SAN JUAN

Dos femicidas sanjuaninos, a un paso del juicio y de la perpetua

Se trata de los homicidas de Leila Rodríguez y Yamila Pérez, que ocurrieron en junio de 2018, con días de diferencia. La investigación ya está cerrada.
martes, 21 de mayo de 2019 · 18:56

El femicida de Leila Rodríguez y el femicida de Yamila Pérez están a un paso del juicio oral y público. Así lo aseguró a Canal 13, el fiscal Carlos Rodríguez, del Tercer Juzgado de Instrucción. Se trata de dos homicidios que conmocionaron a la provincia en junio de 2018 y que ocurrieron con diez días de diferencia uno del otro. Ambas investigaciones ya fueron clausuradas y ahora sólo resta que la Cámara Penal en turno ponga la fecha para sentar a los acusados en el banquillo. Los dos, si bien son investigaciones distintas, están acusados del mismo delito: homicidio agravado por el vínculo y por violencia de género. De ser encontrados culpables podrían recibir la pena de prisión perpetua. 

EL FEMICIDIO DE YAMILA PÉREZ

Yamila Pérez tenía 27 años y era trabajadora sexual. Evaristo Molina, de 69 años, el femicida, era uno de sus clientes más habituales. El 17 de junio de 2018, el cuerpo de Yamila apareció tirado en un descampado del El Mogote, Chimbas. Yamila tenía 8 puñaladas en el tórax y además había sido descuartizada. El homicida le cortó ambos brazos y la desolló. La noche anterior Yamila y Molina se habían visto, una vez más. Según la investigación judicial, la joven había amenazado a Molina con contarle todo a su esposa y el sujeto explotó, la apuñaló y luego desmembró para dificultar su identificación. La sangre en la ropa de Molina y una receta médica que se le cayó cerca de la escena del crimen terminaron de hundirlo. La joven era mamá de tres niños. 

 

EL FEMICIDIO DE LEILA RODRÍGUEZ 

Leila tenía 24 años y era mamá de una nena de 2 años. Su cuerpo apareció tirado en un descampado en Ullum y de inmediato todas las sospechas recayeron sobre su ex pareja, Esteban Pacheco, de 25 años, quien además es papá de la niña que quedó huérfana tras el crimen. Leila también fue asesinada a puñaladas y la tiraron en un descampado, donde la taparon con ramas y una frazada vieja. Los mensajes de texto entre ella y Pacheco probaron que habían pactado un encuentro. Además su cuerpo habló y en las uñas todavía quedaban rastros de ADN del femicida porque Leila intentó defenderse. 

 

 

 

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