Después de 83 días de internación y un complejo proceso médico, el fotoperiodista Pablo Grillo, de 35 años, fue dado de alta del Hospital Ramos Mejía y trasladado al Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, donde continuará su recuperación. Grillo resultó gravemente herido el pasado 12 de marzo durante una manifestación de jubilados frente al Congreso Nacional, al recibir el impacto directo de una cápsula de gas lacrimógeno en la cabeza, disparada por efectivos de Gendarmería.

El proyectil le provocó múltiples fracturas craneales, pérdida de masa encefálica y posteriormente una hidrocefalia que requerirá una segunda cirugía en un plazo estimado de dos meses. “Fueron días muy duros, pero Pablo es un luchador”, expresó su padre, Fabián Grillo, al acompañar a su hijo en el traslado. “Agradecemos profundamente el apoyo de la gente, los mensajes de aliento y, sobre todo, la dedicación del equipo médico del Ramos Mejía, que le salvó la vida”, agregó con emoción.

Durante su internación, la salud de Grillo atravesó momentos críticos, pero su evolución permitió que hoy comience una nueva etapa: la rehabilitación intensiva. Estará internado de lunes a viernes en el Hospital Rocca y podrá salir durante los fines de semana, siempre bajo supervisión médica.

Las imágenes del fotógrafo herido, registradas minutos después del impacto, recorrieron los medios y las redes sociales, generando una ola de indignación pública y reabriendo el debate sobre el accionar de las fuerzas de seguridad en contextos de protesta.

La agresión que sufrió Pablo Grillo es investigada por el Juzgado Federal N°1, a cargo de la jueza María Servini. El fiscal Eduardo Taiano solicitó al Ministerio de Seguridad toda la documentación del operativo del 12 de marzo, incluyendo los protocolos utilizados y el detalle del armamento no letal desplegado. La principal línea de investigación apunta a determinar si el disparo de la cápsula de gas cumplió con los procedimientos obligatorios, que establecen una trayectoria parabólica para evitar impactos directos sobre las personas.

Además de la denuncia presentada por la familia de Grillo, la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin) impulsa la causa judicial y trabaja en conjunto con otras víctimas del operativo, entre ellas Beatriz Blanco, una jubilada que también resultó herida durante la misma jornada.