El sacerdote Sergio Romero fue suspendido de sus funciones como párroco y también apartado de su rol en un colegio local, tras la viralización de un video que lo muestra, presuntamente, en un acto sexual con un camionero. El caso desató una fuerte polémica en el norte cordobés, en la localidad de Deán Funes, y ya está siendo investigado por la prelatura bajo el Código de Derecho Canónico.

El material audiovisual, que circuló masivamente por WhatsApp y redes sociales, muestra al sacerdote en lo que sería una situación íntima con un chofer de camión. A raíz de la repercusión, el obispo Enrique Eguía Seguí emitió un comunicado oficial confirmando que se abrió una investigación interna para determinar las medidas que se tomarán.

“Lamentamos esta situación y nos unimos en oración a nuestra madre la Virgen María”, señaló el obispo en el mensaje dirigido a la comunidad, en el que ratificó que se actuará conforme al Derecho Canónico.

Sergio Romero, por su parte, envió un breve mensaje de voz a un grupo de fieles con quienes mantiene contacto, agradeciendo el apoyo recibido: “Hola querida gente. Bueno, después del cimbronazo de esta mañana y el apoyo de todos ustedes que me han estado mandando mensajitos, hablando con el obispo me dijo que iba a publicar ese texto, que lo tenía que hacer como Prelatura. El Código de Derecho Canónico manda eso, así que bueno, sigo fortalecido por las oraciones de ustedes y seguimos para adelante. Que Dios los bendiga mucho, gracias por sus oraciones”, expresó, sin hacer alusión directa al contenido del video.

Además de ser suspendido como párroco, también fue apartado temporalmente del colegio donde ejercía funciones.

El resultado de la investigación eclesiástica será clave para definir el futuro del sacerdote, que hasta ahora no ha hecho declaraciones públicas más allá del mensaje privado difundido entre sus allegados.