SALIÓ A LA LUZ

El gobierno británico ayudó a vender detector de bombas falso a varios países

El invento, que se llamaba GT-200, se trataba de una caja vacía con una antena, era comprado a 2 libras y vendido por hasta 15.000. El gobierno británico ayudó a vender detector de bombas falso a varios países
lunes, 27 de enero de 2014 · 11:35
(Minutouno.com) El gobierno del Reino Unido ayudó a un empresario a vender un falso detector de bombas que puso en peligro la vida personas en una decena de países, reveló el diario The Guardian.

Gary Bolton, condenado por fraude a 7 años de prisión en agosto del año pasado, pagó a diplomáticos y soldados británicos para que le faciliten contactos y reuniones que le permitan introducir su producto en el extranjero.

El invento, bautizado GT-200, se promocionaba como un detector que podía ajustarse para buscar elementos tan diversos como bombas, drogas, tabaco, dinero y marfil.

Pero en realidad era una caja vacía con una antena que Bolton compraba por menos de 2 libras y después vendía por hasta 15.000, lo que le permitió facturar unos 3 millones al año.

Según The Guardian, Londres aceptó más de 5.000 libras para que ingenieros militares promocionen el falso detector en ferias de Medio Oriente y para que los embajadores británicos en México y Filipinas organicen reuniones con autoridades de esos países.

Esto le permitió a Bolton vender su producto a casi una docena de gobiernos, entre ellos Tailandia, Paquistán, Egipto, India y Arabia Saudita, que lo utilizaron en pasos fronterizos y otras zonas sensibles.

Durante el juicio la fiscalía reveló que el dispositivo también fue usado en Irak durante el 2009 y que por ese motivo no pudieron evitarse varias atentados durante ese año.

El detective Roger Cook, de una unidad especial de la Policía Metropolitana de Londres, consideró que el empresario puso "varias vidas en peligro" pero su "única consideración era la cantidad de dinero que podía hacer".

El parlamentario laborista Thomas Docherty, representante del Comité de Defensa de la Cámara de los Comunes, describió el involucramiento del gobierno como "una vergüenza nacional".

Por su parte, un portavoz del Departamento de Comercio e Inversión británico indicó que no sabían que el dispositivo era un fraude.

Sólo hubo un informe de 2001, realizado por un oficial del Ministerio del Interior que probó el aparato, en el que se indicaba que el equipo no funcionaba, pero no se le dio trascendencia.

Ningún otra autoridad británica o de otro país pusieron a prueba el supuesto detector de explosivos que se estuvo vendiendo durante años y con el que su "inventor" amasó millones.

"Cuando tomamos conocimiento que una empresa actuó de manera fraudulenta se retira el apoyo y se refiere los procedimientos legales ante las autoridades correspondientes", explicó el vocero.


       




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