Este miércoles, el fiscal Nicolás Schiattino brindó detalles sobre el avance judicial en el caso del violento ataque a balazos ocurrido a principios de este año en el barrio Centenario, en San Juan. El hecho tuvo como protagonistas a dos concuñados, quienes discutieron fuertemente hasta que uno de ellos, Ismael Carrizo, le disparó en cinco ocasiones a Sergio Leiza, hiriéndolo gravemente. Carrizo, quien permanecía prófugo, se entregó voluntariamente en sede judicial, acompañado por su abogado.

El ataque fue feroz: cinco disparos, de los cuales dos impactaron directamente en Leiza, uno en el umbilical y otro en el antebrazo. La víctima declaró que el agresor le apuntó a la cabeza, pero logró desviar el ataque. Por la gravedad de las heridas, Leiza tuvo una infección, fue sometido a drenaje y aún tiene una vena alojada en su espalda.

Este miércoles se iba a celebrar una audiencia de juicio abreviado, en la que Carrizo debía aceptar una condena de 7 años de prisión efectiva por tentativa de homicidio agravado por el uso de arma de fuego. Sin embargo, a último momento, el imputado rompió en llanto, manifestó su rechazo al acuerdo y exigió una pena mucho menor: 3 años de prisión y recuperar su libertad. “Es mucho, señor juez”, gritó entre lágrimas y visiblemente alterado.

Ante esta negativa, la audiencia quedó suspendida. El fiscal explicó que Carrizo no estaba de acuerdo con la condena mínima estipulada por ley para este tipo de delitos, y que los próximos pasos serán nuevas pericias, un control de acusación, y la preparación para un juicio oral y público.

No aceptó una pena de 7 años: "no existe condena que lo deje en libertad"