A 56 años del Cordobazo: una revuelta popular que marcó un quiebre en la historia argentina
El periodista e historiador Luis Eduardo Meglioli repasó los orígenes del estallido social del 29 y 30 de mayo de 1969 y lo vinculó con el derrocamiento de Illia en 1966
Al cumplirse 56 años del Cordobazo, el periodista e historiador Luis Eduardo Meglioli reflexionó sobre los orígenes de aquella revuelta popular que estalló en Córdoba en mayo de 1969 y que se convirtió en un punto de inflexión en la historia política y social de la Argentina.
Según Meglioli, “todo comenzó con el golpe de Estado de junio de 1966, cuando las Fuerzas Armadas derrocaron al presidente Arturo Humberto Illia”. Aquel golpe, asegura, fue “innecesario como todos los golpes de Estado, y con el tiempo se demostró que no existían motivos urgentes para destituir a un gobierno constitucional”.
“Había un concepto erróneo de que Illia era un hombre débil que no sabía manejar el país, pero fue un presidente austero y honesto, con gestos importantes, incluso hacia las provincias”, recordó. “Cuando vino a San Juan, en aquel tiempo gobernada por Leopoldo Bravo, tuvo actitudes valiosas hacia la provincia”.
Onganía y el caldo de cultivo del estallido
Tras el derrocamiento de Illia, asumió el poder el general Juan Carlos Onganía, quien al principio generó ciertas expectativas. “Se pensaba que podía tener una idea diferente a la de otros militares que habían encabezado golpes”, explicó Meglioli. Sin embargo, su modelo de gobierno pronto mostró una cara autoritaria y antipopular.
Uno de los principales detonantes del malestar social fue la política económica liderada por el ministro Adalbert Krieger Vasena, quien implementó medidas duras para los trabajadores, como el congelamiento de salarios y la eliminación del sábado inglés, una conquista laboral histórica.
Córdoba, cuna de la resistencia
“El Cordobazo fue un fenómeno muy particular. Primero se levantaron los estudiantes, y luego se sumaron los obreros y sindicatos”, indicó Meglioli. La chispa se encendió en las calles de Córdoba, una provincia que, según el historiador, tiene “una tradición de adelantarse a los procesos históricos”.
“Los cordobeses tienen un espíritu rebelde que se remonta incluso a la época colonial. Jerónimo Luis de Cabrera fundó Córdoba contra la voluntad del Rey. Esa herencia quedó en el ADN de la provincia”, señaló.
La protesta, que comenzó como una marcha pacífica, derivó en enfrentamientos violentos con las fuerzas represivas del régimen. El 29 y 30 de mayo de 1969, el pueblo cordobés tomó las calles para expresar su rechazo al gobierno de facto, marcando el comienzo del fin del onganiato y dando paso a una etapa de creciente conflictividad social y política.
A más de medio siglo de aquel suceso, el Cordobazo sigue siendo un símbolo de la resistencia popular y una lección sobre las consecuencias de los gobiernos que se alejan del pueblo. Como concluye Meglioli: “Fue la primera gran grieta que abrió el camino para el regreso de la democracia en la Argentina”.