Vecinos de Capital le dieron vida a una vieja tradición con la fogata de San Juan Bautista
En el predio del Barrio Manantiales, la emoción se hizo sentir. Hubo lágrimas, risas y hasta baile alrededor del fuego.
Un nutrido grupo de feligreses y vecinos se dieron cita en el predio del Barrio Manantiales de Capital para darle vida a una vieja tradición: La Fogata de San Juan Bautista. Esta vieja tradición sanjuanina fue realizada este martes, apenas pasadas las 21:42, en medio de lágrimas, risas, cantos y hasta baile alrededor del fuego.
El grueso de la concurrencia llegó en procesión desde la Catedral. Luego de la Misa de otra noche de novena en honor al santo patrono de la provincia, feligreses llegaron al lugar y se mezclaron con los otros vecinos. Entre las autoridades se destacaron la intendenta de la Ciudad de San Juan, Susana Laciar y el párroco de la Catedral, Andrés Riveros.
Al llegar, la intendenta comentó: "Celebrando con las familias venimos desde la Catedral hasta acá para celebrar la unidad, la identidad, celebrarlo a San Juan Bautista. Esto nos llena de felicidad y nos acompaña la noche"
La intendenta reveló que el pedido que segundos después dejó quemarse en la fogata, es "un pedido grupal".
Con las antorchas humedecidas en el respectivo combustible preparado por trabajadores del municipio de la Ciudad, se fue preparando el escenario. En el centro de la escena el esqueleto de paja y leña preparado para convertirse en la fogata.
Una adulta mayor describió el momento que se estaba por vivir como "una emoción muy grande". La vecina confesó que la invadían grandes recuerdos de la infancia y la adolescencia, de grandes fogatas en honor al patrono de la provincia.
"Recordar esto es fantástico, es muy bonito. Ya tengo mi pedido", dijo otra adulta mayor. Una mujer que junto a su hija aplaudían al compás de la música de alabanza, contó que vivió este ritual cuando fue muy pequeña, por lo que le traía muchos recuerdos de su niñez. "Hay que quemar todo lo malo. Quiero pedir que se va todo lo malo y venga todo lo bueno para nuestro país y nuestra provincia", expresó.
Una vecina recordó un fogón que data de varios años. Muestra de ello es que en su relato describió que había una villa a los alrededores, complejo habitacional que fue erradicado hace años y luego trasladado a un nuevo barrio en otro punto del Gran San Juan. "Con una vecina hicimos ese fogón, ese fue el último que tuvimos acá", contó.
Tras una breve introducción del padre Riveros, el personal de la Municipalidad de la Ciudad de San Juan entregó las antorchas a autoridades, el sacerdote y algunos vecinos, quienes las acercaron al montículo de palos y leñas, que en pocos segundos se convirtió en una fogata de más de dos metros de alto.
Algunos vecinos, con lágrimas en los ojos admiraban el fuego, otros seguían el rezo del sacerdote, y otros vitoreaban a San Juan Bautista mientras que la fogata se extinguía.
Minutos después de encender la fogata junto a vecinos y autoridades, el padre Riveros expresó: "Muy contento con esta fogata. Contemplando la emoción de los más grandes. Estamos haciendo lo que nuestros abuelos nos enseñaron hacer, una fogata que renueva la fe, que renueva la esperanza, que nos empieza a hacer hermanos porque el fuego nos ayuda a mirarnos a los rostros y reconocernos como hermanos. Por eso estoy muy feliz"
"Esto nos hace bien como pueblo. Quizás mañana también tengamos que salir a darle batalla, pero en el corazón queda ese calorcito de la fe, esa llama de la esperanza que nos ayuda a seguir remando", reflexionó el sacerdote.
Desde el pequeño escenario arengaron a los corajudos sanjuaninos y sanjuaninas que le hicieron frente al frío del martes. Al son de la música religiosa en vivo, muchos de los presentes bailaron para hacerle frente a la baja temperatura, y hasta se animaron a hacer un trencito y gritar "Viva San Juan Bautista"