Este martes

Condenaron al vecino de una familia panadera por abusar de un niño

Los padres del menor de edad se dieron cuenta de lo ocurrido por una particular frase expresada por el joven abusado. "Yo a la casa de ese viejo cochino no voy", exclamó.
martes, 23 de noviembre de 2021 · 15:10

Una situación escalofriante es la que atravesó un pequeño sanjuanino, menor de edad, con su vecino. Sus padres tienen un negocio que se dedica a la comercialización de pan. Un vecino, identificado como Raúl Pérez, era cliente del emprendimiento, aunque tenía una manía que lo llevó a que este martes fuera condenado a tres años de prisión en suspenso.

El hombre pedía que el niño de la familia le llevara el pan hasta su casa. Sin embargo, aprovechó en tres oportunidades distintas para manosearle sus partes íntimas. La víctima contó que la primera vez le tocó el pene. Lo hizo por encima de la ropa y esto generó que el pequeño escapara por temor a que avanzara más.

En otra oportunidad que fue hasta la casa del hombre, porque allí vive su amiga de 15 años, el atacante sexual le hizo lo mismo. Esta vez, haciéndose el “amigo” del joven le dijo “¿Cómo anda eso?”. En esta ocasión el damnificado se escondió en la pieza de la niña porque tenía miedo que el hombre lo encontrara, pero así y todo lo asechó sin descaro.

La última fue la más traumática, de acuerdo a lo que relataron fuentes policiales. Fue en el mes de mayo cuando la amiga del damnificado lo invitó a comer un asado. Cuando los comensales se fueron, el pequeño iba atrás de la fila. Ahí fue tomado por el hombre que directamente le bajó los pantalones hasta dejarlo desnudo. En esa ocasión además de manosearle el pene y los testículos, el abusador lo arrinconó y le dio besos en la boca, según detallaron en la denuncia.

Todo salió a luz en el mes de junio cuando el hombre fue a comprar pan y le pidió a la madre de la víctima que fuera su hijo quien le llevara el pedido hasta su casa. Sin embargo, el niño alzó la voz y dijo: “Yo a la casa de ese viejo cochino no voy”.

Esto llamó la atención de los padres que lo interrogaron, aunque no les precisó lo que había pasado. Dos días después Pérez volvió a la panadería y pidió exactamente lo mismo. Aunque esta vez el joven aseveró: “A esa casa no vuelvo nunca más”. Preocupados, los padres hablaron con el chico que esta vez decidió contar todo en medio de un llanto desconsolador.

La pareja se dirigió hasta el Centro Anivi donde radicó la denuncia. Este martes se desarrolló la audiencia en Tribunales. El juez Alberto Caballero homologó el acuerdo de juicio abreviado. El hombre fue condenado a tres años de prisión en suspenso, más las reglas de conducta que deberá cumplir. Una de ellas es la prohibición de acercarse a la víctima.