El año pasado, seis chicos de entre todos los pacientes que a diario recibieron atención en el Hospital Garrahan fueron extranjeros sin residencia en el país. Son 2300 chicos que accedieron a un diagnóstico o un tratamiento complejo sin costo para sus familias ni el país de origen, donde continuaron su recuperación.

Cardiopatías congénitas, trasplante hepático y estudios diagnósticos complejos fueron los principales motivos de consulta, según pudo conocer LA NACION. En el hospital pediátrico nacional se atienden cada año más de 600.000 consultas, se hacen unas 10.000 cirugías y reciben el alta de una internación más de 26.000 chicos.

"En el número total de atención, 2300 pacientes no parece una cifra muy grande, pero son seis pacientes por día que no consultan por problemas comunes, como puede ser un resfrío. Son chicos con patologías complejas que pueden requerir hasta un trasplante, o que llegan con enfermedades preexistentes muy graves", explicó Carlos Kambourian, que preside el Consejo de Administración del Garrahan.

La mayoría de esos pacientes llegaron al país desde Bolivia, Paraguay y Venezuela. En todos los casos, el costo de la atención lo cubrió el estado argentino. En los casos en los que se intentó recuperar el valor de esas prestaciones con los países de origen, no fue posible.

"Tratamos de hacer conexiones con los consultados, pero sólo logramos hacerlo con Paraguay: atendemos a los chicos y los derivamos con indicaciones precisas para que continúen el seguimiento en su país. La buena reciprocidad es, por ahora, sólo en esos términos. Recuperar el costo de esa atención sería importante para el sostén económico del hospital, que es de alta complejidad -dijo Kambourián-. Lo intentamos hacer permanentemente, pero sería positivo contar con un marco legal para hacerlo."

Y agregó: "No van a dejar de llegar pacientes del exterior para atenderse por la calidad de los servicios que brindamos. Y nosotros no podemos dejar de atender a esos chicos cuando lo necesitan".

Sólo la semana pasada, el profesional recibió dos cartas desde Venezuela. Una era de una médica y otra, de una madre. Por los problemas y las limitaciones del sistema sanitario de ese país, ambas pedían si el Garrahan podía atender a dos chicos.

(Fuente: La Nación)