Cuenta regresiva para el cónclave: ¿Cómo se elige al Papa?
El Colegio Cardenalicio se prepara para entrar en la Capilla Sixtina y elegir al nuevo Sumo Pontífice. ¿Qué cantidad de votos se necesita para que la votación se resuelva?
A casi una semana del funeral de Francisco, la Iglesia católica se prepara para tener un nuevo Papa. Para que esto ocurra, los cardenales aptos para votar entrarán en el cónclave en el que elegirán al sucesor de San Pedro.
El analista político internacional, Fernando Ocampo, pasó por Mira quien Habla y contó los detalles que se deben tener en cuenta en una elección de Papa.
El primer dato a tener en cuenta es que el Cónclave se realiza en la Capilla Sixtina, donde los cardenales aptos para votar se reúnen, sin contacto con nadie, para elegir al sumo pontífice. Los purpurados aptos para votar deben tener menos de 80 años. La cantidad de votaciones por día son 4, 2 en la mañana y 2 en la tarde. Además, los electores tienen reuniones donde discuten que necesita la Iglesia y tienen momentos personales de oración.
En caso de que se alcancen 33 votaciones y no se haya elegido el Papa, para el cual se necesitan superar los dos tercios, el sumo pontífice saldrá de los que hasta allí hayan llegado como los más votados.
Ocampo señaló que, durante su papado, Francisco fue muy inteligente al nombrar cardenales menores de 80 que siguen su línea. "Es muy inteligente eso, ya que se debe entender que tuvimos un Juan Pablo I que duró 33 días, después tuvimos a Juan Pablo II que duró más de 20 años, después tuvimos a un Ratzinger que estuvo su tiempo, que no fue tanto, y después tuvimos más de 10 años a Bergoglio. Tenes que ver cuánto tiempo esta persona que después del 7 de mayo va a ser elegida como sumo pontífice va a estar a cargo de millones de personas", analizó.
Por último, el analista político aseguró que en Argentina no se ha analizado lo suficiente las cartas e encíclicas de Francisco. Una de las que destacó fue Laudato Si, indicando, además, que poco se habla y destaca en estos días, del tema central de esta encíclica: el cuidado del medio ambiente. Es decir, que entre los temas que la prensa internacional está subrayando importantes para este Cónclave, casi no aparece el cuidado de la “Casa Común”.