El Papa Francisco falleció este lunes 21 de abril a las 7.35 de la mañana en su residencia de la Casa Santa Marta. La noticia fue confirmada por el camarlengo, cardenal Kevin Joseph Farrel, a través de un videomensaje oficial. “Con profundo dolor tengo que anunciar que el Papa Francisco ha muerto. El obispo de Roma ha vuelto a la casa del Padre. Su vida entera estuvo dedicada al servicio del Señor y de su Iglesia, enseñándonos el valor del Evangelio con fidelidad, valentía y amor universal, especialmente hacia los pobres y marginados”, expresó.

El funeral de Jorge Bergoglio será fiel a su estilo austero y pastoral. En 2024, el propio pontífice modificó los protocolos del Vaticano con el objetivo de que las exequias papales representen la imagen de un “pastor y discípulo de Cristo, y no la de un hombre poderoso de este mundo”.

A diferencia de sus antecesores, no habrá velatorio privado con cardenales ni altos cargos eclesiásticos. El cuerpo del Papa será trasladado directamente a la Basílica de San Pedro, donde será expuesto en un ataúd sencillo, de madera con interior de zinc, sin los tradicionales tres féretros (ciprés, plomo y roble). Tampoco habrá catafalco —la plataforma elevada donde reposaban los pontífices— ni báculo papal.

El féretro estará a ras del suelo, abierto al público, permitiendo que todos puedan despedirse de él sin distinciones ni privilegios.

Francisco había adelantado en una entrevista en 2023 que él mismo estrenaría este nuevo protocolo, donde incluso la constatación oficial de su fallecimiento se realizó en la capilla privada y no en la habitación papal, como era costumbre.

En su ataúd, según la tradición, se colocará un pergamino con los hechos más relevantes de su pontificado y las monedas emitidas durante su papado. También se confirmó que no se utilizarán títulos como “Su Santidad”, sino que se referirán a él como “obispo de Roma” o “pastor”.

En vida, Francisco también decidió prescindir del tradicional anillo del pescador de oro: eligió uno de plata dorada, símbolo de su humildad.

Aunque 91 papas han sido enterrados en las criptas de la Basílica de San Pedro, Francisco pidió descansar en otro lugar. Será sepultado en la Basílica de Santa María la Mayor, en Roma, un sitio al que le tenía especial devoción. Allí solía dejar flores cada vez que partía o regresaba de sus viajes apostólicos.

Con esta decisión, el Papa dejó otro gesto cargado de simbolismo: su deseo de que cada pontífice pueda elegir su lugar de descanso eterno, rompiendo otra tradición más del Vaticano.