Tras el robo en La Cañada

Crudo testimonio del albardonero asaltado en su casa: 'Pensé que nos mataban'

El hombre fue sorprendido junto a su hijo de 10 años que fue tomado como rehén en el interior de su vivienda ubicada en Albardón, mientras le pedían plata.
viernes, 30 de julio de 2021 · 12:11

El plan de Martín Ávila, un vecino de La Cañada, departamento de Albardón era simple, compartir una noche de pachatas y películas junto a su hijo de 10 años, sin embargo jamás imaginó que esa noche iba a terminar convirtiéndose en una pesadilla difícil de olvidar. Agradecido de que está bien y de que puede contar su testimonio, a Martín todavía le quedan marcas y heridas en el cuerpo por los golpes que recibió, además de una escena traumatizante cada vez que recuerda las imágenes de su hijo siendo apuntado con pistolas y rehén de tres delincuentes.

Con mucho esfuerzo Ávila (34), un hombre divorciado y con tres hijos, construyó su vivienda en la zona de La Cañada. El pasado martes, cerca de la medianoche se encontraba junto a su segundo hijo a punto de cenar y luego tenían pensado ir a la cama a ver una película antes de dormir.

De acuerdo al relato del hombre en Canal 13, en un primer momento escuchó el ladrido de los perros que lo terminó alertando que algo no estaba bien afuera de la vivienda. “Los animales estaban enojados, por eso salí. Di una vuelta a la casa, pero no se veía nada. Cuando regresé adentro seguimos comiendo y mientras hacíamos la sobremesa, mi hijo me dice ‘voy a buscar el cargador del celular’. Cuando levanté la cabeza vi que un tipo lo traía abrazado, apuntándolo con una pistola y otros dos con armas largas”, expresó.

Ante esta situación, Martín entró en una actitud de desconcierto porque no entendía que estaba viviendo. “Dame la plata”, le gritó uno de los ladrones, ante lo que él le dio la billetera con $3.300 que había sacado previamente de un cajero automático y el celular. “No tengo plata, no tengo nada más”, les gritó Ávila que es docente de la Escuela Rogelio Boero.

“Uno de los tipos empezó a dar la vuelta a la mesa, lo empujé hacia la pared y encaré hacia la puerta. Ahí me agarraron y me dieron varios culatazos. Lo que quería hacer en ese momento era salir a pedir ayuda a mi vecino que es policía. Mi mayor miedo era que estaban armados y que buscaban plata, cuando se dieran cuenta que no teníamos o por intentar buscar pensaba que nos iban a matar a mi hijo y a mí”, contó el hombre que vive en Albardón.

A todo esto, los delincuentes aún tenían de rehén a su hijo de 10 años y Martín ensangrentado por los golpes que recibió logró abrir la puerta de salida solo para toparse con otros dos individuos también armados. Los cinco, según dijo, actuaron con barbijos grises y capuchas por lo que no pudo determinar o reconocer los rostros.

Lo soltaron a mi hijo y me persiguieron a mí apuntándome con las armas. Ensangrentado, con las fuerzas que me quedaban, salté un alambrado y corrí hasta una garita policial que está a 50 metros de mi casa”, continuó.

De hecho ante los gritos desesperados por parte del hombre, los vecinos comenzaron a salir de las viviendas, entre ellos Guillermo, quien es policía y que no dudó en empuñar su arma reglamentaria para prestar ayuda aun estando fuera de servicio. “Entre todos movíamos la garita y el policía no salía. Lo único que me dijo es ‘yo no me puedo mover de acá’. Yo quiero remarcar que todos los policías que actuaron lo hicieron muy bien, únicamente él no lo hizo”, amplió.

“En ese momento mi vecino policía, que tiene tres hijas y su esposa también es parte de la fuerza, me agarró y me dijo ‘vamos’. Yo le agradezco muchísimo la ayuda que me dio, no sabía qué había pasado con mi hijo. Cuando volví a mi casa, ensangrentado y golpeado, la única idea que tenía era poner al resguardo a mi niño. Pero los tipos ya se habían ido, aprovecharon para huir con los $3.000, un celular, una notebook y dos televisores”, contó Ávila.

Luego de ese instante empezaron a llegar los patrulleros que habían actuado por una denuncia similar. Es que minutos antes la misma banda de ladrones asaltó a una familia en una casa ubicada a unos 800 metros amenazando a los dueños y llevándose consigo algunos objetos de valor.

“Me sorprendió la violencia con la que actuaron. Podrían haber ido cualquier día que la casa estuviera sola, se llevaban las cosas y listo. Pero no, estábamos adentro y nos les importó”, consideró el hombre.  En ese sentido dijo que las armas con las que actuaron los asaltantes eran “largas y viejas” como revólver calibre 22 y escopetas de un solo caño desteñidas.

Después del terrible momento que vivieron padre e hijo, Martín fue asistido en el lugar por los médicos y después fue trasladado al Hospital Guillermo Rawson donde le hicieron puntos de sutura en las tres heridas que soportó en la cabeza. “Los vecinos estamos aterrorizados, era una zona tranquila, pero ahora no sabemos qué puede pasar, si estos tipos van a volver. Algunos dicen que se quieren ir de acá. Por lo menos si pusieran una guardia policial, pero no hay nadie. Incluso hablé con la Policía y me dijeron que ese punto lo cubren entre Albardón y Chimbas, pero que no hay móviles para mandar. O sea que esta noche me puedo ir a dormir y vuelven a entrar”, contó con temor.

No obstante, todavía no hay rastros de los delincuentes, a pesar de que el personal policial continúa investigando. Se supone que los cinco delincuentes huyeron por el fondo de la casa de Ávila y que incluso pudieron estar apoyados por algún vehículo para dejar rápidamente el lugar.

Por último, la víctima del asalto dejó una queja hacia las autoridades policiales para que les otorguen mayor seguridad: “Nadie nos da una respuesta. Hablo en nombre de todos los vecinos de la Cañada porque estamos solos. Estas cosas no pueden pasarnos, la Policía tiene que salir y encontrar a estos delincuentes. Lo que nos pasó con mi hijo, nos podría haber pasado a todos”.