Viñateros expresaron que el impacto de la eliminación de retenciones al vino "no moverá la aguja" en San Juan
Con el anuncio de que el vino argentino dejará de pagar las retenciones que tenía para exportar, desde San Juan aseguran que la medida no se sentirá, al menos que cambien otros factores.
Con el anuncio de que el vino dejará de pagar las retenciones de exportación, desde la Asociación de Viñateros independientes detallaron que la medida no tendrá una mejora al menos que se cumplan otras predicciones.
El ministro de Economía de la Nación, Luis Caputo, comunicó una baja a las retenciones a los principales cultivos del campo y la eliminación en el caso de las exportaciones de productos provenientes de economías regionales, lo que tuvo gran repercusión en San Juan para algunos productos.
Diario 13 habló con Juan José Ramos presidente de la Asociación de Viñateros Independientes quien explicó que el sector continúa en un contexto de incertidumbre económica y fuertes desafíos estructurales, las economías regionales, como el sector vitivinícola en Argentina, enfrentan un panorama cada vez más complejo. Aunque el reciente anuncio de la eliminación de retenciones al vino busca generar un alivio, los productores coinciden en que esta medida no tendrá un impacto significativo debido a problemas más profundos, como el atraso cambiario, la pérdida de competitividad internacional y el avance de las importaciones.
El anuncio del gobierno de que el vino dejará de pagar retenciones a las exportaciones fue recibido con escepticismo por los productores. En su momento, las retenciones alcanzaron valores de hasta el 10%, pero en los últimos años se mantuvieron en torno al 5%. La medida, aunque positiva en términos nominales, no logra modificar el escenario crítico que enfrenta el sector.
"Esto no le mueve la aguja a nadie," afirmó Ramos. El principal problema radica en que el atraso cambiario erosiona la competitividad de los productos argentinos en los mercados internacionales. Mientras el dólar oficial se encuentra en un nivel bajo respecto al costo real de producción, los insumos, muchos de los cuales son importados, están dolarizados y aumentan constantemente.
A esto se suma la preocupación por el incremento en las importaciones de vino, que en muchos casos ingresan al país fraccionado, lo que afecta directamente a los productores locales. Hasta hace algunos años, Ramos explicó que estas importaciones requerían licencias automáticas o aprobaciones técnicas específicas, pero ahora se ha flexibilizado el ingreso de productos extranjeros. Esto ha generado una mayor competencia para los vinos argentinos en el mercado interno, en un momento donde el poder adquisitivo de los consumidores también está en caída.
La falta de competitividad no solo afecta las exportaciones, sino también el mercado interno: “En un país donde el salario real cayó significativamente, productos como el vino, que no son de primera necesidad, ven reducido su consumo” explicaba el referente viñatero. Esto obliga a los productores a ajustar sus precios y, en muchos casos, a vender uvas a un valor menor del esperado para sostener mínimamente la actividad.
El problema se agrava cuando los costos de producción siguen aumentando debido a la inflación y la devaluación, mientras que el tipo de cambio oficial no acompaña estas variaciones: "El dólar tendría que valer un 50% más para que podamos competir en el mercado internacional," sostiene Ramos, detallando la disparidad en el sector.