J.P. Morgan advirtió sobre el "carry trade" en Argentina y preocupó a Javier Milei
El mayor banco de EE. UU. sugirió a los inversores alejarse de activos en pesos debido al contexto electoral y la presión sobre el tipo de cambio.
Un nuevo informe de J.P. Morgan, publicado el 27 de junio bajo el título “Tomándose un respiro”, generó preocupación en los mercados argentinos y en el Gobierno nacional. El banco de inversión estadounidense recomendó a sus clientes desarmar posiciones en pesos y reducir su exposición al “carry trade”, marcando un giro respecto a su optimismo de abril, cuando veía oportunidades en instrumentos como las Lecaps.
El cambio de postura responde a una combinación de factores: ruido político de cara a las legislativas de octubre, agotamiento del ciclo favorable de liquidación del agro, presión sobre las reservas y menor atractivo en los rendimientos reales de los activos en pesos. En ese marco, el banco aconseja una migración hacia activos dolarizados y una estrategia más defensiva en las carteras de inversión.
El “carry trade”, que consiste en aprovechar las altas tasas en pesos mientras se mantiene estable el tipo de cambio, fue uno de los motores del ingreso de capitales financieros en los últimos meses. Sin embargo, J.P. Morgan advierte que los fundamentos que sostenían esta estrategia se están debilitando:
- El pico de ingresos del agro ya pasó. La liquidación de divisas mostró su mayor volumen en el primer semestre y ahora tiende a retroceder.
- La demanda de dólares por turismo sigue en alza, con un flujo estimado en más de u$s 3.500 millones en el primer trimestre.
- El contexto político es incierto. Las elecciones legislativas podrían dificultar la gobernabilidad y el avance de reformas estructurales.
Además, el informe revela que en mayo el Banco Central intervino con u$s 1.500 millones en el mercado de futuros, aun cuando el dólar oficial no alcanzaba los límites pactados con el FMI. Esto pone en duda la sostenibilidad de la estabilidad cambiaria que exhibe el Gobierno de Javier Milei.
El informe no pasó desapercibido. Según trascendió, funcionarios del Ministerio de Economía se comunicaron con la sede del banco en Nueva York para obtener precisiones sobre el contenido del análisis, que cayó como un baldazo de agua fría en medio del delicado equilibrio financiero que intenta sostener el Gobierno.
Los mercados ya empezaron a mostrar signos de tensión:
- Los bonos en pesos registran caídas.
- Se anticipa presión sobre los dólares financieros.
- El riesgo país, que rondaba los 700 puntos, podría subir si persisten las dudas sobre el rumbo económico.
A pesar de su postura más cauta, el informe también reconoce logros del Gobierno:
- Una inflación mensual inferior al 2% en mayo,
- Y un superávit fiscal primario de 0,8% del PBI acumulado hasta ese mes.
No obstante, alerta que las reservas del Banco Central aún no son lo suficientemente sólidas, a pesar del desembolso de u$s 13.500 millones del FMI, lo que limita el margen de maniobra ante posibles shocks externos o tensiones internas.
La inestabilidad política es otro de los ejes del informe. J.P. Morgan advierte que un resultado adverso para el oficialismo en las elecciones legislativas de octubre podría frenar reformas clave, como la reducción de subsidios o los cambios en el régimen laboral. Esto generaría desconfianza en los inversores y podría intensificar la salida de capitales.
En este contexto, el banco recomienda privilegiar activos ajustados por inflación o directamente dolarizados, al menos hasta que pase el escenario electoral y se clarifiquen las condiciones macroeconómicas.