Una postal histórica de Pocito está desapareciendo. Con el sonido constante de maquinarias hidráulicas y el polvo suspendido en el aire, comenzó la demolición de los emblemáticos cilindros de cemento ubicados en calle 13 y Aberastain, en el departamento de Pocito.

Estas 16 moles de hormigón armado, vestigio de una antigua bodega estatal, representaban un símbolo del San Juan dedicado a la uva y al vino. Hoy, su derribo marca el inicio de una nueva etapa para los vecinos del loteo San Expedito, quienes durante años construyeron sus casas rodeando estas estructuras.

“Es un momento realmente histórico. Estos cilindros eran como un monumento del San Juan viejo. Pero también eran una barrera para nosotros”, expresó el periodista Gustavo Rey.

Uno de los testimonios más significativos es el de Inés, vecina del barrio: “Los cilindros ocupaban prácticamente la mitad de nuestro lote. Ahora, con la demolición, vamos a poder construir completo. El gobierno se comprometió a entregar todo el terreno”, señaló.

Las 16 familias que habitan el lugar han atravesado múltiples desafíos: inundaciones, terremotos, precarias condiciones de construcción y esperas burocráticas. Aun así, la esperanza se renueva.

“Pensábamos que alguna vez nos darían casa, pero solo nos dejaron los lotes. Y como los cilindros estaban ahí, solo pudimos construir en la mitad. Dios quiera que ahora podamos avanzar”, agregó Inés.

 “Las casas vibran tanto que preferimos estar afuera mientras trabajan”, dijo la vecina. “Casi todas las casitas son de adobe. Y usted sabe, por calle 13 bajaron muchas crecientes. Acá esto era una laguna antes”, recordó Adrian y además sumó “Tuvimos que reconstruir todo más de una vez. Pero ahora, al ampliarse los terrenos, vamos a estar un poquito más arriba”.

“Estamos evaluando hacer una cooperativa. Tal vez podamos conseguir materiales, pagarlos entre todos y seguir edificando. Nos dijeron que lo están viendo desde el gobierno”, comentó Adrian.

La demolición total de los cilindros se estima que durará unas dos semanas, según informaron los trabajadores en el lugar. Luego comenzará la limpieza del terreno y la reestructuración de los lotes, que permitirá a las familias ampliar sus viviendas.

“Es como borrar y comenzar de vuelta”, sintetizó  un vecino de la zona. “Es doloroso, porque esto era icónico. Todo el mundo sabía dónde estaban los cilindros. Pero también es una oportunidad para crecer”, mencionó.