El patovica que sacó a los rugbiers del boliche: "Me da mucha bronca, son unos cagones"

Uno de los patovicas del boliche Le Brique contó que tuvieron que aplicarle una llave "mata león" a uno de los rugbiers porque "se resistía" a que lo sacaran del local bailable en la noche en que asesinaron a Fernando Báez Sosa (18) y consideró que "sabían algún arte marcial" porque "no eran como cualquier otra persona tirando golpes al aire". "No creo poder volver a trabajar de patovica. Después de esa noche, todos sentimos mucha culpa", afirmó entre lágrimas. Christian Gómez (36) es parte del personal de seguridad.

Él intercedió dentro del boliche en la fatídica noche del pasado 18 de enero cuando una patota de rugbiers asesinó a golpes, patadas y puntapiés a Báez Sosa, en la localidad balnearia de Villa Gesell. Según detalló, el conflicto entre los jóvenes comenzó cerca de las 4.30 "en medio de un pogo", por lo que activaron el protocolo de seguridad del local con una primera advertencia que no tuvo efecto: apuntar a los involucrados con punteros lásers. "Entonces, un compañero se acercó para separarlos y fui también como apoyo", relató Christian.

Al rememorar que él se quedó en el lugar para "calmar" a los rugbiers, agregó: "Al llegar, vi cómo al primero que sacaban era a Fernando, que se retiró sin causar problemas por la puerta de seguridad. Agarré a uno de ellos, que se llama Matías Benicelli. Pero, al soltarlo, enseguida salió a pegarle a otros dos pibes". En ese sentido, el patovica consideró que "se notaba que sabían algún arte marcial" porque "no eran como cualquier otra persona tirando golpes al aire". "Entonces, volví a reducirlo y a calmarlo", explicó.

Al notar que el joven representaba un riesgo para los demás en el boliche, decidió sacarlo: "Ahí apareció Máximo Thomsen, me puso una mano encima y me dijo 'a él no lo sacás'. Se notaba que estaba preparadísimo para ir al choque". Christian indicó que lo que puede verse en el video sobre la expulsión de los rugbiers del boliche es la llave "mata léon" que aplicaron a Thomsen porque "se resistía" y recordó que los deportistas salieron por una puerta diferente a la que había usado varios minutos antes el grupo de Fernando.

Las lágrimas del patovica

Al escuchar la brutalidad de la golpiza que recibió Fernando, Christian no pudo contener el llanto: "Me da mucha bronca, porque son unos cagones que no tienen dignidad. No sé dónde estuvieron los padres de esos hijos. Me pone mal de verdad, porque hoy una mamá tiene que enterrar a su hijo". Además, el patovica manifestó la culpa y la impotencia que siente por haber dejado salir a uno de los rugbiers que participó del asesinato del joven.

"Tenía que haberme quedado afuera. Y en los medios dicen que la seguridad era cómplice, y no es así. Nosotros intentamos dialogar con los jóvenes y calmarlos desde el primer momento", expresó. Además contó que el caso lo tocó en lo personal, ya que un primo suyo murió en circunstancias similares a Fernando. Al respecto, consideró: "No creo poder volver a trabajar de patovica. Después de esa noche, todos sentimos mucha culpa".