Mendoza: La campaña 2025 y la era de la inteligencia artificial
Candidatos on demand, deepfakes y legislación a contrarreloj en la vecina provincia.
Si en 2009 Facebook fue la vedette de las campañas electorales, y en 2011 Twitter (hoy X) capturó el centro de la escena, en 2025 la protagonista indiscutida es la inteligencia artificial (IA). Pero su debut no ha estado exento de controversia: se estrenó con uno de los peores usos posibles, el deepfake.
El peronismo mendocino ya había comprendido, hace más de una década, que parte de la batalla por el sentido común se juega en las redes. Por eso, formaron militantes digitales para Twitter. Hoy, sin embargo, el escenario ha cambiado radicalmente: ya no alcanza con formar usuarios, ahora habría que entrenar prompts.
La Inteligencia Artificial (IA) está impregnando todos los rincones de la campaña electoral. Lo demuestra el reciente escándalo del video falso de Mauricio Macri, manipulado con IA para hacerle decir lo que nunca dijo. El fenómeno no es nuevo, pero ha alcanzado una sofisticación técnica preocupante. Desde herramientas accesibles hasta sistemas avanzados como Veo 3 de Google, la pregunta que se impone es: ¿cómo saber si algo es real?.
La IA no solo afecta a los candidatos, también redefine el rol de los votantes. Cada interacción en redes -likes, comentarios, compartidos- genera una huella que alimenta a los sistemas automatizados. Como en la metáfora del iceberg, lo más peligroso es lo que no se ve: algoritmos que procesan datos en tiempo real para segmentar audiencias y producir mensajes hiperpersonalizados.
En la práctica, esto implica una campaña mucho más reducida en términos humanos: si antes se necesitaban siete personas, ahora dos pueden manejar múltiples cuentas y producir mensajes para públicos diversos. En distritos como Guaymallén, por ejemplo, la IA ya puede identificar 21 audiencias distintas según variables urbanas, rurales o mixtas. Se va a poder decir lo mismo de diferentes maneras de acuerdos a los variados públicos. En este nuevo ecosistema, los shorts (videos breves y efectivos, “tribuneros”) se han convertido en el formato estrella.
Pero este mismo entorno digital potencia las fake news, situación en donde el elector deberá estar más entrenado para identificar lo que es real o no.
Legislación en alerta
Mientras tanto, la política y la justicia intentan no quedar rezagadas. En Mendoza, la diputada del PRO Laura Balsells-Miró presentó un proyecto para sancionar la manipulación del electorado mediante IA. A nivel nacional, Julio Cobos impulsa una iniciativa similar.
Sin embargo, desde la Justicia Federal reconocen que la legislación aún “está en pañales”. Si bien se han tomado algunas medidas -como la acordada extraordinaria 66/2018 de la Cámara Nacional Electoral, que exige el registro de redes oficiales de candidatos y partidos-, lo cierto es que las herramientas actuales parecen insuficientes para contener el avance vertiginoso de la tecnología.
También se han realizado auditorías sobre el uso de bots, cuentas automatizadas que alimentan la campaña sucia en redes. Pero lo que se oculta detrás del telón digital, lo que no se registra oficialmente, es lo más difícil de controlar.
En Mendoza, los partidos deben rendir cuentas sobre sus gastos en publicidad. Pero nadie rinde cuentas sobre lo que está fuera del sistema. En un escenario donde los trolls y los contenidos fabricados están al orden del día, la pregunta que queda flotando es inquietante: ¿qué campaña estamos viendo realmente? ¿Y quién la está escribiendo?.
Fuente: Diario El Sol de Mendoza.