ENZO FRANCÉSCOLI

"Si yo no hubiera querido a Ramón, él no estaría"

El Diario Olé consiguió una entrevista exclusiva con el nuevo secretario deportivo del club de Núñez a horas de su asunción. No te pierdas una nota a fondo con el ídolo millonario hablando sobre todos los temas que a vos te interesan.
martes, 24 de diciembre de 2013 · 19:02
Francescoli, horas después de su primer día en el club como nuevo secretario técnico, habló de todo. Su relación con el Pelado, Cavenaghi, el sueño de traer a Aimar, Ortega, Grondona y el posible choque de egos entre los ídolos. "No estoy acá para sacar la chapa...”.

-¿Por qué elegiste este momento para volver, Enzo?

-Porque entendí que soy más River que otra cosa. Y si bien tengo una afinidad con D’Onofrio, con quien jugamos al golf juntos y compartimos muchas ideas, estaba dispuesto a hablar con quien ganara. Con Rodolfo las cosas fueron muchos más simples porque pensamos que River es River más allá de D’Onofrios, Francescolis y un montón de gente que pasó y pasará por el club.

-¿Te da miedo que al bajar al ruedo se pueda manchar esa imagen inmaculada que los hinchas tienen de vos?

-No. No tengo miedo de que se manche el póster. Sé que en un club tan grande y tan politizado algún día se pueden decir cosas. Pero D’Onofrio lo sabe: si ve algo malo en el club, me voy. Pero estoy seguro de que eso no va a pasar. Si no, no estaría acá.

-¿Cuánto meditaste poner la idolatría en juego?

-Ese nunca fue un problema. No es por eso que no fui técnico ni me metí antes en River. Llegó el momento de darle una mano al club y no me preocupa la idolatría. Si quisiera seguir en el lugar que hoy tengo, que digo hasta que es injusto, no haría nada. Pero tengo ganas de hacer. River está devastado, aunque confío en que va a salir.

-¿Cuál fue tu sensación al pisar otra vez el Monumental ya en funciones?

-Raro. El club estaba vacío, pero así y todo fue una sensación especial. Aunque sé que va a ser otra cosa cuando empiece el fútbol: ahí sí va a ser mucho más movilizante.

-¿La mano derecha de D’Onofrio en fútbol tendrá su oficina pegada a la de presidencia?

-No, voy a tener una oficina donde está toda la administración. ¿La verdad? No me fijé cuán cerca y cuán al lado está. No es algo que me quite el sueño.

-No sos como el Beto Alonso, que ya está pensando en decorar la suya con un cuadro de aquel gol con la pelota naranja...

-No. Cada uno con su locura, como digo yo.

-¿Cómo sigue tu relación con Tenfield?

-Hace tiempo que no estoy... Sigo vinculado a Paco (Casal) y al Tano (Gutiérrez) por nuestra amistad. Y soy director en Gol TV en Estados Unidos, donde voy a trabajar part time. Full time voy a estar en River.

-¿Te preocupa que a Grondona no le caiga simpática tu llegada a River por tu relación con Tenfield, ahora que tiene problemas con la CSF por los derechos de TV?

-Lo lamento... Lamento que no le caiga simpático. No es mi probelma caerle simpático a Grondona.

-¿Como secretario técnico vas a ser el encargado de decidir las compras?

-Soy quien tratará de consensuarlas. No creo que en ningún club de fútbol haya un tipo que decida sin consensuar con el que pone la plata o con el que participa en la idea futbolística. Ni siquiera yo tendré la última palabra.

¿Y quién va a tenerla?

-Cada uno en su lugar decidirá sus cosas: Ramón tendrá que decidir por la técnica y táctica del equipo, yo tendré que consensuar. Acá hay un grupo de trabajo que involucra al presidente, al vice, al técnico, a los que estamos para ayudar. No sé porqué es necesario decir quién tiene la última palabra: algún día la tendrá uno porque antes de apagar la luz fue el que la dijo, pero para mí esas cosas no tienen mucho sentido.

-Llegado el día, ¿al sucesor de Ramón sí lo define el secretario técnico?

-Todo se va a consensuar. A mí me importa poco quién está en el lugar más alto. Mientras tengamos claros los objetivos y hablemos con sentido común, todo puede funcionar. Al vestuario lo he llevado así por un montón de tiempo, ¿por qué cambiar? -¿Y la chapa? -No estoy acá para sacar la chapa ni querer cargarme una que ni siquiera corresponde. En un club que es pasión de millones de hinchas, debemos trabajar con el menor ego posible para que River mañana sea campeón y tenga un club que socialmente vuelva a ser uno de los más importantes de Argentina y de América.

-¿Qué les decís a los que auguran un inmediato choque de egos?

-Nada. Nunca le tuve miedo a ese choque. Y mirá que viví en el mundo del fútbol mucho tiempo...

-Suena extraño tu discurso en un ambiente en el cual predominan los egos.

-Yo nunca lo viví así.

-Vos no, ¿pero Ramón, Alonso y los demás ídolos lo tienen claro?

-Que cada uno lo exprese como lo sienta. Yo hablo por mí: lo tengo claro, fui capitán en River en una época espectacular, y no era "Enzo hace y todos tienen que hacer”. Todo se consensuaba. De hecho, hay un montón de gente que cree que estoy peleado radicalmente con Ramón Díaz y nunca lo estuve. Obviamente he tenido diferencias pero salvo en aquel partido en Japón, ganamos todo. Se puede laburar mientras haya sentido y un fin que sean comunes: acá ese fin es River.

-¿Esas diferencias con Ramón son solucionables?

-Es que no sé por qué dicen que hay diferencias...

-Vos lo acabás de plantear.

-Ah, estee... No... Pero diferencias en la vida personal. No todos somos iguales. Con la única persona que tuve un encontronazo público fue con Luis Cubilla, Dios lo tenga en la gloria.

-Con el Pelado no tuviste un encontronazo, pero...

-Nunca fuimos amigos, está claro que no, pero yo no soy amigo de todos aquellos con los que laburo. Tengo una empresa con 108 personas y no soy amigo ni de tres.

-Si hubieses tenido que elegir al técnico...

-De hecho Ramón está.

-La verdad, Enzo: ¿está entre tus preferidos?

-Pero Ramón está en River. Si yo no hubiera querido que estuviera Ramón, no estaría. Hubiera planteado algo o estarían en conversaciones. Y nunca puse nada en tela de juicio. A mí me parece bastante trágico llegar a un lugar y decir "acá estoy yo”, y tienen que sacar a tal y poner a cual. Hay una idea de trabajo consensuada con la dirigencia y por eso me llamaron. Hablamos de lo que se quiere en el fútbol profesional, amateur, Inferiores, fútbol infantil... A eso vamos. Aunque no voy a poner ni sacar a nadie antes de que me demuestre que está preparado y va a seguir una línea de laburo que es la que proponemos. Ramón está dentro de esto y va a seguir hasta que demuestre lo contrario.

-Si tenés que calificar tu afinidad con él de 1 a 10, ¿que puntaje le pondrías?

-River es lo más importante. Los dos sabemos lo que significa el club. Esa es la mayor afinidad y no se precisa otra. Acá no es el Club Atlético Francescoli, Díaz, D’Onofrio, Alonso, Fillol... Es el Club Atlético River Plate. Después cada uno vive la vida como quiere y labura como quiere. Yo la pienso así.

-¿Ramón se va a bancar que le plantees algo?

-Si le tengo que decir algo, lo voy a hacer en privado. Jamás le voy a plantear algo a Ramón, a D’Onofrio, a Gancedo ni a nadie públicamente. Viví 20 años en los vestuarios y nunca he tenido problemas. Si ellos después lo hacen público, será su cuestión. Que se hagan responsables de lo que digan.

-¿Vas a trabajar en la oficina o bajarás al vestuario?

-Bajaré al vestuario para ver cómo andan o para mirar un entrenamiento, pero no me interesa meterme en el fútbol ni mucho menos.

-O sea que podés aparecer en la pretemporada o en un entrenamiento sin dramas, que Ramón no se va a poner celoso...

-Sí, y de hecho voy a tener que aparecer porque hay cosas que tendré que hablar con Ramón Díaz, decisiones sobre el andar diario de un equipo de fútbol... Y seguramente estaré cerca del vestuario y toda esa historia, pero eso no cambia nada.

-¿Con el Beto Alonso cómo van a convivir?

-Por lo que sé, va a ser asesor de D’Onofrio y Patanian, porque no he hablado con él tampoco. El Beto es el asesor de presidencia.

-¿Y al Burrito Ortega ya lo convocaste?

-Ariel es un tipo que debe estar en River. Es una manera de que nos ayude y de poder ayudarlo. Ama a River y está bueno que esté cerca. Su idea es laburar con los chicos y es amigo de Gustavo Zapata: es muy probable que se sume a trabajar con los chicos en Inferiores, quizás en Reserva. Hay que ver dónde se siente mejor. Lo importante es que va a estar con un montón de chicos que lo tienen de ídolo y eso está bueno para transferir cosas que se han perdido y es necesario recuperar.

-¿Con vos, Amadeo Carrizo, Alonso, Ortega y Fillol se vuelve a transmitir el espíritu de River?

-Esa es la idea: que acá no hay nadie imprescindible sino que todos podemos dar una mano. Obviamente hay lugares que corresponden a unos o a otros...

-¿Cómo vas luchar contra el mito de que le armabas el equipo a Ramón y dabas las charlas técnicas?

-La verdad es que no me preocupa mucho y a él no debería preocuparlo tanto porque sabemos quién es quién. Me sentiría muy mal si hubiera puesto a Juan y sacado a Pedro siendo mis compañeros. Eso es muy diferente a que muchas veces hemos charlado sobre qué podía hacer el equipo en determinado momento, pero eso pasa en todos los clubes del mundo con los que son un poco más líderes.

-¿En el actual plantel ves un líder que pueda dar una charla como la que diste vos antes de la final de la Libertadores 96?

-Estuve muy lejos del vestuario en los últimos tiempos. Es difícil hablar a la distancia de cosas que uno sabe que son muy especiales. Pero entre 30 ó 40 tipos siempre hay un líder, lo que pasa es que a veces no ayudan los momentos o los resultados.

-¿A Lugano lo tentaste para que asuma ese rol?

-Con Lugano hablé porque hablo hace años y porque para mí es eso: un líder y puede potenciar al resto. Diego aportaría esa cuota, sobre todo en estos meses. Pero es medio una utopía: River tiene problemas económicos gravísimos y no puede pagar mucha guita por nadie, así que por el momento... Aunque a todos les gustaría escuchar que va a venir tal o cual, creo que no va a ser así porque el club no se lo puede permitir.

-¿Quedó la puerta abierta para junio?

-Siempre está la puerta abierta. Y en mi lugar, es bueno que esté en contacto con mucha gente. De hecho, hace poco hablé con Zidane y pienso hablar con Tinelli y los que hagan falta. Me va a hacer bien a mí, porque voy a estar informado, y le va a hacer bien al club. Volví para aprender.

-¿Tenés algún referente en tu nueva función?

-No tengo ningún modelo y no creo que haya una escuela. En la vida, muchas cosas son sentido común. Siempre fui parte de un equipo. Si creo que yo sólo hice lo que River hizo en los 90, estoy mal de la cabeza. Y si creo que ahora porque llego al club todo el mundo tiene que hacer lo que yo diga, o la gente cree que el club va a empezar a ganar todo porque yo estoy en el club con un saco y una camisa, estamos lejos de la realidad. Se necesita laburo.

-¿Aimar es tu otro sueño?

-Sí, y lo sigue siendo. Es uno de esos tipos que puede transmitir. Hace más de diez años que se fue a Europa, está en un final de la carrera, económicamente se encuentra bien y juega en Malasia, donde por ahí perdés la gloria. Y yo quiero incentivarlo para que vuelva a tener esa gloria.

-¿Vas a tratar de que le pique el bichito, entonces?

-Es la idea, pero eso no quiere decir nada. A veces en estas cosas debemos ser serios: hay que ver si se puede llevar a cabo. Hay mucha gente que le ha dado mucho al club y que tiene otras prioridades, otras razones. Y yo no estoy de acuerdo con eso de que el que viene es un divino y llega porque ama al club, y el que no viene es un hijo de puta que no quiere al club. Uno viene cuando puede y las cosas coinciden: ¿quien no va a querer volver a un gran club como River? -¿Es tan utópico como Lugano o puede haber una pequeña esperanza? -Están todos muy cerca y muy lejos. Intentaré lo mejor y por ahí sale todo lo peor. Y todos estos jugadores son lo mejor. Pero todos al mismo tiempo no pueden venir.

-¿D’Alessandro es realmente posible para junio o ya hay que olvidarse?

-Volvemos a lo mismo. Hoy son todos imposibles. Ni me senté con Ramón a hablar de fútbol... Hablaré con todos los que tengan ganas y voy a atender a los que me llamen.

-Esa charla con Ramón va a ser para alquilar balcones.

-¡Nooo! Te digo más: conociéndolo a Ramón y conociéndome a mí, que no soy de hablar mucho, media hora va a ser demasiado. Es mucho más simple de lo que todos creen. Mirá: mientras las personas no tengan una traición, una palabra no cumplida, está todo bien y con Ramón nunca hubo una traición. Entonces está todo bien.

-Y con Emiliano, ¿tenés algún pero...?

-No. No tengo ninguna opinión porque no lo he visto laburar. Te lo podré decir dentro de un tiempo.

-¿Mora, que planteó diferencias con el cuerpo técnico, es recuperable?

-Depende de él. Uno puede tener el mejor o el peor diálogo con un técnico o un compañero pero debe entrenarse y prepararse para jugar. Es recuperable si él se quiere recuperar.

-¿Balanta es la joya que va a salvar al club?

-Es un jugador muy importante en un puesto en el que cada vez hay menos. Un chico que, por lo que veo a la distancia, por televisión, parece un buen chico, centrado. Le deseo lo mejor. Con una cara limpia de buen pibe, tiene todo para ser un 6 que marque la historia del club. Ojalá podamos disfrutarlo durante mucho tiempo.

-¿Y Teo: es 9 o enganche?

-Es más un tema de cómo lo vea Ramón. Pero puede jugar en los dos lugares. Desde afuera no veo que tenga problemas. Técnicamente es una gran jugador y se puede cargar el equipo al hombro, como Ponzio.

-¿Ves un pichón de Enzo?

-No. Confío mucho en Lanzini, en Ponzio, pienso que Gutiérrez va a poder dar en este torneo mucho más de lo que dio en el anterior. Y que los chicos como Andrada y Simeone tienen un gran futuro. Es un lindo desafío para ellos porque forman un equipo interesante: no es el mejor equipo pero tampoco es para que esté donde estuvo ni para salir último.

-¿Le encontrás alguna explicación al bajón de este último semestre?

-Creo que todo lo que pasó en el club terminó repercutiendo en el equipo. Cambiaron pocas cosas entre el subcampeón y este equipo, y sin embargo pasó lo que pasó. El equipo sintió el deterioro institucional.

-¿A Gallardo lo ves como un buen posible sucesor de Ramón?

-Ya es un gran entrenador y le ha ido muy bien en Uruguay. Después, que pueda acercarse a River no va a depender sólo de mí. Pero tenemos un muy buen técnico y, hoy, hablar de técnicos no tiene mucho sentido.

-¿Almeyda merecería una revancha?

-Es un tipo adorado. Yo lo quiero mucho. El Pelado le dio todo al club y me alegra que en Banfield pueda practicar el fútbol que no pudo acá por las presiones de River en la B. Le deseo lo mejor. Y sé que en algún momento va a tener la posibilidad de volver.

-¿Cavenaghi viene porque tiene el pase en su poder o porque están convencidos?

-Es probable que venga porque Ramón Díaz se lo pidió a D’Onofrio, conoce al club y sabe que en este momento hay que abrocharse el cinturón. Pero va a depender de cómo llegue. El jugador debe estar preparado: si tiene en claro que lo importante es River y labura para darle su grano de arena, seguramente le hará muy bien al club.

-¿Hablaste con Trezeguet en estos días?

-No hablé. Tiene contrato en Newell’s hasta junio, o sea que hay tiempo...

-¿Qué puede pasar si en junio te dice "no vuelvo porque esta Cavenaghi”?

-No sé, qué sé yo, veré qué le digo... Tengo otras cosas en este momento para pensar en eso.

-¿Te gustaria verlo con la camiseta de River o su tiempo ya pasó?

-No es una cuestión de gustos. Me hubiese gustado que mis hermanos fueran los mejores jugadores del mundo, pero eso no pasó. Es obvio que me gusta Trezeguet, pero de acá a junio no sé si voy a estar yo en el club. Hablemos del hoy. Y el hoy es Cavenaghi. Trezeguet es el futuro.

-¿Al segundo refuerzo lo tienen claro?

-No.

-¿Scocco es imposible?

-Económicamente todo va a ser muy difícil.

-¿El que venga tendrá que hacerlo con el pase en su poder?

-Y... Ojalá la gente tenga paciencia. Nos tenemos que acostumbrar a que hoy River no es lo que marca su historia. En estos seis meses ojalá podamos hacer el mejor campeonato y seamos campeones, pero mi idea es que el equipo haga un buen campeonato y que el club pueda volver a emprender una marcha que abandonó hace un tiempo.

-¿Entonces Cavenaghi podría ser el único refuerzo?

-Podría ser. A mí no me preocupa mucho si hay dos cupos y usamos uno. Tal vez en junio haya 15 jugadores nuevos. No hay un hombre, un nombre ni una poción mágica que cambie un club. Hay que ser realistas y hacer la cosas con criterio y tiempo.

-¿Qué opinás de la gestión de Passarella?

-Le erró. La verdad que le erró en ser presidente. Todo lo que hizo como jugador y como técnico lo perdió como presidente.

-¿Quién fue peor presidente: él o Aguilar?

-Digo lo mismo que con respecto al vestuario: hay que estar para opinar.

-¿Con Aguilar seguís teniendo relacion?

-Tengo relación con todos. A Passarella lo vi hace un año en un shopping. No tengo nada contra él ni contra nadie. A mí no me pasó como Alonso, que tuvo problemas para entrar al club en su gestión. De hecho iba a jugar todos los lunes con los veteranos.

-Hablando de eso, la gente te recuerda en una cancha: ¿qué puede pasar si los hinchas gritan por vos y no el "oy oy oy oy...”?

-La gente no va a gritar por mí. Habrá fotos mías de jugador, no de saco y corbata. En las casas de los hinchas no hay fotos de dirigentes. Hay de jugadores y de algunos técnicos que han tenido la suerte de que les ha ido bien.

-¿Cuáles son tus deseos para el 2014?

-Que River pueda volver a ser River, que pueda volver a Europa, que pueda darle el gusto a los hinchas de mantener juveniles por un par de años... Y que en 2015 sea campeón.

-¿Qué? ¿El deseo de River campeón de Francescoli queda para el 2015?

-Me van a matar los hinchas porque quiero ser más campeón que nadie. Pero primero hay que reencauzar la máquina.

-¿River será campeón con Ramón o sin Ramón?

-Va a ser con el que tenga que ser. No es un problema quién está. El problema es el del que se la cree.

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