Matías Exequiel Galleguillo está preso desde octubre de 2015, señalado por una testigo clave como uno de los dos sicarios que fueron a buscar a un descampado en San Martín e intentaron matar a sangre fría al obrero minero Claudio Picón, quien sobrevivió a dos balazos perdiendo órganos vitales y conviviendo hoy en día con un plomo en su cuerpo. Este miércoles, el muchacho de 22 años llegó nervioso al inicio del juicio en la Sala Primera de la Cámara Penal.

Fue el único de los cuatro imputados que declaró. Y sorprendió: confesó cómo su padre disparó dos veces, qué hicieron antes y qué hicieron después del intento de homicidio por el que también están siendo juzgados Ana Vanesa Roldán (33), en ese momento novia de la víctima; el amante de ésta, Andrés Tomás Ocampo (36); y Ricardo Ariel Galleguillo (48).

Frente a los jueces Caballero Vidal (h.), Iglesias y Silvia Peña, Matías Galleguillo aseguró que su padre se bajó el auto, que se puso una capucha, que llevaba guantes, que sacó el revólver calibre 32 de entre sus ropas y que disparó dos veces; que luego se subió al auto;que se fueron a su casa y que al llegar dejó el arma arriba de la heladera. Allí todos juntos tomaron una cerveza y él se fue a dormir.