El miedo más profundo de una madre se hizo realidad para Candela Navarro, una joven de Comodoro Rivadavia, que denunció que intentaron secuestrar a su hijo de apenas cinco meses en plena vía pública. Ocurrió este miércoles por la tarde, luego de salir de la guardia pediátrica del Hospital Regional.

“Mi bebé tenía fiebre desde la noche, así que lo llevé al hospital cerca de las 13. Después de que lo atendieron, le mandé un mensaje a mi papá para que me fuera a buscar”, relató Candela. Como su padre no podía estacionar cerca, ella comenzó a caminar hacia la esquina, con su hijo en brazos.

Fue en ese trayecto cuando ocurrió el ataque. “Una camioneta negra, con vidrios polarizados, frenó al lado mío. Se abrió la puerta de atrás y un hombre me tironeó al bebé. Me lo quiso arrancar del brazo”, contó.

Navarro forcejeó desesperadamente para evitar que se lo llevaran. “Grité, tiré todo. Fue horrible. Me lo estaban sacando”, recordó, todavía conmocionada. En medio del forcejeo, el pequeño resultó herido. “Lo tiraron fuerte, lo lastimaron”, agregó. Por eso, este jueves regresó a la guardia para que lo revisaran.

La situación no terminó en tragedia gracias a la aparición de un hombre que pasaba por el lugar. Según denunció la madre, un vecino de aproximadamente 60 años comenzó a gritar y corrió a auxiliarla. “Ahí fue cuando me soltaron. Si no fuera por él, hoy mi hijo no estaría conmigo”, afirmó con angustia.

Tras el intento de secuestro, Candela se acercó al hospital para pedir acceso a las cámaras de seguridad, pero le solicitaron realizar primero una denuncia formal. Por eso se dirigió a la Comisaría de la Mujer, y luego regresó al centro de salud, donde pudo ver parte de las grabaciones. “No se llega a observar bien el hecho, pero parece que sí se ve la camioneta”, indicó.

El ataque ocurrió a plena luz del día, frente a uno de los hospitales más importantes de la ciudad. La mujer describió el vehículo como una camioneta negra, grande, con vidrios polarizados. Aseguró que vio al menos tres personas en su interior. El agresor tenía contextura delgada, llevaba un pasamontañas y solo se le veían los ojos.

La familia ahora pide que el hecho se difunda para que posibles testigos puedan aportar datos. “Esto no puede quedar así. Hoy me tocó a mí, pero podría haber sido cualquier otra mamá. Que se haga justicia”, concluyó Candela.