Crimen de "El Yankee"

Procesaron a los acusados de masacrar a un estadounidense en Sarmiento

“El Tucumano” Nievas y Brisa Beatriz Balmaceda Pasten, seguirán presos hasta el juicio por el crimen de Jesse Jay Cieslicki, el pasado 26 de marzo.
viernes, 6 de septiembre de 2019 · 16:58

“El Tucumano” Nievas y su amiga de 18 años fueron procesados, y continuarán detenidos, por el brutal crimen del yanqui Jesse Jay Cieslicki en una finca de Sarmiento, en marzo último. Para el juez Alberto Benito Ortiz, quedó probado que, el muchacho junto a la chica y una adolescente, que se encuentra a disposición del Justicia de Menores, atacaron al extranjero a golpes de puño y con la pata de una mesa que tenía clavos hasta matarlo, todo para robarle algunas pertenencias de su casa.

El juez del Primer Juzgado de Instrucción dictó el auto de procesamiento contra Ceferino Alejandro “El Tucumano” Nievas (28) y Brisa Beatriz Balmaceda Pasten (18) por el delito de homicidio agravado por el concurso premeditado de dos o más personas; criminis causae y la participación de una menor de edad, revelaron fuentes judiciales. También decretó la prisión preventiva para ambos, por lo que, de quedar firme el fallo, permanecerán presos hasta que llegue el juicio. La otra involucrada es una chica de 15 años que, como es inimputable, fue puesta a disposición de un Juzgado de Menores. Según la causa judicial, esta adolescente estuvo internada en un hogar del Estado hasta abril pasado y actualmente se encuentra con su familia.

De acuerdo a la investigación, la pareja conocía de antes a Jesse Jay Cieslicki (37) que tenía su finca en el kilómetro 3.398 de la ruta nacional 40 en la localidad de San Carlos, Sarmiento. Al menos con Nievas compartían el vicio de la droga y el alcohol, aunque tiempo atrás se distanciaron a raíz de que el norteamericano acusaba al joven de haberle robado un celular. Eso no quitó que la noche del 25 de marzo pasado ambos se encontraran por causalidad en otro lugar de Sarmiento. En principio discutieron y casi se van a las manos, pero después se calmaron y partieron juntos en la camioneta Ford de Cieslicki.

Esa noche, Cieslicki y “El Tucumano” Nievas fueron a comprar alcohol y pasaron a buscar a la adolescente de 15 años y después a Brisa Beatriz Balmaceda Pasten.  En los primeros minutos del 26 de marzo arribaron a la finca del yanqui, donde hicieron una suerte de fiesta con el peligroso cóctel de alcohol y drogas. Un empleado de Jesse vio a los cuatro juntos en la vivienda.

Los investigadores llegaron a la conclusión que ahí se emborracharon y promediando las 5 de la mañana, la pareja y la adolescente emprendieron con furia contra el norteamericano. Supuestamente le dieron golpes de puño, pero principalmente le pegaron con la pata de una mesa –que rompieron- que tenía los clavos a la vista. Prácticamente lo masacraron: la autopsia reveló que le destrozaron el rostro y presentaba fracturas en distintas partes de la cabeza.

Tras el crimen, la pareja y la jovencita, se fugaron con una mochila y una maleta con algunos objetos de la casa de la víctima, además de un decodificador y un televisor.

A las 7.30 de la mañana hallaron el cadáver de Jesse Jay Cieslicki cerca de la entrada de su casa. Adentro encontraron dormida a la adolescente, quien todavía estaba bajo los efectos del alcohol o la droga. Al parecer, en su inconciencia volvió a la vivienda y se acostó a dormir.

Esa chica fue la que contó a los policías quiénes habían estado esa noche con el yanqui. A partir de ese relato, detuvieron, horas más tarde, a Alejandro “El Tucumano” Nievas y a Brisa Balmaceda Pastén. La investigación del juez Alberto Benito Ortiz y los policías de Homicidios reunieron pruebas comprometedoras contra ellos.

En la causa, figuran testimonios de personas que los vieron juntos en la noche previa al asesinato. También existen grabaciones de cámaras de seguridad, de esa noche, en las que se observa al norteamericano en su camioneta y en compañía de Nievas, Balmaceda Pasten y la adolescente. Además, a “El Tucumano” le secuestraron efectos que faltaban de la vivienda de Jesse.

Fuente: Tiempo de San Juan

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