INOLVIDABLE

A 10 años de la 'Hazaña Víbora': dos glorias dieron detalles inéditos del ascenso

El 26 de junio se cumplió una década de la llegada de Desamparados a la Primera B Nacional. Hernán Lamberti y Emmanuel Reinoso, dos pilares fundamentales de ese plantel, recordaron la gesta histórica en Diario 13.
domingo, 27 de junio de 2021 · 18:51

El 26 de junio de 2011 quedará grabado a fuego en la historia de Sportivo Desamparados. En esa fecha inolvidable el "Víbora" consiguió el tan anhelado ascenso a la Primera B Nacional. A pesar de la complicada situación económica en la que estaba el club, lograron abstraerse de eso y coronarse. Para celebrar los 10 años de esta hazaña, dos de las glorias de ese plantel revelaron detalles inéditos a Diario 13. Se trata de Hernán Lamberti y Emmanuel Reinoso.

Este torneo en cuestión comenzó el 22 de agosto de 2010. Las autoridades del club habían armado un plantel con el único objetivo de ascender. Ficharon jugadores de gran calidad que entrenarían bajo las órdenes de Darío Tempesta. El primer partido fue contra Deportivo Maipú, en Mendoza, con un resultado de 0 a 0.

El campeonato ya había arrancado oficialmente y a Desamparados se le venían una serie de interminables viajes por todo el país. Durante toda la competición el equipó viajó de Salta a Puerto Madryn y desde Mendoza a Mar del Plata. Sin dudas esto provocó un gasto enorme para las autoridades de la institución. Las fechas pasaban y el equipo no terminaba de convencer.

El sentimiento de insatisfacción perduró a lo largo de las jornadas hasta que prácticamente a la mitad de la primera fase Tempesta dejó de ser el DT. Allí quien comenzó a comandar el equipo por un puñado de encuentros fue Edgardo "Cuca" Herrera. El entrenador tampoco convenció y allí se dio la llegada de Alberto "Beto" Naveda. 

"El objetivo siempre fue el ascenso, el plantel se había armado para eso con la llegada de Tempesta. Después las cosas fueron cambiando. En ese momento clasificamos segundos o terceros si mal no recuerdo a la Zona Campeonato. Ahí la cosa no fue bien y hubo una depuración del plantel. Quedó un grupo muy reducido, creo que quedamos 23 o 24 nada más", recordó Lamberti.

Además de la irregularidad de los resultados, las cuentas cada vez le cerraban menos a los dirigentes. El dinero no les alcanzaba para mantener a todo el plantel por lo que se hizo una minuciosa selección de quienes continuarían. De esta manera siguió en competencia un grupo muy justo que dejaba un margen pequeño para lesiones y demás complicaciones.

"Fueron muchísimos partidos complicados, creo que no lo tuvimos nada fácil. Siempre tuvimos muchas desventajas y mucha complicación. Teníamos un plantel corto con expulsiones y lesiones, pero de ahí salió la fuerza interior que tenía el grupo. Creo que después de clasificar al reducido nos dimos cuenta que podíamos conseguir el objetivo", rememoró Reinoso.

Sin importar los palos en la rueda, el "puyutano" seguía subiendo posiciones. Cada vez estaba más cerca de conseguir su boleto para el nonagonal que definía quienes ascenderían a la segunda categoría del fútbol argentino. El equipo comenzaba a demostrar una gran química y hacía ilusionar a los hinchas.

Las cosas parecían haber mejorado pero de pronto los resultados dejaron de acompañar y Naveda pegó el portazo. Otra vez Desamparados se quedaba sin entrenador. El escenario no era muy favorable. Aún restaba disputar el último partido de la primera fase contra Sportivo Belgrano. Si querían soñar con la posibilidad de ascender, el único resultado que les servía era ganar.

Debido a esta situación nadie se animaba a ocupar el cargo que dejó vacante "Beto". En ese momento sentarse en el sillón de DT era un fierro caliente que al parecer nadie tenía el valor de tomar. Sin embargo una solución completamente inesperada apareció para alegría del pueblo verdiblanco. 

Daniel "La Chancha" Garay, un coordinador de la comisión directiva y del cuerpo técnico, tomó las riendas del primer equipo. Él conocía perfectamente al plantel por la función que desempeñaba, por lo que los propios jugadores le pidieron que les diera una mano.

De esta manera "La Chancha" se hizo cargo de las prácticas y de preparar este partido bisagra contra el conjunto cordobés hasta que llegó el gran día. Para su felicidad todo salió de la mejor manera y el partido terminó con una victoria por 1 a 0.

"En ese momento el técnico era la “Chancha” Garay. Siempre nos pedía que estuviéramos tranquilos, ordenados y que seamos inteligentes. Su llegada nos dio un poco de tranquilidad a la hora del juego por las presiones y todo lo que veníamos arrastrando. Algo que hacíamos siempre antes de entrar a la cancha era rezar. Era una costumbre que teníamos", reveló el actual futbolista de Platense.

Habían conseguido entrar al nonagonal para soñar con la Primera B Nacional. Sin embargo esto no quería decir que el camino estuviera allanado. Allí habían equipos que tenían el mismo hambre de gloria que ellos y se lo hicieron sentir. La dificultad fue tanta que no pudieron consagrarse en ese reducido. Frente a esta situación la única chance que les quedaba era ganar la Reválida.

En este nuevo formato dejaron en el camino a equipos como Unión de Mar del Plata, Douglas Haig, Central Norte de Salta y Sportivo Belgrano. Al conseguir estas importantes victorias llegaron al escalón final. Era la última llave del año, la última posibilidad de ascender. Ya habían jugado 44 partidos en tan sólo un año y el cansancio se hacía sentir pero no podían tirar a la basura todo el esfuerzo que habían hecho.

Finalmente llegó el día del partido de ida en el "Serpentario" donde hicieron valer la localía y le ganaron 1 a 0 a San Martín de Tucumán. Ahora tocaba trasladarse a tierras tucumanas para cerrar la serie contra el "Ciruja". Ese viaje en colectivo los futbolistas jamás podrán olvidarlo, pero no por buenas razones.

"Directamente el camino del hotel a la cancha fue complicado. Gente tirando piedras, insultándonos y cantando. Fue un camino eterno. Después en la entrada en calor hubo un momento en que no te escuchabas con tu compañero a dos metros por la cantidad de gente que había. Fue muchísimo pero bueno después todo eso nos sirvió", contó el goleador.

En el caso de Lamberti, aseguró que pocas veces en su larga carrera vio tanta gente dentro de una cancha. Todos tenían un cierto temor ya que tenían en claro que si hacían un gol podían haber serios problemas. Podía llegar a correr peligro su salud y no se trata de una exageración.

Esto efectivamente sucedió al minuto 20 del complemento. Emmanuel Reinoso marcó un tanto para Desamparados que pareció darse en cámara lenta. Remató desde un costado del área rival, el arquero tucumano logró manotear la pelota pero no la desvió fuera del arco. La redonda se elevó por arriba del portero y tras varios segundos que parecieron eternos finalmente la caprichosa entró.

En ese preciso instante todo el estadio se enmudeció. Los simpatizantes del "santo tucumano" no podían creer lo que estaban viendo. Estaban perdiendo la categoría, iban a dejar la B Nacional para competir en el Argentino A. Los insultos pasaron de ser direccionados a los sanjuaninos a los propios jugadores de San Martín.

"En el momento del gol cuando la pelota sale un poco hacia arriba que la toca el arquero, lo único que pensaba era en que ingrese. Quería que baje rápidamente, que entre y gracias a Dios así fue. A partir de ese momento era todo alegría para nosotros. Se me vinieron muchas cosas a la cabeza, todo lo que había pasado, mi familia, mi hija. La verdad que fue un momento único", manifestó el autor del gol.

Mientras los puyutanos estallaban de felicidad, el árbitro suspendía momentáneamente el partido por serios incidentes. Varios tucumanos rompieron el alambrado y estaban a punto de meterse a la cancha. Debido a esto el personal de seguridad se puso manos a la obra para tratar de solucionar el problema.

"Sabíamos que si hacíamos un gol por ahí la cosa se iba a complicar y así fue. Hicimos el gol y ahí nomás se suspende el partido por un rato por los incidentes. Nosotros sabíamos que esa presión se nos podía volver a favor y la verdad que nosotros lo pudimos manejar bien", expresó Hernán.

Luego de algunos minutos el partido se reanudó y Desamparados sufrió un duro golpe. Los locales volvieron a establecer la igualdad en el marcador. El encuentro estaba 1 a 1 y si bien faltaba poco para el final debían cuidar el resultado. A lo largo del torneo, en más de 40 partidos los sanjuaninos habían sido tan efectivos en defensa que llegaron a pasar 608 minutos sin recibir goles. Esto se notó y finalmente los "Víboras" llegaron a la Primera B Nacional.

La celebración de este logro histórico duró sólo algunos segundos ya que cuando se dio el pitazo final ahí si los hinchas rojiblancos invadieron el campo de juego. Los dirigidos por la "Chancha" y todo el cuerpo técnico tuvieron que correr a los vestuarios. Debieron subir al colectivo para irse lo más rápido posible del estadio para evitar cualquier agresión posible. El festejo real se dio cuando emprendieron el regreso a San Juan

"El viaje fue larguísimo. Salimos en colectivo esa misma noche del partido. Hicimos paradas para comer en La Rioja y después pasamos por San Expedito. Ahí ya había gente esperándonos y comenzó la caravana. Después pasamos por la Difunta Correa donde también se sumó más gente. Había hinchas no solamente en la caravana sino también en la cancha. Fue muy lindo el recibimiento, eso es algo que hasta el día de hoy se sigue recordando. Es algo histórico para el club", mencionó el delantero de Unión de Villa Krause.

En la Plaza de Desamparados las autoridades provinciales habían colocado pantallas para que los futboleros vieran el partido. Una vez que finalizó el mismo todos se trasladaron hasta el José Eduardo Nehín donde se armó una verdadera fiesta. Entre canciones de cancha, lágrimas, risas y abrazos, los hinchas junto con los jugadores le dieron un cierre soñado a esta página dorada de su historia.

La unión de este grupo fue tan fuerte que al día de hoy, 10 años después, aún siguen en contacto. Mediante un grupo de WhatsApp todos siguen conversando. Por las cosas que tiene el fútbol y la vida tomaron caminos distintos, pero cada vez que pueden envían un mensajito por ese medio para ponerse al día. Una relación de respeto que se nota tanto dentro como fuera de la cancha.

"Tenemos un grupo de WhatsApp con todos los chicos, desde hace 10 años que está. Es un grupo increíble de amigos, de personas por ahí muy simples y sencillas. Creo que eso fue lo que hizo que se logrará el objetivo y que 10 años después se sigue viendo mucha comunicación", sentenció Reinoso.

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