Gallardo: “Cuando perdés es cuando realmente aprendés”

El entrenador de River dialogó con el sitio oficial de la Copa Libertadores y se refirió a su gestión al frente del campeón de América y a su formación personal.
lunes, 22 de abril de 2019 · 14:29

A la espera de un duelo clave frente a Palestino que podría definir buena parte de su suerte en el Grupo A del certamen continental, Marcelo Gallardo participó de una extensa charla con la página copalibertadores.com en la que se refirió a las vicisitudes su profesión, a su formación para desempeñarse en el puesto y también a las finales contra Boca en Madrid, entre otras cuestiones.

Sobre la exigencia constante

"Es muy fácil: yo represento a una institución que tiene mucho prestigio y que demanda permanentemente. Eso para mí es sinónimo de estar alerta todo el tiempo porque estar en el lugar que estoy, me estimula para seguir evolucionando como profesional".

Sobre los proyectos a largo plazo

"Los proyectos suelen respetarse mientras ganás. Es así de fácil y así de claro. No creo que haya proyectos de 4 o 5 años que se sostengan si uno no gana. Partiendo de esa base, uno entiende que para establecer proyectos, para seguir vinculado a ciertos lazos fuertes, tenés que sostenerte con victorias".

Sobre la importancia de las derrotas

"Es parte de la enseñanza permanente. Cuando perdés es cuando realmente aprendés, porque es el momento en el cual te frustrás, en el cual te desilusionás, en el cual masticás bronca. Ese aprendizaje para ver cómo resolver problemas tiene que ver con la derrota. Uno analiza muy poco las victorias. Los análisis se dan muy por encima cuando vos sentís que hay cierta referencia con lo que estás haciendo. Las derrotas son las que te pegan duro y a partir de ahí uno empieza a crecer. Las derrotas te dan un baño de humildad tremendo y ahí está el equilibro: hasta dónde te tienen que golpear las derrotas y hasta dónde llega la felicidad de las victorias".

"La mejor medicina a una buena victoria es una derrota. Ese es el antídoto, y nosotros tenemos que convivir todo el tiempo con el ganar y perder, porque está dentro de las reglas del juego. Uno no gana siempre y el que cree que gana siempre vive una irrealidad. Cuando vos tenés una gran victoria, disfrutala porque en cualquier momento puede haber una gran derrota".

Sobre su capacitación y las cualidades para ser entrenador

"Busco estímulos de los cuales siga aprendiendo. Hoy los entrenadores tenemos un gran caudal de información al alcance de nuestras manos y eso mismo nos sigue capacitando. Después uno a medida que tiene más experiencia va agarrando lo que considera que puede ser de utilidad y deja otras cosas que por ahí al principio las agarraba por querer abarcar todo. Por ahí te das cuenta de que hay algunas cosas que tenés que dejar porque tampoco podés llenarte de tanta información, porque después tenés que saber canalizarla, transmitirla y darle a los jugadores una selección específica de esas cuestiones".

"A mí me gustaba mucho jugar. Siempre fui pasional, siempre respondí pasionalmente a lo que sentía por el fútbol. Pero empecé a despertar ciertos pensamientos de entrenador a partir de los 29, 30 años, cuando ya empezaba a preguntarme el porqué. Pero hoy es diferente. Yo ya no juego más y no pienso como jugador. Uno cuando jugaba pensaba por uno mismo y trataba de ser mejor de acuerdo a lo que uno creía que podía ser. Ahora uno piensa por los que juegan y no por uno".

"Yo creo que un entrenador se está preguntando el porqué siempre. Uno siempre está analizando, resolviendo cuestiones, tomando decisiones. A veces acierta y a veces no. Entonces cuando uno no acierta se hace la típica pregunta del porqué".

"Uno encuentra respuestas en experiencias de uno como jugador y en entrenadores que ha tenido. En formación de otros colegas, en formación de otros jugadores. Hay un montón de posibilidades de aprender y el que está abierto y es receptivo, va incorporando cosas con las que después se siente representado. Siempre está la posibilidad de tener alguna palabra o alguna frase a mano para calmar las aguas. Y a veces no, porque uno es sanguíneo también, entonces tiene que medir algunas cuestiones que tienen que ver con la frontalidad. A veces también tenés que saber medir esa frontalidad con la que te dirigís. Son todas cosas que uno tiene que percibir también para gestionar".

Sobre el vínculo con sus futbolistas

"Yo valoro mucho las relaciones humanas, los fuertes lazos que se generan a través de una convivencia. Hay que entender que el entrenador exige a sus jugadores y en eso de las exigencias también hay una línea muy delgada en la cual tenés que encontrar respuestas del otro lado y que te interpreten. Que se respete la imagen del entrenador como profesional pero también humanamente. Me quedan los lindos vínculos que he trazado con los jugadores con los que he tenido la posibilidad de trabajar y con los que sigo compartiendo y con los que ya no están y sin embargo tenemos una comunicación. (…) Eso para mí tiene mucho valor".

"Una de las cosas que no se pueden negociar es la verdad. Por más dura que sea, creo que tiene que haber una verdad sobre la mesa siempre. Partiendo de esa base hay un montón de cuestiones que tienen que ver con el manejo de grupo y cómo lidiar con un montón de personalidades distintas, pero siempre con la verdad".

"Con el tiempo creo que vas entendiendo ciertas reacciones. Hay que comprender también al futbolista y uno que fue futbolista también ha puesto mala cara ante alguna decisión que uno no comparte. Me parece que cuando hay verdad, cuando hay sinceridad y cuando se argumentan las cosas, es un camino que se va allanando para seguir hacia adelante. Si no vas con la verdad, hay situaciones con las que no podés avanzar".

"El entrenador tiene que tener ciertas capacidades para argumentar cuando el futbolista lo necesita. Hay algunos que no lo necesita, hay otros que no preguntan y acatan y hay los que, por ahí, necesitan la argumentación. Y ahí el buen entrenador de fútbol tiene que estar capacitado para poder darla".

Sobre Marcelo Bielsa

"La relación de Bielsa era mucho más profesional. A mí me gusta no ser amigo del futbolista, pero saber qué le pasa, qué siente, ser un poco más cercano. Yo no recuerdo a Marcelo teniendo un vínculo afectivo con los jugadores. No digo que no lo haya tenido, pero era mucho más profesional. Yo creo que es una forma de gestionar y creo que hay otras también que son muy válidas como entender que la relación humana bien medida también puede ser efectiva".

Sobre la identidad de su equipo

"Es una búsqueda hacia un estilo. A mí me gusta que mis equipos tengan esas variables en el juego, que sepan interpretar los momentos. En un partido de fútbol hay muchos momentos que pueden ser favorables o desfavorables. Dentro de los favorables, me gusta que mi equipo tome la iniciativa, me parece que así es mucho más corto el camino hacia la victoria. (…) Si en un partido de fútbol tenés la posibilidad de ser vos el que pone condiciones, quiero que sean de esta manera y que los futbolistas se sientan representados. Que sean ellos los que lleven a cabo esa función, que son los principales protagonistas. Y cuando no ponés condiciones, porque a veces los rivales te someten a eso, también tenés que saber resolver ese tipo de situaciones".

Sobre la preparación física

"Yo era un clásico jugador de cualidades técnicas, con visión de juego, pero yo sabía que era el primero que tenía que correr para imponer condiciones. Yo no podía quedarme con tener buena capacidad técnica y tener buena lectura de juego. Si no corría era imposible que jugara. Y hoy el fútbol es eso: saber jugar, saber interpretar, ser bueno físicamente. Entonces ahí está la base de un buen equipo, en tener esas cualidades".

Sobre el planteo en la final en La Bombonera y la línea de tres defensores

"Era una buena manera de que nosotros impusiéramos condiciones a través de una posibilidad de atacar tanto por dentro como por fuera con nuestros laterales avanzados. Podíamos ir por dentro con nuestros atacantes y podíamos ir por fuera cuando no tuviéramos la posibilidad de ir por dentro. Y Boca era un equipo que a nosotros nos daba una posibilidad para jugar de esa manera. Creo que los sorprendimos en esa primera media hora y después la salida de Pavón a ellos los equilibró un poquito poniendo un segundo delantero, armando una línea de cuatro en el medio y eso hizo más parejo el partido. Pero la iniciativa la tuvimos en esa media hora, hasta que tuvo ese efecto sorpresa. Después se hizo más parejo".

Sobre la revancha en Madrid

"En la vuelta se dio una situación bastante delicada, porque sufrimos una desfocalización de acuerdo a todo lo que había pasado: ir a jugar a España, al Santiago Bernabéu, donde no conocías el terreno, donde había mucha tensión de parte de los dos equipos. No hubo buena distribución de pelota, buena tenencia, no hubo calidad de pases. Eso no nos permitió avanzar en esa primera mitad. Después hasta con el resultado en contra los nervios se fueron diluyendo y ya el equipo tomó nuevamente las riendas del partido y esa posibilidad de identificarse con el juego que nosotros veníamos haciendo y eso nos llevó a sentirnos más cómodos en el partido".

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