EN LA INDIA

La secuestraron y logró escapar luego de 9 años en cautiverio

La niña desapareció a sus 7 años y hoy a sus 16 logró reunirse con su madre biológica.
martes, 23 de agosto de 2022 · 17:12

 Pooja Gaud desapareció el 22 de enero de 2013 cuando tenía siete años, es decir hace 9 años. Ella señaló que una pareja la recogió fuera de su escuela en la ciudad de Bombay, y desde allí nunca más su familia supo de ella. Pero el calvario terminó hace unos días cuando ella volvió a reencontrarse con su familia. 

Su madre biológica describió el caso como un escape milagroso. La niña que hoy tiene 16 había sido secuestrada por Harry D’Souza y su esposa, Soni D’Souza, porque la pareja no tenía un hijo propio. El hombre fue arrestado luego de que Pooja declarará todo lo que había pasado en los últimos años. 

El día que desapareció, había ido a la escuela con su hermano mayor, pero tuvieron una pelea y su hermano entró en la escuela y la dejó atrás porque llegaba tarde. Allí, la pareja secuestradora prometió comprarle un helado y se la llevó. Pooja dice que la pareja inicialmente la llevó a Goa y luego a Karnataka, durante los viajes ellos la amenazaban con lastimarla si lloraba o llamaba la atención.

Si bien al principio le permitieron asistir a la escuela por poco tiempo, luego de que la pareja tuvo un hijo propio, la sacaron y todos se mudaron a Bombay. Desde ese momento, según Pooja, el abuso empeoró después de que nació el bebé. La joven señaló “Me golpeaban con un cinturón, me pateaban, me daban puñetazos. Una vez me golpearon con un rodillo tan fuerte que me empezó a sangrar la espalda. También me obligaban a hacer tareas domésticas y a trabajar de 12 a 24 horas fuera de casa”. Pooja aludió a que, siempre la vigilaban y no tenía dinero ni teléfono, por lo que no podía pedir ayuda. 

Pero todo fue hasta que Pooja tomó el móvil de la pareja cuando estaban dormidos y escribió su nombre en YouTube. Allí ella encontró videos y carteles que mencionaban su secuestro y números a los que podía llamar para pedir ayuda. Pero poder irse le tomó siete meses. En los cuales lo habló con la empleada de la vivienda donde Pooja trabajaba como niñera. Esta mujer la ayudó para concretar el encuentro y escape.