Continuarán presos los imputados que secuestraron y golpearon a “El Cara Sucia”
El juez de Impugnación decidió que Maximiliano Heredia y Víctor Hugo Firmapaz sigan cumpliendo con la prisión preventiva entre rejas.
El juez de Impugnación Benedicto Correa decidió este viernes que Maximiliano Heredia de 31 años y Víctor Hugo Firmapaz de 45 continúen presos. Se trata de los dos imputados por secuestrar y golpear salvajemente a Sebastián Carbajal, conocido como “El Cara Sucia”, en un hecho ocurrido en un descampado del Villicum, Chimbas.
En una audiencia celebrada este viernes, el pedido de la defensa, a cargo de Gustavo Sánchez, fue que se cambie la carátula de tentativa de homicidio agravado por el concurso premeditado de dos o más personas y privación ilegítima de la libertad agravado por la violencia a delito de lesiones leves.
De esta manera, Sánchez solicitó la liberación de ambos. El argumento expuesto por el abogado de los imputados se centra en que no existe peligro de fuga, ya que no tienen antecedentes penales, poseen domicilio estable y trabajo y que, por lo tanto, no tienen posibilidad de entorpecer la investigación.
Además, la defensa ofreció una caución o fianza, por parte de Heredia y Firmapaz en modo de garantía, por medio de un inmueble.
Correa no dio lugar a estas solicitudes y ratificó la decisión del juez de Garantías Roberto Montilla, que en la audiencia celebrada el 11 de abril, imputó a estos hombres y les dictó la medida cautelar por el plazo de 8 meses. Por tanto, Firmapaz y Heredia continuarán presos en el Servicio Penitenciario Provincial.
Fiscalía sostiene que los imputados actuaron en venganza contra Carbajal y que lo acusaron sin pruebas de haber ingresado en la madrugada del martes 58 de abril a la casa de Heredia y haber robado herramientas valuadas en casi $1.000.000.
Fuentes policiales habían informado el miércoles 8 de abril, que Heredia y Firmapaz secuestraron y le pegaron salvajemente a Carbajal. Luego lo llevaron en un auto a un descampado de El Villicum y le siguieron pegando, dejándolo abandonado con los brazos atados con alambres, para luego fugarse de escena.