HISTORIAS

El desesperado pedido de una madre por la tenencia de sus hijos

Gisela es mamá de 7 hijos, de los cuales solo puede ver a dos. "Ellas escaparon del calvario que viven con su padre, al resto los convence para que estén lejos de mí", asegura entre lágrimas.
martes, 30 de julio de 2019 · 14:11

Angustia, impotencia y frustración. Eso es lo que siente Gisela, mamá de 7 hijos, de los cuales hoy solo puede ver a dos. No es la distancia, tampoco elección. "Hace un año y medio que no los veo, ellos no se acercan a mí porque su padre los manipula en mi contra, los amenaza. Después ellos dicen que yo no soy su madre, los llamo y no me escuchan, porque siempre hay alguien ahí, él está adentro y no los deja salir", dice con la voz quebrada, al tiempo que le habla al micrófono de Canal 13.

Ella y Javier convivieron durante 17 años, allí tuvieron 7 hijos. "En estos 17 años, la mayoría del tiempo, él se la pasó en el Penal y yo criando a mis hijos. Pero cuando él salió comenzó a hacer todo a mis espaldas, a convencerlos", señala. "Fue allí cuando yo cometí un error, golpeé a mi hijo y lo dejé marcado, algo de lo que me arrepiento muchísimo (dice entre lágrimas). Él empezó a hacer la denuncia en el 2017 y en marzo del 2018 me llega una orden del juez donde dice que yo tengo que entregar a los chicos", asevera Gisela.

Si bien el hecho la tomó por sorpresa, Gisela destaca que el conflicto con Javier era algo que se veía venir. "Él siempre me amenazaba, que me iba a dejar en la calle o que me iba a abrir, que me iba a hacer algo pero no me pegaba porque sabía que yo lo iba a denunciar", remarcó mientras recuerda que en esa época asistía a las charlas de violencia contra la mujer.

"Hoy, me impide hablar con los chicos, se ausenta todo el fin de semana, se pone a tomar con los amigos, estuvo de nuevo en el Penal y ahí su hermano quiso abusar de mi hija, y ni él ni su familia le creen, no les importan", asegura.

En esta historia, cada visita tiene cada vez menos tacto, menos cariño y un mar de dudas de lo que pueda suceder cuando ella cruce nuevamente la puerta. "Él no trabaja, vive de la asignación de los chicos, cualquier cosa que le digo sobre ellos inmediatamente presenta escritos como que yo lo insulto. Yo solo estoy pidiendo que escuchen a los chicos, que me escuchen a mí", concluye quebrando en lágrimas, porque después de todo es solo una mamá...

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