Una escena de desamparo y violencia se vivió en escuela Amadeo Jacques, en la localidad santiagueña de La Banda. Una niña de apenas nueve años fue dejada por su padre en la puerta del establecimiento, vestida únicamente con una remera y un short, descalza, y con visibles heridas en el cuerpo.

La directora del establecimiento fue testigo del momento en que el hombre bajó a la menor del vehículo y se marchó rápidamente sin siquiera asegurarse de que ingresara al edificio. Al acercarse a la niña, la docente notó que algo no estaba bien. Fue entonces cuando la pequeña, con la franqueza y el dolor propios de la infancia rota, confesó: “Mi papá me pegó”.

Inmediatamente se dio aviso a la Comisaría Nº 2 de la Mujer y la Familia, que intervino en el caso y puso en marcha una investigación. Un equipo médico forense confirmó luego que la niña tenía lesiones compatibles con agresiones físicas. Ante estas pruebas, la fiscal de la Unidad de Violencia de Género e Intrafamiliar, María del Pilar Gallo, ordenó la aprehensión del padre.

Durante la indagatoria, el hombre intentó justificar su accionar. Aseguró que su hija es “violenta y caprichosa”, que “no quiere ir a la escuela” y que recibe asistencia psicológica. “Tuvo una infancia difícil”, declaró ante la fiscal, e indicó que la menor había sido víctima de violencia por parte de su madre, en el pasado.

Según fuentes judiciales citadas por el diario local El Liberal, el acusado también deslindó responsabilidad sobre las heridas físicas, al afirmar que se habrían producido durante una pelea entre la niña y su hermana.

Lejos de aplacar el impacto del caso, sus dichos sumaron nuevas capas de preocupación sobre la situación familiar de la víctima. La fiscal Gallo ya solicitó la intervención de la Subsecretaría de Niñez, Adolescencia y Familia (Subnaf), que llevará a cabo entrevistas con personas del entorno cercano de la menor. Además, en las próximas horas se espera que se formalice el pedido de detención del acusado y se le practiquen pericias psicológicas.