Un importante operativo antidroga tuvo lugar en el departamento mendocino de San Rafael, donde personal de la Dirección General de Investigaciones logró el secuestro de casi 3 kilos de cocaína con un llamativo detalle: los paquetes estaban grabados con el logo de Playboy, lo que podría estar vinculado a su origen en el narcotráfico internacional, posiblemente de procedencia boliviana.

El procedimiento fue llevado a cabo por efectivos de la división Policías Contra el Narcotráfico (PCN) en una vivienda ubicada sobre calle Dorrego, a pocos metros de Avenida Urquiza. Allí, se detuvo a un hombre de 34 años, presunto distribuidor de droga en la zona, quien quedó a disposición de la Justicia Federal de San Rafael.

Durante el allanamiento, los investigadores encontraron:

  • Casi 3 kilos de cocaína en bloques, todos con el característico conejo de Playboy grabado, una posible marca identificadora utilizada por bandas narco.
  • Marihuana en forma de cogollos, almacenada en una lata y un frasco.
  • Elementos de armado y fraccionamiento: librillos de papel, filtros de cartón, recortes de nylon blanco y dos balanzas de precisión.
  • Dispositivos tecnológicos: varios teléfonos celulares, dos notebooks y un cuaderno con anotaciones que podría aportar pistas sobre el circuito de distribución.

Además, se secuestraron 38.000 pesos argentinos, 20 dólares estadounidenses y un vehículo Chevrolet Vectra, que habría sido utilizado en la logística del tráfico.

La Fiscalía Federal de San Rafael está al frente de la causa y ordenó el secuestro de todos los elementos vinculados al delito. Las autoridades sospechan que el detenido no actuaba solo, y no se descartan nuevas detenciones en las próximas horas.

El hallazgo de droga con un sello tan distintivo refuerza la hipótesis de que se trata de una red con conexiones internacionales, que utiliza símbolos reconocibles para marcar la pureza o el origen de la sustancia, una práctica habitual en carteles del narcotráfico.

El detenido será indagado en las próximas horas y podría enfrentar cargos por tenencia de estupefacientes con fines de comercialización, un delito que contempla penas de hasta 15 años de prisión. Mientras tanto, los investigadores continúan analizando los dispositivos electrónicos y las anotaciones secuestradas, que podrían ser clave para desarticular al resto de la organización.