La tensión en Medio Oriente volvió a intensificarse este sábado tras un ataque aéreo lanzado desde Irán contra territorio israelí, que provocó la muerte de al menos tres personas y dejó más de 70 heridos en diferentes puntos del país. Las sirenas antiaéreas sonaron en ciudades como Tel Aviv y Haifa, generando escenas de pánico entre miles de ciudadanos que corrieron a refugiarse ante la posibilidad de nuevos bombardeos.

Uno de los impactos más devastadores se produjo en Tamra, una ciudad ubicada al este de Haifa, donde un misil alcanzó una vivienda de dos pisos, causando la muerte de una mujer, lesiones en otras 13 personas y graves daños estructurales, además de incendios que movilizaron a los servicios de emergencia.

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Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) confirmaron el ataque y ordenaron a la población permanecer en refugios antiaéreos, aunque posteriormente levantaron la alerta en la región norte del país. Imágenes de edificios destruidos, llamas y caos comenzaron a circular en medios locales e internacionales, reflejando la gravedad del momento.

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En un discurso cargado de advertencias, el primer ministro Benjamín Netanyahu aseguró que Israel responderá con fuerza: “Atacaremos todos los sitios del régimen”. Por su parte, el ministro de Defensa israelí lanzó una amenaza directa al líder supremo iraní, Ali Jameneí: “Si continúa con los ataques, Teherán arderá”.

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El conflicto también encendió alarmas en el plano internacional. Irán amenazó con atacar bases del Reino Unido y Francia si colaboran militarmente con Israel, mientras que desde Washington, la Casa Blanca mantiene contacto constante con el gobierno israelí para monitorear la situación. En plena campaña presidencial, el expresidente Donald Trump declaró que está “siguiendo de cerca el desarrollo del conflicto”.