Las autoridades sanitarias argentinas emitieron una alerta oficial ante el aumento de casos de sarampión en distintas zonas del país. Hasta el momento, se confirmaron 32 contagios distribuidos en cuatro brotes activos localizados en la Ciudad de Buenos Aires, la provincia de Buenos Aires y San Luis. Sin embargo, el Ministerio de Salud de la Nación advirtió que la cifra real podría ser considerablemente mayor.

Durante 2025, el sistema de vigilancia epidemiológica recibió 2.038 notificaciones de posibles casos. De ese total, 500 permanecían bajo una investigación especial debido a su complejidad, lo que impedía su clasificación inmediata como positivos o descartados.

Ante este escenario, el Ministerio de Salud tomó dos medidas urgentes. Por un lado, activó una comisión especial que se reunirá con frecuencia para analizar los casos notificados y determinar cuáles pueden ser confirmados. Esos casos se incluirán de forma semanal en el Boletín Epidemiológico Nacional.

Por otro lado, el ministro de Salud, Mario Lugones, lanzó un fuerte llamado a la población a través de la red social X. “¡Vacuná a tu hijo contra el sarampión, ya!”, publicó el funcionario, apelando a la responsabilidad de las familias frente a una enfermedad prevenible.

El propio ministro reveló un dato alarmante: solo el 20,4 % de los más de 620.000 niños de entre 6 meses y 4 años y 11 meses que viven en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) había sido vacunado. Además, señaló que los índices de inmunización infantil registraron un descenso progresivo en los últimos años.

“La vacuna se usa hace 60 años y reduce en un 95 % las probabilidades de contraer sarampión”, sostuvo Lugones, quien pidió “terminar con esta tendencia” de caída en la cobertura.

El sarampión es una enfermedad viral extremadamente contagiosa: una sola persona infectada puede transmitirla a otras 18 en promedio. Afecta principalmente a niños menores de 5 años y puede derivar en complicaciones respiratorias graves o afectar el sistema nervioso central, incluso muchos años después del episodio agudo, con posibles consecuencias fatales.