Un preocupante retroceso en los indicadores sanitarios sacude a Mendoza: la tasa de mortalidad infantil en la provincia aumentó de 5,5 a 7,5 muertes cada 1.000 nacimientos en el último año, según datos oficiales. Esta suba implica un quiebre en la tendencia descendente que se había sostenido desde 2019, cuando la cifra era de 8,1. En términos absolutos, se registraron 139 muertes infantiles en 2024, frente a las 111 del año anterior.

El informe de la Dirección de Maternidad e Infancia detalla que el repunte no solo alcanza a la mortalidad infantil. También la tasa de mortalidad materna se duplicó: pasó de 1,5 a 3 fallecimientos por cada 10.000 nacimientos. Ambos indicadores encendieron las alarmas en las autoridades sanitarias y especialistas, quienes advierten sobre el impacto combinado del deterioro del sistema de salud y el agravamiento de las condiciones socioeconómicas.

Mendoza: creció la mortalidad infantil y materna

El aumento de la pobreza en la provincia, sumado a la inflación y la pérdida de poder adquisitivo, ha golpeado especialmente a los sectores más vulnerables. Una de las consecuencias más visibles ha sido el incremento de nacimientos de bebés con bajo peso, un factor de riesgo clave para la salud neonatal. Esta situación, afirman expertos, refleja la urgencia de reforzar las políticas de salud pública con un enfoque integral que contemple tanto la asistencia médica como la protección social.

Un dato que llamó la atención fue el fuerte aumento de muertes infantiles en el sector privado, donde se registró una suba del 70%. Según fuentes del ámbito sanitario, esta alza está relacionada con el encarecimiento de las prepagas, la implementación del coseguro y la consecuente reducción en los controles prenatales. En muchos casos, la falta de seguimiento adecuado durante el embarazo impactó directamente en la calidad del parto y en la salud de los recién nacidos.

Mendoza: creció la mortalidad infantil y materna

A nivel nacional, se anticipa que los datos sigan una tendencia similar, lo que posiciona el fenómeno como un reflejo de la crisis estructural del sistema de salud argentino. Ante este panorama, especialistas insisten en la necesidad de garantizar el acceso universal y equitativo a los servicios sanitarios, especialmente en un contexto donde los indicadores de pobreza y exclusión no dejan de crecer.

Fuente: Diario Mendoza