En un nuevo capítulo de su política exterior económica, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció públicamente la firma de un acuerdo comercial con China, que incluye altos aranceles cruzados y compromisos en sectores estratégicos. El anuncio fue realizado durante un acto en defensa de su proyecto fiscal y presupuestario, evento que también estuvo marcado por recientes tensiones internas dentro de su propio equipo económico.

Firmamos con China ayer. Lo acabamos de firmar”, afirmó Trump, sin brindar demasiados detalles adicionales sobre el contenido del pacto, aunque confirmó que ya está vigente. El acuerdo llega tras dos días de negociaciones celebradas en Londres entre delegaciones comerciales de ambos países y representa una nueva etapa en la ya prolongada disputa comercial entre Washington y Pekín.

El núcleo del acuerdo establece un arancel del 55% por parte de EE. UU. a los productos importados desde China. Según explicó la Casa Blanca, esta cifra surge de la combinación de:

  • Un arancel base del 10% que EE. UU. aplica a casi todos sus socios.
  • Un 20% adicional debido a la "falta de cooperación china" en la lucha contra el tráfico de fentanilo.
  • Un 25% preexistente sobre bienes chinos, heredado de medidas impuestas durante el primer mandato de Trump.

Por su parte, China respondió con un arancel del 10% a bienes estadounidenses, pero también mostró apertura a ciertos gestos de buena voluntad. Entre ellos, el adelanto en la provisión de tierras raras e imanes industriales, insumos clave para tecnologías de defensa, energía y comunicaciones.

El portavoz del Ministerio de Comercio chino, He Yadong, declaró que su país seguirá evaluando las solicitudes de exportación de tierras raras y está dispuesto a mejorar el diálogo en torno a los controles de exportación, siempre en línea con las normativas internacionales.

Intercambios académicos y un nuevo objetivo: India

En un tono más conciliador, Trump también utilizó su red Truth Social para destacar un aspecto positivo del acuerdo: “Permitiremos el acceso de estudiantes chinos a nuestras universidades. Siempre me pareció beneficioso que haya intercambio académico entre nuestras naciones”.

Finalmente, el líder republicano adelantó que ya trabaja en otro acuerdo estratégico: “Tenemos otro próximo, quizá con la India, uno muy grande”, insinuando que su agenda comercial global continuará siendo un eje central en su estrategia política de cara al futuro.