Entrevista

La inflación se comió la carne: cada vez menos consumo y precios por las nubes

El mes de marzo registró una nueva caída en el consumo de carne en todo el país. El reconocido abastecedor sanjuanino, Sebastián Parra, analizó la situación en Banda Ancha.
lunes, 18 de abril de 2022 · 12:41

Otra vez se registró una fuerte caída en el consumo de carne vacuna en Argentina. Según el relevamiento del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), los argentinos consumen en promedio 47,7 kg. por habitante por año. Esto significó una caída interanual de 2,7%. Esto implica de marzo a marzo una caída interanual de 2,7% que si se traslada al 2019 la caída es del 12%. Los precios tuvieron alzas significativas del 8,2% en marzo. 

Sobre esta tendencia, habló el reconocido abastecedor de carnes sanjuanino, Sebastián Parra. El comerciante, aseguró que esta situación se viene advirtiendo desde hace varios años y tiene que ver con el aumento de los precios y las medidas políticas que han desincentivado la producción de cabezas de ganado.

‘Venimos hace dos años diciendo que el consumo viene cayendo. Había caído entre un 35% y 40% y en marzo se ha visto incrementada esa cifra. Si bien, los meses de marzo son complicados por el comienzo de clases, este año se ha sumado la particularidad de la falta de cabezas de ganado y la pérdida del poder adquisitivo de la gente. La inflación se come el sueldo y la carne acompaña a la inflación siempre’, analizó.

Sumado a esto, el abastecedor explicó que la falta de cabezas de ganado es el principal problema en la caída del consumo. ‘El mercado de la carne está atomizado, hay muchos compradores y vendedores. El consumo cayó un 35% y la carne en los últimos dos años ha subido casi un 500%. El problema es que la caída del consumo no ha equiparado el desabastecimiento. El sentido de los productores de los últimos dos años ha hecho que perdamos el 23% de la ascienda en pie del país (unos 8 millones de cabezas más o menos). Claramente, la baja del consumo no ha acompañado eso. Sino el precio no hubiera aumentado’, dijo.

De esta manera, Parra señaló que, al estar el mercado atomizado, se regula solo por oferta y demanda. ‘Del año 70 vienen tratando de controlar con diferentes medidas, pero no se puede porque lo único que lo controla el precio es la oferta y la demanda. Fomentando la producción vamos a tener carne más equiparada en cuanto a los sueldos. Mientras más hacienda haya, los compradores van a verse bien abastecidos y no van a tener que salir a pagar sonseras el precio no lo pone ni saquera el productor. El precio lo termina poniendo el consumidor porque la carne se compra en su mayoría por remate’, comentó el empresario sanjuanino.

Para Parra, las medidas del Gobierno tampoco han ayudado a controlar el precio de los productos. ‘El acuerdo que maneja el Gobierno es a través del Consorcio de Exportadores. Hay ciertos cortes que, a los exportadores no los dejan vender. Solamente permiten exportar aquellos que más ganancias dejan en el país. Y subsidiados por los precios más altos que se venden en el exterior, hace que eso quede más económico y se distribuye. Pero también tienen otra forma de preparación, que no es tan meticulosa como la hace quizás el carnicero en un barrio donde se le pide que le saque la grasa, etc’, indicó.

El comerciante explicó que los productos de carnes a precios cuidados son cortes que vienen terminados, y a algunos consumidores no les gusta porque vienen con mucha grasa o hueso. Sumado a esto, la cantidad de kilos no ha ayudado a que se pueda surtir a toda la gente. ‘La tirada más grande de kilos de cortes cuidados son 10.000 toneladas (10 millones de kilos). Dividido en las 2300 bocas de expendio, son 4 000 kilos por boca. Es un día de ventas. Es venta de carne para un día. Y en la medida que Argentina tenga problema con las exportaciones, va a haber menos carne de esta también’, aseguró.

Ante este panorama, muchos consumidores cambian el consumo de carne vacuno por el pollo o el cerdo, que son más económicos. ‘La gente ha mutado a otras carnes, no en la cantidad de kilos que les gustaría, porque el pollo y el cerdo son más baratas, pero saturan al consumidor. Por eso no se consiguen de igual manera. La idea sería que haya un mejor precio o un poder adquisitivo más acode a la inflación y que la gente pueda comer la carne que quiera’, sostuvo.

En este sentido, Sebastián Parra se refirió a los aumentos de precios que registró la carne años atrás. ‘Hubo épocas en las que la carne no tuvo un gran costo en la mesa familiar. Antes del año 2006, la carne tenía un precio medianamente acomodado. En el año 2006 hubo un gran paro ganadero y la carne aumentó un 600% o 700%’.

A su vez, insistió en que las medidas políticas no han acompañado para controlar los precios. ‘Dudo que haya medidas políticas que hagan bajar el precio de la carne. Pero si las medidas políticas han hecho que se incremente el precio porque se ha desincentivado la producción’, comentó.

 Y agregó: ‘En el 2007, se hizo una gran matanza de vientres en el país y la carne se disparó mucho. Es parecido lo que pasa ahora. Con el cierre de las exportaciones ya llevamos perdido el 22% de las cabezas de ganado porque el anteaño pasado ya decidieron los productores mutar al maíz como ahora se pasan a la soja por el tema de los impuestos.’

Según los datos del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), en el mes de marzo, el consumo de carne vacuna se ubicó en 47.7 kilos por habitante por año.