SALTA

La cholita transformista que rompe con todas las reglas

Maximiliano Mamaní es oriundo de Jujuy y cuestiona los cánones de la diversidad y pone en tensión los marcados patrones occidentales y heterocapitalistas a través de Bartolina Xixa.
miércoles, 20 de febrero de 2019 · 07:52

El transformismo en general se construye desde femineidades americano-europeas, un sentido que Maximiliano Mamaní buscó deconstruir. En ese camino, se encontró en sus raíces, en los orígenes de muchos de los latinoamericanos. Así es como Maxi también es Bartolina Xixa, una cholita drag queen.

Maxi es un joven estudiante de Antropología de la Universidad Nacional de Salta que construyó a Bartolina desde su propia historia y en búsqueda de darle al transformismo una perspectiva más indigenista.

En una entrevista a "La Gaceta", Maxi contó : “Qué nada más lindo que poder representar una femineidad latinoamericana, como es la de la chola. Y no construir ese estereotipo de belleza mucho más cosificante, sino esta que es mucho más significativa”, comenta Maximiliano, resaltando su admiración a las cholitas, a la mujer paceña.

En su casa, en su tierra, donde Maxi creció, ahí nació Bartolina Xixa, cuyo nombre está inspirado en la lideresa boliviana Bartolina Sisa Vargas, una heroína y comandante aymara que participó en la rebelión contra el imperio español. Según algunos historiadores, esta mujer de gran tesón fue luego apresada, torturada, ahorcada y descuartizada en las calles de La Paz, en 1781, para amedrentar a los indígenas que luchaban contra los abusos de los españoles.

Luego de esta íntima transformación, Bartolina Xixa salió en público en la marcha del Orgullo de hace dos años, en Salta.  A partir de ahí empezó a transitar su espacio y a tener la impronta del artista que viste el traje de cholita.

Sus raíces, sus estudios antropológicos y los movimientos del baile, que cultivó como profesor de danzas folclóricas,  dieron a Bartolina la fuerza de una presencia escénica seductora y provocadora.  

“Yo no soy el gay de ciudad estereotipado, desarraigado de un montón de prácticas culturales”, sostiene Maxi, quien viene de una familia campesina del interior de Jujuy. “Esas prácticas culturales siempre estuvieron en mi vida y para mí era importante poder ensamblarlas”, asegura. Y para eso, sus estudios le valieron gran parte.

 

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