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Radiografía del horror: ¿qué ocurre en el Nuevo Sanatorio Berazategui de Argentina?

Con 11 denuncias en la Justicia por mala praxis, y más de 50 casos aún por comprobarse, el centro médico para jubilados del país sudamericano quedó en el ojo de la tormenta.
jueves, 29 de agosto de 2019 · 21:16

No es grande. Apenas algunas hileras de sillas, un bebedor de agua, un televisor y dos personas que aguardan a ser atendidas. Es una tarde apacible de viernes en el centro médico Nuevo Sanatorio Berazateguí, de la provincia de Buenos Aires, que solo tiene la amenaza de una película de tiburones que se transmite en la sala de espera. Solo hay dos mujeres que observan en silencio la pantalla. Pero un comentario, un balbuceo al aire, interrumpe la escena: "Yo la conocí a Magdalena ¿te conté?", admite una de ellas. "Pobre mujer", suspira.

El lunes 22 de julio, Magdalena Leguizamón, una jubilada de 67 años, ingresó a este mismo sanatorio para someterse a una cirugía compleja, pero específica: debían amputarle su pierna derecha, tras una diabetes que había consumido gran parte de su extremidad. Al ser afiliada del PAMI (Programa de Atención Médica Integral) ─la obra social y estatal para jubilados y pensionados de Argentina─, la intervención quirúrgica se realizaría en aquel centro médico. Así comenzó el horror. Su hija entró al cuarto luego de la operación y descubrió que a su madre le habían cercenado la pierna incorrecta, por lo que tendrían que operarla nuevamente. De inmediato, acusó a los médicos que participaron del caso y realizó una demanda judicial que llegó a los principales medios del país sudamericano. Semanas más tarde, Leguizamón moriría en otro hospital, sin sus dos piernas.

La mediatización del caso hizo que, poco a poco, se conocieran 11 denuncias y 50 acusaciones por mala praxis a jubilados en este mismo hospital.

Jubilados en peligro

Es 2017: a Ana Abregú, de 62 años, le duele el estómago. La retención de líquidos, además, la empuja constantemente al baño. Su cobertura de PAMI la deriva al sanatorio, en donde un médico le asegura que hay que operarla. "Algo fácil y práctico. Te vamos a sacar algunas piedritas de la vesícula y listo", le explica el especialista. Los ojos de la jubilada se abren de par en par. Le parece extraño que deban abrirla por un simple dolor de vientre.

Madre e hija aguardan a ser atendidas en el Nuevo Sanatorio de Berazategui. 23 de agosto del 2019 

"No iba a contradecir a un médico. Uno puede tener diferencias con cualquier profesional, pero ¿con un médico? Nunca", recuerda hoy Ana, en diálogo con RT. El día de la cirugía volvió a sorprenderse cuando observó que la camilla que la trasladaría al quirófano se desarmaba en el camino. "Esa fue la primera señal. No, en realidad, la segunda. La primera fue que en ese mismo lugar fallecieron mi hermana y mi mamá hace muchos años. Pero no le di importancia", cuenta.

En los días posteriores a la operación, Ana continuaba con sus ganas incontenibles de ir al baño. Su desconcierto la llevó a realizar una segunda consulta, por fuera de la institución. "Te sacaron la vesícula", le dijo una doctora, ante su mirada atónita. "No podía entenderlo. El cirujano me dijo que había salido todo bien, que me habían sacado varias piedritas. Lo que se olvidó de contar es que me sacaron la vesícula entera", ironiza la damnificada. Tras semejante error, se acercó al PAMI de Berazategui y notificó a las autoridades. Al día hoy, no recibió respuesta. "Ya es tarde para realizar una demanda judicial, pero a ese lugar lo tienen que clausurar. Yo creo que tuve suerte, pero no sé qué pasaría con otras personas con problemas de salud más delicados", asevera Ana. Es cierto, tuvo suerte.

En abril, Teresa Angiletta, de 71 años, no tuvo su misma fortuna. Ingresó para ser atendida por una obstrucción en una válvula estomacal, pero el médico que llevó adelante la cirugía le sacó la vesícula por error. Horas más tarde ese día, hizo la operación correcta. La paciente murió un mes después a raíz de los inconvenientes de la segunda intervención.

Ana Abregú, victima de mala praxis. 23 de agosto del 2019. 

Claudia Onzari recuerda que su madre no volvió a ser la misma, luego de su paso por el centro médico. En el 2014, se vio obligada a internarla por primera vez ante complicaciones que afectaban su movilidad y por una recomendación de su médico de cabecera. "Al estar sentadita tanto tiempo, se secaba de vientre. Cuando le ocurría eso, nosotros mismos le hacíamos los enemas, pero aquella vez nos superó. También tenía escaras en los pies", detalla.

La madre de Claudia, llamada Elba Cortinas, de 82 años, quedó alojada en el sanatorio por cuatro días después de varios estudios médicos. Según las autoridades, estaba en mejores condiciones y podía regresar a su hogar. Fue cuando la hija, por primera vez en su vida, desconoció a su mamá. "Sentí que me la habían cambiado. Era otra, no hablaba, no comía, no tomaba el desayuno. Estaba como ida y siempre fue una mujer lúcida", confiesa.

Pero un detalle en particular alarmó a Claudia el día que llevó a su madre a la casa: tenía el pie vendado porque, supuestamente, las enfermeras habían curado las ulceras producidas por la inmovilidad de Elba. Cuando la hija sacó el vendaje, se horrorizó: había gusanos alrededor de sus heridas.

La espeluznante imagen, sumada al deterioro de su salud, llevaron a Claudia a internar por segunda vez a su madre. "Ya era un cadáver. Los médicos me decían que no iba a durar mucho y yo sentí mucha impotencia por volver a ese lugar. Ahí empecé a dame cuenta de algunos detalles: la suciedad en las habitaciones y el maltrato con los abuelos", cuenta.

Claudia Onzari frente al Nuevo Sanatorio Berazategui. 25 de agosto del 2019. 

Durante la segunda estadía, otro hecho atentó contra la salud de la internada. El tubo de oxígeno que la ayudaba a respirar le fue removido para "dárselo a otro paciente". Luego de un reclamo efusivo por parte de sus familiares, el aparato le fue devuelto, aunque la jubilada murió días después a causa de un paro cardiorrespiratorio. Claudia nunca denunció a la Justicia el trato que recibió su madre, dado el trauma psicológico que le provocó la situación.

"Eso es una carnicería, ahí mutilan a la gente. Nunca me voy a olvidar de los rostros de los doctores y las enfermeras que atendieron a mi mamá. Se rieron de nosotros hasta el último día", apunta la hija.

Los casos en la Justicia

Paola Stekloff es la abogada encargada de llevar adelante las denuncias por mala praxis de algunas víctimas y sus familiares. "Las causas presentadas están siendo evaluadas por la Fiscalía de Berazategui. Aguardamos por algunas medidas cautelares que solicitamos, como el secuestro de la historia clínica de la última víctima y que se ordene el análisis del cuerpo de Teresa Angiletta, que fue la primera demanda que presentamos", detalla la abogada en entrevista a este medio.

En cuanto a la respuesta del sanatorio, Stekloff asegura que solo emitieron un comunicado para informar que los médicos involucrados en las operaciones habían renunciado: "Su iniciativa no es muy clara. Por un lado, sostienen que no se está demandando a la institución, sino a sus trabajadores y que los mismos ya no están. Rechazan que exista en su entidad un accionar puntual e ilegítimo que ocasione la muerte de los pacientes". 

Ante la posibilidad de un cierre eventual del centro médico, la especialista jurídica se muestra escéptica: "Atiende un caudal importante de pacientes del PAMI, casi 28.000 usuarios. No creo que la estructura sanitaria de Berazategui soporte una clausura, pero sí que podría estar sujeto a una intervención y a un análisis profundo de su plantilla de doctores", comenta.

Maltratos y violencia médica

Antonella Loto recuerda con cariño las últimas imágenes de su abuela Pascuala Gómez en el 'Nuevo Sanatorio': ella recitando canciones de iglesia; ella sosteniéndole la mano a la hora de dormir; ella a su lado mientras viajan en ambulancia a toda velocidad. Pero también hay escenas que la joven prefiere olvidar y no puede: Pascuala recibiendo el alimento por el conducto sanguíneo en donde debería ir el suero; Pascuala siendo maltratada por las enfermeras; Pascuala trasladada de manera violenta por los camilleros.

Antonella Loto. 25 de agosto del 2019.

"La internamos en el 2018 por un Accidente Cardio Vascular (ACV) y se notaba que había una desatención por parte de todo el personal. Un día mi tía nos cuenta que le habían colocado el conducto del alimento en el de la sangre. Ese día empezó a complicarse su salud", recuerda la nieta de 26 años. Los familiares de la víctima interpusieron una demanda ante la Fiscalía del distrito pero por el momento, afirman, la causa "marcha lenta".

Son las ocho de la noche de un día sábado. Las personas entran y salen del sanatorio sin ninguna prisa. Algunas afirman que, después de los escandalosos hechos, disminuyeron la cantidad de pacientes. Pero, a pesar de todo, aún hay gente que aguarda en la sala de espera y calma la ansiedad con la misma película en la tele.

Fuente: Actualidad RT

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