Dominique Mamberti será la voz del histórico "Habemus Papam" que anunciará al sucesor de Francisco
El cardenal francés fue designado como protodiácono del Vaticano y será el encargado de comunicar al mundo la elección del nuevo pontífice tras la conclusión del cónclave.
El cardenal francés Dominique Mamberti, de 73 años, será el encargado de pronunciar el histórico “¡Habemus Papam!” desde el balcón de la Basílica de San Pedro, una vez que los cardenales concluyan el cónclave que se desarrolla en el Vaticano para elegir al nuevo Papa.
Como protodiácono del Colegio Cardenalicio —el miembro más antiguo dentro de la orden de los diáconos—, Mamberti asumirá un rol clave en este momento simbólico de la Iglesia Católica. Su designación para esta función fue formalizada en julio de 2024 y será él quien anuncie, en latín, el nombre del nuevo Obispo de Roma, sucesor del papa Francisco.
La elección de Mamberti para esta tarea reviste un fuerte peso institucional y espiritual. No solo por el rol que implica, sino también por su cercanía con el pontífice argentino fallecido. Durante los días de duelo, fue él quien presidió la novena y última misa en su homenaje. “Estuve con él el día de Pascua. Vi de cerca su sufrimiento, pero también su coraje y su compromiso inquebrantable con el Pueblo de Dios hasta el final”, declaró en esa ocasión.
Un hombre con vasta trayectoria diplomática
Nacido el 7 de marzo de 1952 en Marrakech, Marruecos, en el seno de una familia francesa, Mamberti fue ordenado sacerdote en 1981 y se incorporó al servicio diplomático de la Santa Sede en 1986. Desde entonces, su carrera lo llevó a desempeñarse en representaciones pontificias en África, América Latina, Medio Oriente y ante Naciones Unidas.
Entre sus destinos más relevantes figuran Argelia, Chile, Líbano y la misión vaticana en Nueva York. En 2002 fue designado nuncio apostólico en Sudán, Eritrea y Somalia. Cuatro años después, Benedicto XVI lo nombró secretario para las Relaciones con los Estados, cargo que ocupó hasta 2015, cuando el papa Francisco lo elevó al rango de cardenal.
Un año antes, en 2014, había sido nombrado prefecto del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica, la máxima instancia judicial del Vaticano, en reemplazo del cardenal Raymond Burke.
De perfil bajo y poco dado a los pronunciamientos públicos, Mamberti ha sido no obstante firme en sus posiciones doctrinales. Defensor del derecho a la vida y de la dignidad humana como pilares de la enseñanza católica, también se expresó en defensa de la objeción de conciencia de empresarios cristianos ante situaciones que contradigan sus convicciones, como en el caso de celebraciones de parejas homosexuales.
En 2013, advirtió sobre el avance del secularismo en las sociedades occidentales, en declaraciones a Radio Vaticano.
Así será la elección del nuevo Papa
El cónclave para elegir al nuevo pontífice comenzó este miércoles 7 de mayo con la participación de 133 cardenales electores menores de 80 años. Todos ellos se alojan en la residencia de Santa Marta, dentro del Vaticano, y votan en la Capilla Sixtina bajo un estricto aislamiento del mundo exterior.
El proceso se desarrolla en secreto absoluto: sin teléfonos, televisión ni diarios, y con un juramento de confidencialidad incluso para el personal de servicio, bajo pena de excomunión. La votación se extiende habitualmente entre dos y cinco días. La primera jornada incluye una única votación y en las siguientes se realizan dos por la mañana y dos por la tarde.
Para que un cardenal sea elegido Papa debe reunir al menos dos tercios de los votos. En caso contrario, las papeletas se queman con productos químicos que generan una “fumata negra”, visible desde la plaza. Cuando finalmente se alcanza la mayoría, se utiliza otra mezcla para generar “fumata blanca”, señal de que hay nuevo pontífice.
Tras aceptar el cargo y elegir su nombre, el nuevo Papa se dirigirá a la Sala de las Lágrimas, donde vestirá la sotana papal y recibirá el homenaje de los cardenales. Solo entonces, Dominique Mamberti se asomará al balcón principal para anunciar con voz firme: “Annuntio vobis gaudium magnum: habemus papam!”
Instantes después, el flamante Papa aparecerá ante la multitud y dará la tradicional bendición Urbi et Orbi.