Grave denuncia

El ex guitarrista de la Bersuit fue acusado por su hija de abuso sexual

La joven uso sus redes sociales para relatar la traumática experiencia
sábado, 4 de julio de 2020 · 09:25

Este viernes se conoció el terrible relato de Lucila Righi, hija del ex guitarrista de la Bersuit Oscar Righi, en donde la joven denunció al músico de haber abusado "sexual y psicológicamente" de ella y de otras mujeres.

El ex de Romina Gaetani, con quien actualmente tiene la banda de música llamada La Rayada, fue expuesto por la Lucila en las redes sociales desde su cuenta que figura con el nombre de Ume Bôshi.

Mi papá Oscar Righi, ex guitarrista de Bersuit, abusó sexualmente y psicológicamente de mí y de otras mujeres y personas desde que tengo memoria hasta hace una semana. Desde que tengo memoria le temo a la oscuridad. Decía que un hombre de sombras venía a tocarme y hablarme a la noche (…) Papá... sí, el mismo que me obligaba a dormir con él, a sentarme sobre sus miembros, y que me hablaba en calzones con erecciones cuando salía de bañarse. ¿Papi... papá? el mismo que me gritaba hasta sentir que era un pedacito de ceniza”, comenzó expresando la joven.

Luli tenía un padre famoso y fantástico, que la llevaba a los lugares más caros y le daba sushi. Este papá venía una vez cada tanto, mientras se iba de gira y se fisuraba la plata en prostitutas, hoteles de 5 estrellas, cocaína y alcohol entre más cosas seguramente. Mientras mi mamá y yo estábamos en la vulnerabilidad, en un mundo donde la gente te juzga y no entiende. Este papá apareció cada vez más, las pesadillas y los juegos ‘sádicos’ aumentaron", detalló.

Irónica Lucila dijo: “Osky! Un tipo serio, canchero, una estrella de rock. Osky... el amigo copado, Osky bondadoso, el que comparte cuando tiene. Me alejó de toda mi familia y de mi mamá, a cambio de tranquilidad económica, colegios caros, vacaciones, instrumentos musicales, estudios, Luna Parks, River y camarines... de lo que mi mamá carecía, ella solo tenía el amor, ¿es poco? Pero mamá me descuida dice papá, dice papá que con mamá nunca voy a poder ser alguien, dice que mamá solo me quiere por plata, que ella no me ama”.

Cada vez que buscaba su aprobación, me rechazaba, después me abusaba, después me hacía sentir única, y después me generaba odio hacia el resto. Abrazaba a mis hermanas, y les decía ‘ella, la más linda, a la que más quiero’ y reía, mientras me miraba que yo lloraba. Me veía llorando y se reía, eso muchos días y en muchas situaciones. Disfrutaba de mi angustia, y se excitaba con eso, reveló Lucila.

Sobre los coletazos de la terrible vida que pasaba Lucila detalló: Me enfermé, mi garganta explotaba de placas, mi vagina de hongos, mis pies de más hongos, mi cerebro de miedo y tristeza (…) Ahí estaba mi guitarra y mi voz salvándome la vida, siempre. En soledad, todos los días, cantaba al cielo y preguntaba, y pedía que por favor me ayuden. Luli, la nena linda, ahora era una adolescente alcohólica, y adicta a cualquier cosa que tenga enfrente, llena de vínculos tóxicos, y generando peleas entre muchas personas, y después sintiendo toda la culpa junta”.

Luego de varios años de terapia Lucila finalmente pudo sentirse mejor: Volví a lo de mi mamá, y esta vez entendí. Me acordé, y empecé a entender, no sé cómo fue, pero se iluminó todo. Pude ver a mi mamá, pude ver que todo este tiempo no pude verla, ni alimentarme de nada, ni nadie. Y yo casi muero. Sin decirlo, sin dejar que nadie me ayude. Pude abrazar a mi familia, y volver a sentir amor, volver a comer, a cantar a bailar, y a sentir que confío”.

Acá estoy Oscar, esta es la última poesía que te dedico, disfrutala, pero esto no termina acá. Estoy prendida fuego, ya no soy víctima, y que nadie me tenga pena. No tengo más miedo. Esta es mi historia. Espero que todas las mujeres y personas abusadas por Oscar Righi puedan decirlo, conozco a muchas que lo saben, y que fueron víctimas de él con las que ya me comuniqué”, explicó empodera y dispuesta a buscar más denuncias contra su progenitor.

Y aclaró: No voy a exponer la vida de OSCAR ya que no es mi historia y no siento el derecho de apropiarme de su privacidad, ya que yo no soy como él. Ni me interesa llenarme de odio, ni fomentarlo. Sí aclarar que todos llegamos a donde llegamos por algo, y de la misma forma en que yo me transformaba de a poco en muerte, entiendo que él no haya podido con sus fantasmas, sus abusos y su vida. Yo no justifico a mi padre, no le tengo pena". 

"La intención del post no es arruinarle la vida, sino me envenenaría a mí misma, y no quiero sentir más odio, yo no soy nadie para arruinarle la vida a nadie, ni tengo deseos de hacerlo. Solo ser justa, y clara, para cuidar al entorno. Hay montones de voces que no se escuchan, no se enfoquen en mí, yo estoy contenida, y les agradezco, ahora que sabemos esto y lo hablamos, miren a su alrededor y dentro de ustedes. Capaz pueden salvar a alguien que haya estado como yo, concluyó Lucila Righi.

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