchas carecen de edificación y tienen restringido el número de visitantes por día, lo que da como resultado paisajes que se mantienen intacto, igual a los que vieron los primeros portugueses hace cinco siglos.

En Angra podés visitar la Iglesia y Convento de Nossa Senhora do Carmo construida en 1593, siendo de las más importantes muestras arquitectónicas de la época. También la Iglesia Matriz Nossa Senhora da Conceição, donde la leyenda cuenta que la imagen de la Virgen se dirigía a Itanhanhém, pero la embarcación en la que viajaba hizo escala en Angra. Al parecer las tempestades le impidieron al barco continuar viaje, forzándolo siempre a regresar a puerto. El comandante del barco interpretó esto como una señal divina y desistió de llevarse la imagen. Una vez que la Virgen estuvo dentro de la iglesia, el barco pudo continuar viaje sin problemas.

Pero si tu idea es recorrer las islas, te cuento con son unas 350, así que tomalo con calma. Una de ella es Paquetá, que es una isla pequeña frecuentada en temporada alta y según dice, se caracteriza por ser uno de los mejores lugares para probar pescados de la región que son atrapados por los mismos propietarios de los bares. Una de las islas privadas de la zona es Isla dos Porcos, conocida como Isla de Pitanguy por ser residencia del famoso cirujano plástico Ivo Pitanguy. Es la tercera más grande de la bahía y recibe celebridades del mundo que después de ser operados pasan aquí su período de recuperación, libres de la prensa y molestas cámaras. Pero también hay muchas pequeñas islas que casi no reciben turismo y son muy tranquilas, así que tenes para todos los gustos.

Pero a pesar que Angra dos Reis es una ciudad importante por su tamaño, la mayoría de los viajeros prefieren quedarse en Ilha Grande y solo venir de visita a Angra. No obstante existen posadas, hoteles o resort con excelentes vistas al mar, para todos los gustos.

Y ya que nombramos Ilha Grande y su receptividad turística, te cuento que tiene todo lo que se pueda imaginar, ríos, lagunas, cascadas, planicies, bosques, montañas y más de cien playas en un pueblo de pescadores donde el tiempo parece detenido ya que los coches y el ritmo frenético de las grandes ciudades no han llegado a perturbar sus pintorescas calles.

Es un lugar ideal para la práctica de deportes marítimos, especialmente el buceo ya que en la bahía hay una gran concentración de barcos hundidos que hacen las delicias de los amantes de ese deporte, sin olvidar la variada fauna marina. Pero también hay una gran cantidad de senderos planos o en subida que atraviesan la mata Atlántica o llegan a las cimas más altas, que son los preferidos de quienes disfrutan de las caminatas, la escalada o la bicicleta de montaña. El principal núcleo urbano es la Vila do Abraão, donde llegan embarcaciones de Angra dos Reis y Rio de Janeiro y es aquí donde está la mayor concentración de la isla, con bares, restaurantes, hoteles y comercios, así como iglesias de la época colonial, antiguas casonas y construcciones como un leprosario y un penal que estuvieron acá y en la dictadura militar acogió a presos políticos. La existencia del leprosario y la prisión hizo que Ilha Grande no fuera atractiva para poblador o visitar, lo que contribuyó a que el ecosistema no fuera alterado a lo largo de los siglos. Hoy esos edificios están semidestruidos pero todavía se aprecia cómo era el ambiente oscuro y sórdido de la época en que funcionaba.

Si viajas más al sur, llegas hasta Paraty, una de las ciudades coloniales más antiguas de Brasil, cuyo centro histórico está considerado Patrimonio Histórico Nacional, debido a la importancia de su conjunto arquitectónico. A lo largo de sus calles empedradas, por donde está prohibida la circulación de automóviles, se levantan iglesias y casonas coloniales pintadas de blanco y bien cuidadas, por lo que al pasear se tiene la sensación de haber retrocedido en el tiempo. Una curiosidad es que en muchas de las paredes de algunas casas coloniales se pueden ver algunos símbolos masónicos.

Al igual en otras ciudades del sur, al abolirse la esclavitud Paraty también decayó ya que sin esclavos, el cultivo de las tierras y limpieza de los caminos hicieron imposible que la vida se desarrollara normalmente. Los pobladores emigraron en busca de trabajo y se redujo la cantidad de destilerías de la zona. Sin embargo, este aislamiento económico y geográfico hizo que el patrimonio arquitectónico y cultural se conservara, convirtiendo a Paraty en Monumento Nacional.

Paraty fue la localidad pionera en Brasil en la destilación del aguardiente de caña de azúcar o cachaza, iniciando su producción a inicios de 1600. La región se convirtió en la más importante en cuanto a la producción de este destilado, a tal punto que desde los tiempos de la Colonia se pedía “dulce de Paraty” cuando se quería aguardiente. Quedan poco del centenar de alambiques que hubo a mediados del siglo XVIII, aun así siete destilerías siguen produciendo cachaza de buena calidad y cada mes de agosto, celebran el Festival de la Cachaza, Cultura y Sabores de Paraty, un momento perfecto no sólo para adentrarse en el mundo del aguardiente, sino también en la cultura y costumbres de esta histórica localidad. Así que allí te espero.

Un lugar visitar es el Fuerte Defensor Perpetuo al norte de Paraty, construido en 1703 para protección del puerto. El Fuerte está bien conservado y en sus jardines aún existen ocho cañones de diferentes calibres, además de enormes cacerolas de hierro usadas para cocinar el aceite de ballena que servía para la construcción y la iluminación.

Pero si queres ir a las playas, tenes que ir a las afueras de la ciudad, donde a muchas de ellas solo es posible llegar por mar, lo que hace que esas playas sean las más bonitas por su estado salvaje, cercadas por una espesa vegetación.

Por supuesto hay muchos lugares para visitar y disfrutar con más tiempo.

No es nuestro caso porque también visitamos fuimos al norte de Rio de Janeiro.

Más allá de Río de Janeiro

Nuestra intención también fue conocer las antiguas ciudades imperiales de Brasil.

Una de ellas es Petrópolis a solo 70 km de Río de Janeiro. Este es uno de los refugios de los cariocas por la tranquilidad del lugar ubicado entre montañas. La ciudad fue creada por el emperador Pedro II, porque el lugar le gustó tanto que hizo construir su palacio para que fuera la residencia de verano de la familia imperial.

La historia de Petrópolis se inicia antes de su fundación oficial ya que está ubicada entre Río de Janeiro y Minas Gerais donde se estaban las minas de oro y piedras preciosas del país que eran embarcadas con destino a Portugal. El clima y la exuberante vegetación de la región sedujeron al emperador Pedro I, desde que la visitó por primera vez en 1822, por lo que años después compró terrenos para levantar lo que pensó llamar el Palacio da Concordia. Pero él nunca vio terminada la obra ya que tuvo que abdicar en favor de su hijo Pedro II, quien retomaría el sueño de su padre, pero no se limitó a construir un palacio de verano, sino que armó la planificación urbanística de toda una ciudad e incluyó la donación de tierras a colonos de países europeos, principalmente de Alemania.

A partir de la creación de la ciudad, la región ganó notoriedad y comenzó a desarrollar infraestructura para recibir a jefes de estado, ministros y nobles quienes construyeron algunos palacetes que aún existen.

Con la proclamación de la República en 1889, la familia imperial fue obligada a exiliarse, pero la ciudad no perdió la importancia adquirida, por eso varios presidentes de Brasil eligen Petrópolis como lugar para pasar el verano y así contribuir a su ambiente culto y refinado. Pero no sólo artistas y personalidades nacionales fueron habitués de la ciudad sino también famosos personajes  internacionales como Orson Wells y Errol Flynn.

Un lugar a visitar es la Catedral de San Pedro de Alcántara, que alberga un mausoleo con los restos del Emperador Pedro II y su esposa, la Emperatriz Teresa Cristina, que fueron trasladados desde París en la década de 1920.

También se puede visitar el Museo Santos Dumont, pionero de la aviación brasilera. La casa conocida como “La Encantada” fue diseñada por el propio aviador, siguiendo el estilo de los chalets franceses alpinos. Lo llamativo es que la cas no tiene separación de ambientes y carece de cocina, además la forma de la escalera de la entrada obligan a subirla siempre empezando con el pie derecho. En el interior del museo se exhiben libros, objetos y mobiliario de Santos Dumont, su laboratorio y el observatorio donde el aviador pasaba horas contemplando los astros.

Si deseas quedarte en Petrópolis, podés optar por alguno de los muchos hoteles de la ciudad, aunque también podés alojarte en un palacio o en las antiguas villas imperiales y revivir la elegancia de las ´pocas de esplendor.

A 60 km, se encuentra la otra ciudad imperial de Brasil: Teresópolis y si, adivinaste, se bautizó así en homenaje a la Emperatriz Teresa Cristina, esposa del Emperador Pedro II de Brasil. Y al igual que Petrópolis, la villa se desarrolló como sitio de descanso de los comerciantes que viajaban desde Minas Gerais a Río de Janeiro. Con el correr de los años, la ciudad creció tanto que se estableció un gran número de casas sobre terrenos inclinados (porque es zona montañosa) o en las márgenes de ríos. En el año 2011, las lluvias torrenciales produjeron grandes inundaciones y desplazamiento de tierra, lo que cobró la vida de 382 personas. Este hecho está considerado como la peor tragedia climatológica de la historia del país.

Armação dos Búzios

Si tu deseo es continuar al norte bordeando la costa y si recorres unos 180 km en coche, podés llegar a ésta linda ciudad costera, donde nuevamente nos quedamos en la Posada Amancay

Lo que hasta la primera mitad del siglo XX fue una tranquila aldea de pescadores levantada sobre una península, hoy es un destino turístico de fama internacional, donde se mezcla naturaleza, un mar paradisíaco y las comodidades que los viajeros puedan esperar, en un sitio relajado, amigable y sobre todo alegre.

Eso es Búzios, un paraíso tropical cosmopolita lleno de vida.

Ya desde la década de 1950, Búzios era frecuentada por la alta sociedad carioca, que encontraba refugio en ésta aldea. Pero lo que colocó a Búzios en la ruta del turismo mundial, fue la visita que en 1964 hizo la actriz francesa Brigitte Bardot y desde ese momento, la ciudad no paró de crecer y lo que fue un sitio tranquilo, se convirtió en un lugar sofisticado con agitada vida nocturna.

Las playas son exquisitas, algunas muy concurridas como Geribá, especial para amantes de los deportes acuáticos, llena de bares con música electrónica y deliciosas caipirinhas, pero también están las playas João Fernandes y João Fernandinho las preferidas por los turistas, con aguas tranquilas ideales para buceo y natación o Ferradura y Ferradurinha protegidas de las corrientes marinas, por lo que las aguas son  más calmas. Pero también hay playas más tranquilas  aún como Azeda y Azedinha, ubicadas en áreas protegidas, con costas rocosas y mucha vegetación o Tartaruga, donde es posible nadar, bucear y seguro cruzarte con alguna tortuga marina o también la playa Olho-de-Boi reservada para la práctica del nudismo. De difícil acceso y escondida de miradas indiscretas.

Ya al caer la tarde, es el momento recorrer Rúa das Pedras, que es la calle más animada de Búzios porque a lo largo de su extensión hay restaurantes y bares, tiendas de marcas famosas, cafés, galerías de arte, discotecas y posadas. Ese camino se llama Orla Bardot en honor a la actriz francesa, quien tiene su estatua acá y todo el mundo se sienta a su lado para tomarse una fotografía. Más allá, en la playa, otra estatua de un grupo de pescadores representa el trabajo diario de ésta gente. Al final de la calle llegás a Plaza Santos Dumont donde hay una feria artesanal en la que podes encontrar gran variedad de artículos, cuadros, ropa y muchos otros productos naturales.

Pero como dijimos, no nos quedamos quietos y desde Buzios visitamos otros sitios. Uno de ellos es Cabo Frio, más grande que Buzios y más barato y a pesar de ser una gran ciudad, es un lugar tranquilo, por lo que es la mejor elección para viajar en familia. Tiene grande playas como Praia do Forte con casi 8 km de arena blanca que no contiene mica, así que podés caminar tranquilo sin quemarte los pies.

Cabo Frio tiene una parte antigua que respeta su estilo colonial portugués con iglesias de los siglos XVII y XVIII y más tranquila que Buzios. Acá podes hacer excursiones en barco recorriendo las costas y te acercan a 50 mts de la playa, pero si queres visitarla, tendrás que nadar.

A unos 15 km se encuentra Arraial Do Cabo, mucho más pequeña que las anteriores. No tiene vida nocturna y es un lugar para disfrutar de su naturaleza y descansar. Una de las cosas que más impresionan de Arraial do Cabo es la arena blanca de sus playas, quizás de las más blancas que pueden encontrarse en playas de Brasil, lo cual hace que el mar se aclare, al punto de ofrecer paisajes playeros paradisíacos propios del caribe.

Pero queridos lectores hasta acá llegamos hoy con Brasil. Este texto nos trajo buenos recuerdos y ya queremos volver, pero por lo pronto la semana que viene continuaremos visitando otros países. Los esperamos.

 

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