La muerte de Emanuel Garay (18) puso en evidencia las brutales prácticas que se realizaban en el examen físico para ingresar a la Escuela de Policía de La Rioja. En las últimas horas, algunos de los jóvenes que participaron de esas pruebas se animaron a romper el silencio para denunciar cuáles fueron algunas de las torturas que sufrieron. "No nos dejaban tomar agua. Y si querías tomar, te daban de baja", recordó una de las chicas que participó del denominado "bautismo" para ingresar a la fuerza de seguridad. Según sus relatos, los ejercicios se iniciaban a primera hora del día, entre las cinco y las seis, y se extendían hasta pasado el mediodía, cuando la temperatura rondaba los 40 grados.

"Nos tiraron al suelo, nos hicieron trotar y no nos dieron agua, lo primordial para el cuerpo humano. Empezábamos a las 7.30 de la mañana y seguíamos hasta la 13. ", recordó Jorge, uno de los cinco aspirantes que continúan internados tras aquel episodio, que se produjo el lunes 5 de febrero. Muchos de los cadetes recurrieron a lo impensado para sobrevivir: tomaron agua de una pileta abandonada y hasta de los inodoros de los baños. "Había una pileta con agua podrida y sapos. Cuando trotábamos pasábamos por ahí. Y nosotros tuvimos que tomar agua de ahí para sobrevivir", agregó Jorge. Una de las mujeres agregó que fue a escondidas y tomó "agua del baño por la desesperación" y detalló: "De la canilla no, era del inodoro".

Hernán Maya es otro de los jóvenes que participó de la brutal prueba. En declaraciones a TN reconoció que bebió de la pileta abandonada que, indicó, tenía "el fondo verde" por el estado de descomposición. "Nos negaron el agua. Era todo para comernos psicológicamente", denunció. Según reconstruyeron, los instructores los hacían correr con 40 grados de calor y realizar ejercicios sobre una cancha de básquet conocida como "La Sartén", donde muchos sufrieron quemaduras. "El piso estaba tan caliente que no se aguantaba, te quemabas entera. Yo me quemé los pechos y la cara", reveló una joven aspirante. La joven agregó que fue en ese lugar donde vio que Garay se descompensó y cayó al piso.